Momentos de crisis en las parejas estables

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Como pareja, es una relación en constante evolución. El hecho de que dos personas se amen no hace que su relación sea inmune a los altibajos, las dificultades y las discusiones de la vida. Por lo tanto, incluso entre parejas estables puede haber momentos de crisis.

Cada pareja es un caso en sí mismo con sus fortalezas y debilidades y obviamente sus conflictos internos. Sin embargo algunos Los momentos de crisis son comunes a casi todas las parejas estables. Normalmente estas crisis se desencadenan por situaciones muy concretas que de alguna manera alteran la relación de pareja.

Es más fácil ser amante que marido porque es más difícil tener ingenio todos los días que decir cosas bonitas de vez en cuando.
-Honoré de Balzac-

Existen 4 momentos de crisis comunes a todas las parejas estables: cuando el enamoramiento termina cuando se toma la decisión de consolidar la relación mediante el matrimonio o la convivencia cuando nacen los hijos y cuando estos se van del hogar.

Analicemos en detalle cada uno de estos momentos.

Los momentos de crisis comunes a todas las parejas estables

1. Fin del enamoramiento

Este momento marca la primera crisis de las parejas estables. Suele ocurrir aproximadamente un año después del inicio de la enfermedad. relación . Algunos estudios muestran que, en promedio, la fase real de enamoramiento dura unos 3 meses. Sin embargo, sus efectos duran un poco más. Evidentemente hay que tener en cuenta que se trata de datos aproximados basados ​​en la experiencia media y no en casos concretos.

El fin del enamoramiento presupone la pérdida de algo ideales románticos . Es decir, dejas de ver a tu pareja como un ser perfecto y extraordinario, de esta forma todos los defectos salen a la superficie. Esto conduce a una decepción (y en consecuencia a una modificación) de las propias expectativas y, por tanto, a una crisis. Muchas parejas que parecían perfectas acaban separándose al año o al año y medio. La causa reside precisamente en este paso de lo ideal a lo real.

2. Consolidación

Generalmente al cabo de dos o tres años se produce la segunda crisis en las parejas estables. Esta crisis se produce cuando la idea de pasar al siguiente nivel comienza a sentirse en el aire. es decir, cuando llega el momento de decidir si se van a vivir juntos o no. Una vez más es necesaria una adaptación y esto produce un momento de inestabilidad.

En este punto la relación puede tomar diferentes giros. En el mejor de los casos, ambos acuerdan vivir juntos (o no) y por tanto llevan su relación al siguiente nivel: el de pareja madura en la que hay una aceptación real del otro . Otros, por el contrario, no pueden llegar a un acuerdo sobre qué hacer. Por tanto, no es difícil que se produzcan discusiones en momentos como este.

3. La llegada de niños es un momento desestabilizador

la llegada de niños es otro factor que presupone un cambio dentro de la pareja. Este es un momento en el que todas las debilidades de la relación tienden a emerger. También es probable que resurjan conflictos pasados ​​(incluso que se remontan a la infancia) que nunca se han resuelto. Lo que parece estable podría empezar a tambalearse.

En esta fase la relación de pareja pasa a un segundo plano porque son ante todo padres. Los niños se convierten en la prioridad y a veces surgen desacuerdos sobre los métodos. educativo . En otros casos sucede que uno de los dos padres se siente abrumado por demasiadas responsabilidades. Muchas veces la incapacidad para resolver estos pequeños conflictos conduce a una ruptura definitiva en la relación. Si la pareja consigue superar estos momentos de crisis estarán más unidos que nunca.

4. El nido vacío y los nuevos retos a afrontar

Aunque la pareja ya ha tenido que afrontar todas las etapas anteriores, todavía les queda un obstáculo por superar: el momento en que sus hijos abandonan el nido. Para la pareja es como reencontrarse después de muchos años pero ambos han cambiado radicalmente por lo tanto deben aprender a conocerse nuevamente.

Anteriormente, las parejas tendían a casarse muy jóvenes y, por tanto, se encontraban ante la síndrome del nido vacío antes de los 50 años. Por tanto, tenían la juventud de su lado y se sentían preparados para tomar de nuevo las riendas de sus vidas. Hoy en día las parejas se encuentran ante esta situación cuando ya tienen una edad avanzada. Por eso es raro ver parejas que se separan en esta etapa Sin embargo, puede caracterizarse por fuertes conflictos. . Al superar estas dificultades, la pareja redescubre nuevos aspectos de la relación nunca antes considerados.

El hecho de que dos personas se amen profundamente no las hace inmunes a los momentos de dificultad. En las parejas estables las crisis también representan una oportunidad para fortalecer el vínculo y hacerlo aún más profundo y significativo.

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