Magia y cerebro: ¿qué relación existe?

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La magia y el cerebro están profundamente conectados. El cerebro puede hacernos ver cosas que no existen... ¿O tal vez sí?

Se abre el telón. Un ilusionista entra en escena. Muestra un cilindro vacío. Varios espectadores lo examinan sin encontrar nada sospechoso. Después de una serie de movimientos mágicos, el ilusionista saca un huevo del sombrero. ¿Cómo es esto posible? ¿Estaba realmente vacío el cilindro? ¿Es quizás la mano más rápida que la vista? La relación entre la magia y el cerebro es objeto de estudio desde hace algún tiempo .

Cuando hablamos de magia nos referimos a ilusionismo, no a magia negra. El ilusionismo es un arte y forma parte de las artes culturales como la pintura, la escultura o la literatura. Es el arte de engañar a los sentidos y al cerebro mediante juegos que implican gestos con las manos comúnmente llamados trucos.

La magia y el cerebro están profundamente asociados entre sí. La magia es la ilusión de percepción y la sede de las percepciones es el cerebro.

La magia está en nuestro cerebro.

Dato curioso: en un espectáculo de ilusión aceptamos de buen grado el engaño. Existe un acuerdo tácito entre el mago y el espectador. Según este pacto durante toda la duración del espectáculo el espectador está dispuesto a creer.

Sabemos que los magos juegan con nuestra mente a su antojo y que la magia no es real. Sin embargo, todavía disfrutamos el momento. Esta es la audiencia. Los neurólogos y psicólogos pudieron descubrir rasgos interesantes en el arte de crear ilusiones mágicas. Estudian la percepción, la atención, la memoria… en definitiva, los límites del cerebro.

Algunos científicos ya han comenzado a colaborar con magos en una fusión entre estas dos disciplinas antiguas y aparentemente antagónicas: la ciencia y la magia. Y decimos aparentemente agonísticos porque en realidad no lo son. La magia y el cerebro están profundamente asociados. la magia es la ilusión de la percepción y la percepción se produce en nuestro cerebro.

Los científicos están intentando analizar las conexiones neuronales de las ilusiones. Intentan comprender esos momentos en los que la realidad objetiva y subjetiva no coinciden. Esto les permite aclarar las operaciones y mecanismos que utilizamos para construir la experiencia de la realidad.

Magia y cerebro: el origen de una ilusión

Las ilusiones existen, las vemos, nos entretienen. ¿Pero por qué existen? Podríamos decir que las ilusiones existen gracias a las limitaciones de nuestro propio cerebro. Y aunque el cerebro no es infinito, en realidad tiene una dimensión limitada: posee un número limitado de neuronas y conexiones neuronales. Como resultado, nuestra percepción y otros procesos psicológicos son limitados.

A la hora de interpretar la realidad, el cerebro toma atajos, se mueve a través de simulaciones y enmascara la realidad en cuestión. En la mayoría de los casos lo hace de forma eficaz. Sin embargo, a veces cuando se recrea algo que no existe surge lo que llamamos ilusión.

El cerebro no puede procesar todo por varias razones. Partimos de imágenes bidimensionales para ensamblar imágenes tridimensionales a nivel cerebral. Esto se hace estadísticamente. buscando la solución más probable que a veces provoca ilusiones.

Además, el cerebro es lento y caro. Ocupa sólo el 3% del cuerpo pero consume constantemente el 30% de la energía. Para compensar este punto actúa de forma profética. vive en parte en el pasado y predice el futuro para crear la sensación de tiempo real.

El experimento de la moneda invisible

Intentaremos explicar un experimento realizado por el mago MacKing. Este mago lanza una moneda de su mano derecha a su mano izquierda. Luego abre la mano izquierda que recibe, pero la moneda no está allí y ha desaparecido. En realidad la moneda nunca abandonó su mano derecha pero el público podría jurar que la vio trazar una trayectoria en el aire.

¿Por qué sucede esto? En primer lugar, el movimiento realizado por el mago es idéntico al que habría hecho si realmente hubiera lanzado la moneda. En segundo lugar mecanismos neuronales del movimiento implícito nos hacen creer que lo hemos visto. Sucede como cuando pretendemos tirarle un palo a un perro engañándolo. En cierto sentido el mago nos engaña como nosotros engañamos al perro.

Otro aspecto importante es que estudiar los trucos de magia resulta útil para los científicos. Es evidente que la magia les enseña algo a los científicos. Pero ¿qué ganan los magos con esta colaboración? Toman conciencia de los valores de la magia.

Como hemos visto y no es una ilusión esta vez la magia sirve a la ciencia y la ciencia sirve a la magia. Nuestro cerebro es imperfecto y gracias a esta imperfección es capaz de ver lo que no existe y lo que sí existe. La magia y el cerebro están profundamente relacionados y sin el uno el otro no podría existir.

Si quieres saber más sobre este tema te recomendamos leer el libro. Trucos de la mente: científicos e ilusionistas comparados de los autores Stephen Macknik y Susana Martínez-Conde.

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