
Todos nos hemos encontrado en una situación difícil como la pérdida del trabajo, el fin de una relación, una decepción, etc. Al hablar de ello con un ser querido probablemente habrás escuchado la famosa frase No te preocupes, podría ser peor. . Es una capa intermedia muy utilizada y hoy queremos investigar su peso real.
Independientemente de si puede animarte o no la costumbre de comparar nuestras situaciones con las de los demás es un hecho nos sirven de referencia. La conciencia de que alguien más está pasando por un período complicado quizás más que el nuestro puede brindar alivio. Como si nuestra mente buscara desesperadamente un asidero para poder decirse a sí misma, considerando todo, no soy tan malo.
Pues quizás te sorprenda saber que el dicho 'podría ser peor' ha sido analizado en el campo de la psicología. Sabemos que se trata de una estrategia de adaptación a la que recurrimos muchas veces pero este salvavidas tiene matices que vale la pena tener en cuenta.

Podría ser peor, podría llover.
Volvemos a casa después del trabajo y el coche se avería. Salgamos, pongamos el triángulo en el suelo, llamemos a la grúa y esperemos. Poco después nos decimos a nosotros mismos que podría ser peor. podría llover . Y así nos consolamos.
Otro ejemplo: vamos al médico para un reconocimiento médico y nos diagnostican diabetes. Nos asustamos pero el médico nos dice sonriendo que no es nada que la situación podría ser peor que hay enfermedades mucho más graves.
Los dos ejemplos pintan dos situaciones muy diferentes. Al principio pensar que la situación no es la peor nos da alivio. En el segundo caso tal comparación sólo subestima nuestra condición.
Decirnos que hay personas en situaciones más complicadas y duras que la nuestra no ayuda. Por el contrario, disminuye la realidad particular de un individuo, con el riesgo de desencadenar un sentimiento de culpa como si no tuviera derecho a sentirse mal comparado con los demás. Por tanto, no es lógico ni ético recurrir a estos comentarios.
La frase que menosprecia nuestras experiencias podría ser peor
Ser útil y apoyar a los demás sin decepcionarlos es una tarea difícil. Cuando afrontamos un mal momento no esperamos que alguien solucione nuestro problema o nos quite el dolor. Sólo queremos comprensión y cercanía.
Sin embargo, a menudo nos inundan con comentarios inapropiados, como si pudiera ser peor. Si tenemos un accidente automovilistico y nos duele el cuello que nos digan que pudo haber pasado algo peor sólo generará más angustia y ansiedad ante la idea de volver a ponernos al volante.
Si perdemos nuestro trabajo No es ningún consuelo saber que podríamos encontrarnos en condiciones aún más difíciles. Comentarios como éste restan importancia a la experiencia que estamos viviendo. Es una forma de invalidar nuestras emociones y nuestra realidad comparándola con algo que no nos concierne y que no puede ni debe darnos consuelo. El hecho de que otros estén peor no nos hará sentir mejor.

El peligro de la victimización
Según un estudio realizado por las doctoras Shelley Taylor y Joan Wood de la Universidad de Texas, surgió un hecho interesante. En nuestra vida cotidiana decirnos más a menudo que podría ser peor no son los demás sino nosotros mismos.
Las investigaciones han demostrado que esta estrategia psicológica de adaptación a las dificultades no siempre ayuda. De hecho, si vivimos una situación grave, corremos el riesgo de que nuestro papel de víctima se cronifique. Tomemos un ejemplo: imaginemos a un adolescente que ha estado durante toda la escuela secundaria víctima de acoso .
El joven se consuela pensando que las cosas podrían haber sido peores: nunca fue agredido físicamente. Se siente aliviado de que ni los profesores ni sus padres se enteraran de lo que le pasó. Lo que el niño piensa que es una perspectiva peor, en realidad no lo es.
Con este mecanismo sólo degrada su situación personal. No afronta su sufrimiento porque lo subestima aplicando un mecanismo de defensa con el que evitar el trauma. Lejos de encontrar una solución, esta estrategia mental cronifica su papel de víctima.
En conclusión, hay muy pocas circunstancias en las que ayuda decirse a uno mismo que podría ser peor. No debemos evitar el sufrimiento particular de cada situación individual. por insignificante que parezca.
Cualquier inquietud cualquier dificultad Merece ser reconocido y escuchado. Si no somos capaces de dar la debida importancia al sufrimiento de los demás será muy difícil ser solidarios.
 
             
             
             
             
             
             
             
             
						   
						   
						   
						   
						   
						   
						  