
Desarrollar la resiliencia en los niños es un objetivo que si se logra tiene valor enorme . Nuestros pequeños son capaces de cosas extraordinarias, esto ya lo sabemos. Sin embargo, lo que más queremos es que sean felices. Por ello, nada mejor que enseñarles a gestionar aquellos recursos que les permitan afrontar los retos diarios.
Pocas palabras están tan de moda que solemos leer esto sobre todo en manuales de autoayuda y crecimiento personal. La idea que representa ciertamente no es nueva. pero ya hace algunos años que empezamos a estudiar más detenidamente la importancia de desarrollar la resiliencia en los niños y sus efectos.
Víctor Frankl Lo hizo mostrándonos, por ejemplo, que ciertas personas son capaces de afrontar la adversidad gracias a su fuerza interior, su armadura y la presencia de un propósito u objetivo.
Lo que realmente necesitamos es cambiar radicalmente nuestra actitud ante la vida.
-Viktor Frankl-
Si estos recursos son tan útiles, ¿por qué no transmitirlos a los niños? Hacerlo significa más que proporcionar técnicas simples para gestionar los desafíos futuros. La resiliencia construye una nueva mentalidad en ellos y en nosotros . Crea cerebros más fuertes que son más resistentes al estrés y tienen funciones ejecutivas más efectivas.
Desarrollar la resiliencia en los niños es posible; Veamos las principales estrategias.

La necesidad de desarrollar la resiliencia en los niños
Cuando nos enfrentamos a la adversidad, nuestro cerebro experimenta estrés y angustia emocional. . Este tipo de respuesta surge y se desarrolla en un ámbito muy concreto: el amígdala .
Esta estructura es la responsable de nuestras respuestas asociadas al miedo y también es la que envía mensajes al cerebro estimulándolo a liberar adrenalina y cortisol lo antes posible. Es como si estuviera sugiriendo ¡Debemos reaccionar, debemos escapar de esta amenaza lo antes posible!
Ahora bien, cuando la amígdala, centinela del miedo, toma el control sucede algo muy particular: La corteza prefrontal pierde funcionalidad. . Nuestra capacidad para analizar la situación objetivamente o pensar en el problema se reduce drásticamente. nos dejamos el uno al otro aprovechar del miedo sin poder ver ninguna salida, perdiendo esa calma interior que nos permite desarrollar una estrategia.
En un cerebro entrenado en resiliencia esto no sucede. Cedemos mucho menos al miedo porque En definitiva, la resiliencia conduce a mantener la amígdala en calma y a dejar activa la corteza prefrontal. Por tanto, un cerebro resiliente es menos sensible al estrés y permite desarrollar una mentalidad más abierta, reflexiva y fuerte. ¿Cómo hacerlo?
1. Vínculos fuertes y apego seguro: el mejor punto de referencia para el niño
Muchos pensaremos que para desarrollar la resiliencia en los niños no hay nada mejor que enseñarles a ser autónomos e independientes. En realidad más que autosuficiencia La clave para desarrollar un cerebro resiliente es la conexión emocional.
Los bebés necesitan un apego seguro, fuerte y saludable . Necesitan puntos de referencia que les ofrezcan seguridad y protección. Esto es lo que da forma a un cerebro resistente ante el miedo o el estrés. Un cerebro fuerte que no ha tenido experiencias tempranas de inseguridad o miedo es un cerebro que será capaz de afrontar los problemas de la vida con mayor habilidad cuando sea adulto. La ausencia de estos rastros negativos determina una mente más flexible y receptiva.
2. Entrena a tu
Como anticipamos nuestro objetivo es calmar la amígdala (miedo) y entrenarla corteza prefrontal (funciones ejecutivas) . Al hacerlo ofreceremos al niño las herramientas necesarias para resolver problemas, dirigir correctamente la atención y ser creativo ante retos, ya sean grandes o pequeños. Estos recursos evitarán que quede atrapado en el miedo y la angustia.
A continuación se explica cómo desarrollar las funciones ejecutivas en los niños:
- Establecer hábitos.
- Estimular conductas sociales saludables.
- Fomentar amistades con personas de confianza.
- Crear oportunidades que permitan al niño crear vínculos con sus compañeros (campamentos deportivos de verano...).
- Fomentar el juego creativo y creativo.
- Estimularlos a decidir de forma independiente.

3. Ejercer plena conciencia
Una excelente manera de desarrollar la resiliencia en los niños es practicar plena conciencia . Poder conectar con el aquí y el ahora de forma relajada mejora la conexión cerebral, libera estrés y potencia las funciones ejecutivas. Si se introduce en los primeros años de vida veremos grandes resultados en el niño.
4. Transmitir al niño la idea de ser competente y capaz
En sus actividades diarias el niño debe ser capaz de percibirse a sí mismo. como una persona capaz . Debe entender que se aprende de los errores y que esto le permite mejorar y poder afrontar nuevos retos con habilidades y competencias adquiridas poco a poco. Este sentimiento acompañado de nuestro apoyo y aprobación le permitirá ir tomando poco a poco las mejores decisiones.
5. Transmitir optimismo
El optimismo saludable es de gran ayuda para un niño. Debemos enseñarle que las situaciones problemáticas se pueden plantear en términos de superación personal. Aquí es donde reside el verdadero coraje.

6. Enfrentar los miedos está bien pero pedir ayuda es saludable
Para desarrollar la resiliencia en los niños debemos ayudarlos a gestionar emociones negativas como el miedo. Un regalo que podemos hacer a nuestros hijos es transmitirles la siguiente idea: pedir ayuda no sólo está permitido, es necesario . Quienes son capaces de pedir ayuda no son débiles sino lo suficientemente valientes para reconocer su propia vulnerabilidad y necesidades y, por lo tanto, son capaces de crear relaciones más profundas.
Ayudar a los demás y permitir que otros te ayuden es una dinámica que los niños deben establecer desde una edad temprana. De esta manera el miedos escalan, pierden su control y finalmente desaparecen.
7. Construya una caja de resolución de problemas.
A partir de los 5 años el niño ya es capaz de resolver los problemas más sencillos. Aquí tienes un consejo útil y divertido:
Construyamos una caja de resolución de problemas junto con el niño y mostrémosle cómo usarla. : le ayudaremos a madurar. A medida que crezca irá perfeccionando el uso de estas herramientas, adaptándolas a diferentes circunstancias.
Esta casilla se puede llenar con las siguientes estrategias:
- ¿Qué hacer cuando algo me preocupa?
- Consúltalo con mamá y papá.
- Pide ayuda o consejo a una persona de confianza.
- Si el problema ya surgió en el pasado, ¿cómo lo solucioné? ¿Puedo hacerlo mejor?
- Asimilar la idea de que cualquier problema, por grande que sea, se puede dividir en segmentos más pequeños y más fáciles de resolver.

Formar, forjar, estimular la resiliencia en los niños requiere de un enfoque educativo basado en el apego seguro. También es necesario ofrecer una base sólida compuesta por estrategias necesarias para afrontar y resolver los problemas.
Hablamos, por tanto, de una educación activa y creativa en la que el adulto actúa como referente. . Sin duda una gran responsabilidad para nosotros. Sin embargo, es una aventura que siempre merecerá todo nuestro esfuerzo.
 
             
             
             
             
             
             
             
             
						   
						   
						   
						   
						   
						   
						  