
Las frases de Diógenes el cínico nos revelan a uno de los filósofos más honestos de todos los tiempos . Una persona con verdadera voluntad de comprender la realidad sin otro interés que el amor a la verdad.
No nos quedan muchos frases de diogenes el cínico ya que nunca escribió nada. Lo que ha llegado hasta el día de hoy se debe a sus discípulos. . Especialmente su tocayo Diógenes Laercio a quien se le encomendó la tarea de recopilar muchas de sus enseñanzas.
La sabiduría sirve de freno a la juventud, da consuelo a los ancianos, riqueza a los pobres y adorno a los ricos.
-Diógenes el cínico-
La característica principal de este filósofo nacido en Sinope y famoso en Atenas fue su enorme destacamento . Por encima de todo, amaba la libertad y no tenía miedo de decir la verdad a quienes estaban en el poder. Se decía de él que vivía en un tonel y muchos lo confundían con un mendigo. Estas son algunas de las frases más conocidas de Diógenes el cínico.

Frases de Diógenes el cínico
1. Insultos
Una de las frases de Diógenes el cínico dice lo siguiente: El daño deshonra a quien lo hace, no a quien lo recibe . Significa que el error muchas veces está en la mente de la persona infractora. ofensa .
Diógenes era conocido por sus sentencias muy duras. Sin embargo su la denuncia fue dirigida al doble moral y a fallas de ética más que a cualquier persona en particular . No intentaba atacar al individuo sino cuestionar su posición moral.
2. Aduladores
Uno de sus discípulos ecatona dejó escrita una de las frases de Diógenes el Cínico que al parecer pronunciaba con mucha frecuencia. Es mejor encontrarse con cuervos que con aduladores, ya que los primeros comen cadáveres pero los segundos se comen a los vivos.
Si algo odiaba este filósofo eran los aduladores. Se hizo famoso por un episodio: Alejandro Magno lo buscó atraído por su prestigio. Se presentó ante él y le dijo que podía preguntarle cualquier cosa. Diógenes le pidió que se moviera porque lo cubría de la luz del sol. .
3. Desapego total
Se dice que una vez Diógenes se detuvo a observar a un niño que recogía y bebía agua con las manos. El filósofo tenía muy pocas posesiones, entre ellas un cuenco. Pero cuando vio al niño dijo: Un niño me pasó sencillez y tiró el cuenco.
En otra ocasión vio que otro niño usaba una hoja para colocar sobre ella la comida que comía. Eran lentejas y usó el pan como cuchara para llevárselas a la boca. Imitándolo, Diógenes abandonó su cuenco y comió así desde entonces. .

4. Guarda silencio y habla
No está establecida la autoría de Diógenes de esta frase pero no parece tan extraño que pronuncie tales palabras. Callando es como se aprende a oír, escuchando es como se aprende a hablar; Entonces al hablar aprendes a quedarte callado. .
La comunicación es un proceso complejo en el que el yo escucho es fundamental . Esto es lo que te permite aprender a hablar en primer lugar. Y saber hablar implica saber decantar y entender cuándo callar.

5. La caridad y sus intereses
Cuenta la historia que uno de los ciudadanos atenienses, impresionado por el grado de pobreza en el que vivía Diógenes, se le acercó y le preguntó: ¿Por qué la gente da dinero a los mendigos y no a los filósofos?
Diógenes pensó un momento y luego respondió: Porque piensan que algún día podrán quedar cojos o ciegos pero nunca filósofos. . Una forma inteligente de decir que la caridad se inspira en algún tipo de egoísmo que alimenta la ayuda inspirada por el egoísmo. Esta ecuación no incluye virtudes sino defectos; No es la empatía lo que se incluye sino el miedo.
En la época de Diógenes, los filósofos eran muy estimados. Podría haber vivido como protegido de los nobles en medio de lujos y privilegios. Sin embargo el escogió deshacerse de todas las posesiones para lograr el más alto grado de autenticidad . Por eso todavía se le recuerda miles de años después.