
Es común asociar la esfera sexual únicamente con la edad adulta. En particular, a una fase de la vida en la que crees que estás físicamente preparado y en mejores condiciones para vivirla adecuadamente. Al contrario, y como veremos en este artículo, la sexualidad no tiene edad. Aparece en nuestras vidas desde temprana edad y nos acompaña en cada etapa de nuestra existencia incluso cuando nos hacemos muy mayores.
Para entender por qué la sexualidad no tiene edad Primero es bueno saber de qué estamos hablando. Por motivos culturales y religiosos muchas veces resulta complicado hablar de temas de este tipo. Además, a menudo se utiliza vocabulario incorrecto o sólo parcialmente correcto.
Procedamos en orden explicando mejor qué se entiende por sexualidad, sexo y sexuación.
Qué es la sexualidad y qué no es
La sexualidad no es sinónimo de orientación sexual. Mucha gente confunde estos conceptos. De hecho, los términos condición sexual, opción sexual y sexualidad suelen utilizarse para referirse a la orientación sexual del deseo erótico. .
Pero estos tres términos no en realidad son sinónimos. EL' orientación sexual no es una opción ya que las opciones son elecciones y la orientación sexual no la elige el individuo. Pero ni siquiera es una condición porque no condiciona absolutamente nada.

La sexualidad como concepto se refiere a la forma en que las personas viven como sujetos sexuales. según el Instituto de Sexología INCISEX. Es decir, es la expresión del hombre y la mujer al sentir y vivir como tales.
Hombres y mujeres son sexuales. Tienen un género en términos de identidad sexual. Pero hay infinitas maneras de ser hombre (una para cada uno) e infinitas maneras de ser mujer (una para cada uno). Y obviamente la forma en que hombres y mujeres expresan su forma está definida precisamente por la sexualidad.
Sexualidad y sexuación
La sexología en su ámbito más teórico se encarga de estructurar este y muchos otros conceptos, dándoles armonía y coherencia. . La sexualidad (y muchos otros conceptos que derivan de la palabra sexo) no tiene una relación tan directa con las relaciones eróticas como mucha gente cree.
Está más ligado a otro concepto: la sexuación. Se trata del proceso constante de definirnos y redefinirnos como hombres y como mujeres. Esto comienza antes del nacimiento ( durante el embarazo ) y termina con el fin de la vida.
La sexualidad no es sólo un proceso biológico, es ante todo biográfico. . Está sujeto a todo tipo de influencias que nos configuran como seres sexuales con maneras y peculiaridades propias.
En consecuencia, la sexualidad y la sexuación forman parte de nuestro ser por el mero hecho de ser seres sexuales. Esto quiere decir que ambos están presentes en nuestra vida en todo momento.
La sexualidad no tiene edad: infancia y vejez
Teniendo en cuenta que este concepto quizás no sea el que la gente suele tener en mente, vale la pena profundizar un poco más. Partiendo siempre de la conciencia de ser animales o seres sexuales, es fácil comprender cómo ésta nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Y evidentemente esta expresión de nuestro ser cambia según la etapa vital en la que nos encontremos.
Generalmente se ignora la sexualidad infantil y senil. Por motivos muy diferentes pero con un denominador común: la ignorancia . Si entendemos este concepto a partir de su verdadero significado, el veto a este tabú sexual sobre la infancia o la vejez pierde completamente sentido. Sin embargo, la sexualidad no tiene edad.

La sexualidad en la vejez es una de nuestras expresiones más hermosas como seres vivos porque hombres y mujeres mayores se expresan a partir de la experiencia de un camino que les ha dado sabiduría, madurez. .
Pese a ello, persiste un veto a la sexualidad en la vejez por una cuestión cultural. Y en Occidente, por ejemplo en Italia, todavía queda mucho por hacer para mejorar este aspecto. Lo que luego se traduce en una mayor comprensión de los llamados tercera edad . Quizás asomarnos a otras culturas y ver cómo se concibe esta fase vital nos ayude a despejar nuestra ignorancia y nuestros miedos.
Por otro lado, la sexualidad en la infancia es igualmente bella pero por otros motivos. Así como la vejez nos brinda experiencia, la sexualidad ocurre en un contexto de inocencia y exploración. Lo bonito es que en esta etapa de la vida estamos prácticamente incontaminados por cualquier influencia social, cultural o religiosa. Siendo pequeños nos expresamos sin tabúes y sin filtros impulsados por nuestra curiosidad por el mundo que nos rodea.
Para poner fin a estereotipos y es fundamental profundizar y comprender los tabúes que rodean conceptos como la sexualidad. También se necesitan más intervenciones a nivel de educación sexual. Sólo así podremos desestabilizar todas las manifestaciones que constituyen el hecho sexual humano, que es a la vez maravilloso y extraordinariamente natural.