
La enseñanza que nos brinda la escultura de madera de los tres monos sabios del santuario de Toshogu sigue inspirándonos hoy en día. Su mensaje original fue simple y muy directo: No escuches lo que te desvía, no veas como naturales las malas acciones y no hables mal sin motivo alguno. .
Curiosamente, con el tiempo, nuestra visión occidental ha simplificado un poco su enseñanza original y nos quedamos sólo con el clásico: no veo, no oigo, no hablo. Un mensaje tan extendido que hoy en día se puede encontrar incluso en los emoticones de Whatsapp y que de una forma u otra desvirtúa bastante la idea original detrás de las figuras representadas.
Nada es más hermoso que conocer la verdad, nada es más vergonzoso que aceptar una mentira y tomarla como verdad.
-Guía-
El mensaje de estas figuras es mucho más profundo y complejo . Se trata de una representación del siglo XVI esculpida en honor al shōgun Tokugawa Ieyasum y que hunde sus raíces en las enseñanzas de Confucio. Además, para muchos, el mensaje de los tres monos también tiene una estrecha relación con los tres filtros de Sócrates.
Cualquiera que sea la verdad Siempre es una fuente de enriquecimiento meditar sobre estas iconografías clásicas y los sabios mensajes de los que nacieron. para reflexionar y profundizar nuestros conocimientos. Los tres monos sabios de Togoshu nacen de un código moral y un misticismo que hoy nos sigue fascinando y que nos gustaría compartir contigo.

¿Qué nos dice la leyenda de los tres monos sabios?
La leyenda de los tres monos tiene sus raíces en mitología china de donde nació esta curiosa historia que tiene como protagonistas a tres interesantes personajes: Kikazaru el mono que no puede oír; Iwazaru el mono que no habla; Mizaru el mono que no puede ver.
Estas tres singulares criaturas fueron enviadas por los dioses como vigilantes y mensajeros. Tenían que presenciar el comportamiento y las malas acciones de la humanidad y luego informarlas a las deidades. . Sin embargo, estos mensajeros divinos fueron víctimas de un hechizo que les dio dos virtudes y un defecto:
- Kikazaru el mono sordo era quien observaba a cualquiera que cometiera malas acciones y luego se las comunicaba verbalmente al mono ciego;
- Mizaru, el mono ciego, transmitió los mensajes del mono sordo al mono mudo;
- Iwazaru el mono mudo recibió los mensajes del mono ciego y comprobó que se respetara el castigo divino impuesto a los humanos ya que era ella misma quien decidía qué castigo debían recibir.

Esta historia quiere enseñar ante todo que debemos mantenernos siempre puros de espíritu. evitando escuchar lo que nos lleva a actuar de mala manera evitando hablar sin razon y ver las malas acciones como algo natural.
Los tres filtros de Sócrates
También existe un interesante paralelismo entre esta leyenda y una historia que nos dejó el propio Sócrates en la que el filósofo cuenta cómo uno de sus alumnos había entrado una mañana en su casa deseoso de contarle lo que había oído. Ante la impaciencia del joven, el sabio ateniense le explicó que antes de revelarle esa noticia debía responder a tres preguntas:
- lo que quieres decirme ¿Es siquiera BUENO?
- Por fin lo que quieres decirme ¿Es realmente útil o NECESARIO?
Como ves estos tres filtros tienen mucho que ver con los perfiles que representan a los tres monos del templo Toshogu. Analicémoslo con más detalle.
Aunque se trate de una minoría formada por una sola persona, la verdad siempre sigue siendo la misma.
-Gandhi-
El mono que se tapa las orejas: Kikazaru
Además de ser sabio, Kikazaru es prudente . Es el mono de la izquierda quien decide taparse los oídos para no oír ciertas cosas simplemente porque quiere conservar el equilibrio.
No se trata de evitar conocer los hechos o la verdad. No es una actitud cobarde ni derrotista. identifica a quienes deciden dejar de lado información que no les es útil y que sólo corre el riesgo de perjudicarles para proteger su integridad.
El mono que se tapa la boca: Iwazaru
Iwazaru es el pequeño mono del centro que representa la necesidad de no transmitir el mal no dejarse tentar por los chismes y ante todo ser muy cautos antes de difundir una historia que, tal y como nos recuerda Sócrates, puede no ser cierta ni buena, y mucho menos útil.
El mono que se tapa los ojos: Mizaru
Desde un punto de vista socrático, Mizaru, el mono ciego, representa un claro Te invito a cerrar los ojos ante lo que no es útil, bueno o verdadero. .
Incluso en este caso no se trata de una elección pasiva o cobarde. No se trata de volver la cara y no denunciar el mal o la demonio (recordemos que en la leyenda son precisamente los monos quienes deciden los castigos divinos). Por el contrario, se trata de tener la mirada sabia de quien sabe distinguir el bien del mal de quienes castigan la perversión para aferrarse a la luz, a la nobleza del alma y a todo lo que los hace mejores personas.
En conclusión, como podéis comprobar tanto en la leyenda original como en los filtros de Sócrates se puede ver una enseñanza primordial que ha logrado sobrevivir al paso de los siglos y que aún hoy sigue siendo más útil que nunca: debemos ser prudentes cuando hablamos, sabios cuando escuchamos y hábiles cuando tenemos que decidir dónde poner nuestra mirada .
Estos tres mecanismos sin duda nos ayudarán a preservar nuestro equilibrio interno y nuestra felicidad.
