Hay días que necesito un abrazo, pero no quiero ver a nadie.

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Hay días así: discordantes, extraños y contradictorios. Son momentos en los que necesitamos el calor de un abrazo de esa piel cálida que nos regala cariño y cercanía. Sin embargo, y casi al mismo tiempo, queremos refugiarnos en un rincón privado donde nadie pueda vernos, donde podamos pensar en silencio con la soledad como única compañera.

¿Qué nos pasa? ¿Nos pasa algo si nos encontramos en esta situación o estado de ánimo en más de una ocasión? La respuesta es no. No debemos ver problemas patológicos en momentos aislados que en realidad son completamente normales . El problema sólo surgirá si este estado se vuelve crónico.

Por otro lado, hay que subrayar que estas contradicciones emocionales surgen en múltiples ocasiones y por los más variados motivos. En ocasiones se deben a pequeñas fluctuaciones hormonales o incluso al simple cambio de estación cuando el potencial de adhesión de la serotonina disminuye y en consecuencia experimentamos pequeñas alteraciones en ánimo .

Sin embargo el Uno de los orígenes más comunes está en el entorno que nos rodea y en la forma en que gestionamos y afrontamos muchas situaciones cotidianas. . Porque incluso el mundo es

¿Cómo podemos afrontar mejor estas disonancias y altibajos externos e internos? Hablaremos de ello más tarde.

Aprender a vivir con la contradicción

A todo el mundo le gustaría vivir en un mundo de certezas. de sentimientos sólidos de lógica precisa y en los que no se entendía la ambigüedad. Sin embargo, debe quedar claro: el mundo allí sociedad e incluso nosotros mismos con nuestro complejo mundo emocional somos disonantes y cambiantes. Casi sin querer tenemos que hacer grandes esfuerzos para encontrar la armonía en medio del caos porque

Aprendamos a aceptar estas contradicciones, tanto las de los demás como las propias. . Habrá días en los que todo sucederá perfectamente y habrá períodos en los que parecerá que todo va mal y en los que la esperanza no se ve ni siquiera desde lejos. Nos sentiremos solos, heridos e incluso llenos de ira ante tal frustración pero al mismo tiempo necesitados de un abrazo de consuelo y cercanía.

Debemos hacer un esfuerzo por vivir con la complejidad y la incertidumbre. Normalmente aceptar que nada es del todo seguro, que la vida se compone de ciclos, que las relaciones cambian y que incluso nosotros mismos cambiamos en nuestras necesidades y prioridades será una forma de romper la maldición del malestar. Quienes se obsesionan y se aferran a la necesidad de la permanencia eterna sufren . Los que no aceptan el cambio allí. pérdida o incluso el desafío que llama a su puerta corre el riesgo de impedirle crecer como persona.

Esos días en los que necesito un abrazo y también estar sola

Debemos admitir que no hay peor sentimiento que el de estar enojado con el mundo pero al mismo tiempo necesitando el amor más básico, puro y cercano. Sentir esta sensación por muy extraña que nos parezca es completamente normal, una realidad que experimentaremos en numerosas ocasiones.

Igor Grossmann, profesor del departamento de psicología de la Universidad de Waterloo Canadá, nos explica que Estos momentos de contradicción emocional pueden ser realmente muy productivos. . Sirven para un aspecto esencial: pueden ayudarnos a ver una determinada situación desde múltiples perspectivas. Sin embargo, si no gestionas adecuadamente esta carga de emociones conflictivas y dejas que se convierta en una constante en tu

Debemos aprender a descomponer y analizar estas emociones para obtener el mayor beneficio posible de ellas. Te explicamos cómo.

Aprende a gestionar la contradicción emocional.

El primer paso para desentrañar la bola de nuestro pequeño caos emocional es proceder con la aceptación. Aceptar no significa sufrimiento y

Mira bajo el microscopio de tu conciencia cada realidad que forma el rompecabezas de tu malestar. Me siento enojado porque me han decepcionado. Tengo miedo porque no sé que decisión tomar. Me gustaría que esa persona entendiera lo que me está pasando...

El segundo paso tiene que ver con la necesidad de dar respuestas productivas y efectivas. Para ello debemos invertir un poco de coraje, mucho ingenio y una gran voluntad en este proceso. Si quiero que esa persona entienda lo que me pasa tengo que decírselo. Si me han decepcionado, si me han hecho daño, tengo que seguir adelante y conocer gente nueva y cambiar de escenario.

El último paso de esta estrategia de autogestión emocional es quizás el más importante. Sin duda hablamos de la necesidad de controlar las creencias limitantes y los pensamientos intrusivos. obsesiones negativo y la artillería psicológica con la que nos autosaboteamos.

Saber controlar y gestionar nuestro universo emocional es un arma de poder y bienestar. Quiero decir

Todos merecemos un abrazo de vez en cuando, un abrazo que nos repare. Sin embargo, sobre todo tenemos la obligación de cuidarnos seres tan preciosos como tesoros de nuestros propios universos.

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