Trolls, una forma de agresión diaria

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Para algunas personas, Internet y las redes sociales son como el Salvaje Oeste: una plataforma cuyo único propósito es crear una respuesta emocional provocando, creando antagonismos o simplemente molestando a los demás. Según los expertos Los trolls representan una forma de abuso llevada a cabo por un perfil narcisista. con baja autoestima y motivados por la venganza o el simple aburrimiento.

El fenómeno de gnomo continúa siendo estudiado y documentado. Nuestra sociedad se basa en una huella digital que ha cambiado, para bien o para mal, la forma en que establecemos relaciones con los demás y concebimos nuestra realidad. El tema en sí es también curioso desde el punto de vista psicológico y antropológico.

Nuestras redes sociales están pobladas por dos tipos de trolls: el primero es el troll divertido que utiliza la ironía. El segundo es el llama cuya finalidad es crear malestar y molestia.

Hasta no hace mucho interactuábamos con la gente en persona, encontrándonos con mayor o menor frecuencia. Esto permitió crear un principio de cooperación que facilitó la convivencia. Había una especie de equilibrio virtuoso donde existía un concepto que durante siglos preservó nuestra supervivencia: el respeto y el sentido de cooperación. Algo que hoy en día ya no se da por sentado.

Hoy en día la mayoría de nosotros vivimos dentro de una burbuja cibernética donde también interactuamos con personas que no conocemos. Contactamos y empezamos a seguir perfiles que nunca veremos en persona pero de los que sabemos todo gracias a las redes sociales.

La conveniencia de poder actuar de forma anónima puede sacar a relucir lo peor de nosotros. Podemos atacar, despreciar y molestar a alguien siendo seguidos de cerca por muchos otros, difundiendo bulos y haciendo pública la ofensa y el bulo hasta destruir por completo a la víctima en todos los niveles: social y emocional.

Trolls: ¿qué se esconde detrás de estas cifras?

En la cultura escandinava, un troll era una criatura antropomorfa que vivía bajo un montículo de tierra en los bosques o debajo de puentes con un único propósito: atacar al hombre, robarle o quitarle a los niños. Hoy en día los verdaderos trolls viven a la sombra de los foros online de las redes sociales y de cualquier lugar donde haya espacio para comentar. Su función es simple e igualmente maligna: Mal humor comentar de manera destructiva.

Según una investigación de la Universidad de Stanford, todos podemos mostrar un comportamiento troll en un momento dado. De hecho, con las condiciones adecuadas cualquiera puede sacar lo peor de sí mismo en el escenario virtual. . Bueno, el punto de vista de Revista Internacional de Psicología y Aprendizaje del Comportamiento Cibernético es diferente. La doctora Laura Widyanto nos explica que el fenómeno troll es una forma de abuso y que quienes lo llevan a cabo tienen unos rasgos psicológicos muy específicos.

Análisis y tipos de trolls

  • Los trolls más comunes son aquellos motivado por sexismo la humillación, el racismo y el deseo de difundir bulos y fraudes.
  • Generalmente existen dos tipos de trolls. El primero actúa por aburrimiento e intenta crear situaciones divertidas o engañosas para hacer perder los estribos a alguien. Luego está el llama impulsado más por el deseo de venganza que por la envidia o por el simple deseo de hacer daño y desestabilizar.
  • Varios estudios revelan que un troll puede pasar hasta 70 horas semanales conectado en sus dinámicas maliciosas. Destruyen la vida de otras personas porque carecen de empatía y son incapaces de llevar una vida social válida y significativa.
  • De media, un hombre de entre 17 y 35 años se esconde detrás de un troll. Como ellos mismos explican se sienten bien cuando pueden hacer enojar a alguien. Este estímulo les motiva, les entretiene y les hace felices.
  • Aaron Balick, conocido psicoterapeuta y experto en redes sociales, explica que detrás de un troll suele esconderse tríada oscura : narcisismo, maquiavelismo y psicopatía. Un aspecto que no debe subestimarse en absoluto.

¿Cómo defendernos de los trolls?

Nadie es inmune al ataque de los trolls, ya que son capaces de actuar como agentes químicos e infecciosos. Casi sin saber cómo desencadenan una reacción en cadena que hace que se difundan una serie de comentarios aún más dañinos. Como no hay que olvidar que los trolls tienen la capacidad de arrastrar a otras personas consigo y cuanto más extremas sean sus opiniones, o serán farsas o comentarios mayor será el impacto y la fuerza del debate generado.

Se podría decir que para matar a un troll hay que dejar de alimentarlo. Un troll se aprovecha de su ego y del impacto emocional que provoca en los demás, por lo que para silenciarlo no debes responderle. Sin embargo, como ya se ha señalado, no basta con que la víctima no siga su juego: su silencio puede servir para inflamar a los demás y crear un coro de trolls.

La mejor y más adecuada opción es informar. Un troll es ilegal y, por tanto, perseguible por ley. No lo dudes si crees que lo eres. víctima no debe tener miedo de dar un paso al frente y presentar una denuncia. Al mismo tiempo, no pasemos por alto un aspecto fundamental: evitemos convertirnos nosotros mismos en trolls o en parte de sus seguidores.

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