Traición: una herida sobrevalorada

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Muchas veces se sobreestima la traición sin considerar que en esta categoría tendemos a incluir comportamientos que en realidad representan más bien una situación adversa con expectativas que no siempre son lo suficientemente razonables.

Para la mayoría de las personas, la traición es un acto imperdonable. lo que provoca una herida profunda. Y este pensamiento está tan arraigado que este tema se ha convertido casi en un tabú. Después de una traición no hay nada de qué hablar porque ya está todo dicho. Al parecer nada lo justifica y no hay remedio.

Sin embargo este radicalismo a veces no nos permite ver ciertos matices bastante importantes. Por ejemplo, a veces consideramos una traición algo que en realidad no lo es. O podemos juzgar con demasiada dureza las deficiencias de otras personas que en realidad no causan un daño excesivo más que decepcionarnos en función de algunas de nuestras expectativas.

Por mucho que una persona quiera ser fiel, nunca dejará de traicionar la singularidad de la persona a la que se dirige.

-Jacques Derrida-

Hay una necesidad de nervios fuertes y madurez para darle a la traición el peso adecuado. Evidentemente a nadie le gusta verse decepcionado por las expectativas que tiene de alguien que no se ha comportado como esperábamos. Esta decepción muchas veces tiene más que ver con nosotros mismos que con la conducta de la otra persona.

¿Qué es la traición?

Hablamos de traición cuando una persona no respeta la palabra dada Desde el punto de vista etimológico, la palabra traidor proviene del latín. traidor o del traidor que indica la persona que entrega alguien a la otra parte. Como puedes ver es una palabra que deriva de la tradición militar. Y en sentido estricto equivaldría a entregar al enemigo.

En la vida cotidiana hablamos de traición cuando alguien que aparentemente está de nuestro lado de repente dice algo o actúa de tal manera que se vuelve en nuestra contra. Pensábamos que estaba de nuestro lado y de repente descubrimos que no es así.

ora Estar de nuestro lado es a menudo muy ambiguo al igual que estar en nuestra contra. Estar de nuestro lado puede significar miles de cosas: desde ser cómplice de nuestros errores hasta respetar nuestra integridad. De la misma manera, estar en nuestra contra puede ir desde denunciar nuestras deficiencias hasta intentar destruirnos. no cumplió con nuestras expectativas .

Pactos y traición

En el caso de la amistad o del amor, suele suceder que los límites son vagos. Ambas relaciones requieren acuerdos o compromisos específicos, pero rara vez son explícitos. Se piensa que en caso de un vínculo positivo no habrá lugar para el daño.

Pero como se mencionó anteriormente, los argumentos sobre lo que duele son a veces muy subjetivos. El caso más clásico es el de la famosa traición romántica. La cuestión en este caso es: el pacto de amor presupone que el sentimiento se mantenga vivo independientemente de ¿circunstancias?. Esta podría ser la intención pero hay que considerar que es un objetivo muy difícil de alcanzar.

Es porque los sentimientos tienen su propio ciclo. En ocasiones consiguen tomar postura y adquirir un valor positivo. Otras veces simplemente se disuelven o se convierten en algo negativo. En este campo no hay certezas por mucho que se diga lo contrario. Puede suceder que para honrar un compromiso asumido el vínculo se mantenga pero eso no significa que los sentimientos no hayan cambiado.

Como una persona puede sentirse decepcionado y traicionado cuando los sentimientos de la pareja cambian . La pregunta que surge en este punto es ¿si el problema está en quienes sienten diferente (y actúan en consecuencia) o en quienes esperan que eso nunca suceda?

Hechos y circunstancias

Mucha gente afirma poder notar cualquier cosa. cambio de sentimientos de tu pareja siempre que ésta sea sincera y hable de ello lo antes posible. La realidad nos muestra que esto rara vez es así. Si uno de los dos está enamorado y el otro ya no está enamorado, es difícil que quien sigue enamorado acepte esta asimetría. Más aún cuando ya existe atracción por una tercera persona.

Por eso muchas veces tendemos a ocultar lo que está sucediendo. La verdadera intención no es engañar sino evadir el sentimiento de culpa que se deriva del daño que se causa al otro o del tormento que puede desencadenar. Evidentemente también hay cínicos o manipuladores que disfrutan jugando con los sentimientos ajenos pero son una minoría.

La verdad es que nos vendría bien ser flexibles ante la traición o lo que superficialmente definimos como tal. En este caso las circunstancias tienden a ser mucho más importantes que los hechos mismos. Es posible que detrás de eso que llamamos traición se esconda algo más que no siempre coincide con nuestras expectativas o deseos.

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