
Abrazo es una de las palabras en nuestro idioma. y lo es aún más la acción que simboliza: acariciar con el alma.
Un abrazo es más que un abrazo combinado con un momento hermoso, designa complicidad, un encuentro emocional, algo que va más allá del mero contacto afectivo. Quizás para algunos de nosotros acariciar con el alma tiene este significado pero otros pueden sin embargo atribuir mayor o menor intensidad a su definición.

Acariciar con el alma: llenarnos de emociones
Podemos seducir a través de las palabras y las caricias más allá del contacto directo con la piel de los sentidos tradicionales del renacimiento sentimental y la reacción a nuestras emociones. Mucho se ha escrito sobre los sentimientos pero en definitiva cada uno debe pensar, sentir y validar los suyos.
Somos seres emocionales que pensamos en el lenguaje de las emociones y por eso sabemos que es abrazo Ambos demostrar nuestro cariño a los demás es uno de los mejores regalos que podemos dar.
Porque sentirse acariciado con el alma significa experimentar la unión de nuestras emociones. Los problemas desaparecen por unos segundos, la angustia es envuelta por el amor y por unos instantes vinculamos nuestras constelaciones con las del otro.
Abrazarse da una paz inmensa. Nada nos hace sentir mejor que saber que somos amados, valorados y apoyados.
La danza química de nuestras emociones.
Lo que metafóricamente llamamos la unión de dos almas
Con los abrazos a través de los cuales nos unimos, se ilumina que potencian nuestro bienestar y nos ayudan a recuperar el control proporcionándonos un timón y un ancla que sin duda nos mantiene
Porque en definitiva gran parte de nuestro desarrollo socioemocional depende de estas caricias. Por ello es recomendable anclarnos en estas experiencias, mejorar nuestra conciencia y dar amor.
El encuentro más íntimo entre dos personas no es sexual, es desnudez emocional
El encuentro más íntimo entre dos personas no es sexual, es desnudez emocional. Este intercambio sólo puede darse cuando se supera el miedo y logramos darnos a conocer al otro tal y como somos sin anestesia ni subterfugios.
Podemos seducir y dejarnos seducir por nuestras emociones; sin embargo, normalmente descuidamos este aspecto y socavamos nuestra capacidad de conectarnos o sentir a través del yo y el heteroconocimiento. Porque un abrazo comienza por nosotros mismos, con nuestra capacidad de auto abrazarnos y utilizar nuestras emociones para seguir creciendo, aprendiendo y evolucionando a la par de nuestras experiencias.
Al final Mimar es despojarnos de nuestros miedos, de nuestras inseguridades y de nuestra verdad emocional.