
Todos tenemos amigos susceptibles. No es nada fácil lidiar con alguien que se ofende por todo ya que en cualquier momento podría expresar malestar por algo que nunca jamás imaginamos que podría causar molestia.
La mayoría de las veces estas personas se sienten incómodas por hechos o situaciones que en realidad no son nada inapropiadas. Una broma insignificante, un pequeño descuido o una palabra que les resulta intolerable. En algunos casos, lo que marca la diferencia es la extrema susceptibilidad de algunas personas. En otros simplemente la mala costumbre de ofenderse por cualquier cosa.
Quienes no conocen la risa probablemente conocen el sufrimiento, que es mucho más complejo.
-Javier Marías-
Para los susceptibles y para quienes te rodean, todo se vuelve muy difícil. Este hábito corre el riesgo de obstaculizar las relaciones interpersonales y generar un sufrimiento que suele ser inútil. ¿Por qué hay gente que se ofende por todo? ¿Qué hacer cuando sucede?
Sensibles: ¿por qué se ofenden por todo?
El sentimiento de ofensa se produce cuando percibimos que los demás nos tratan con desprecio y inferioridad y

Sin embargo, para algunas personas estas situaciones son intolerables. No lo dejan pasar. La susceptibilidad puede verse alimentada por varios factores. Éstos son algunos:
Conviene tener cautela con temas como la religión, la sexualidad, las ideologías políticas o el nacionalismo. Todos ellos son temas capaces de despertar cualquier tipo de susceptibilidad, más aún en temas de este tipo.
Delitos y su verdadera importancia
Muchos dicen: nadie te ofendió, tú mismo te ofendiste. Tienen razón. Toda persona tiene derecho a pensar, afirmar y decir lo que piensa. Evidentemente hay un límite para todo. No se puede tolerar la violencia psicológica. Pero entre la violencia psicológica y una opinión o una actitud que no nos gusta es un paso largo. Nadie puede vivir sanamente sintiéndose continuamente ofendido por todo y por todos.

Entonces, ¿qué hacer? Estos consejos pueden ayudar a una persona susceptible:
Es importante volverse inmune a los comentarios y actitudes de los demás. Ser susceptible sólo provoca un estado constante de conflicto con los demás la mayor parte del tiempo por asuntos de poca importancia.
 
             
             
             
             
             
             
             
             
						   
						   
						   
						   
						   
						   
						  