
Todos hemos intentado al menos una vez borrar de nuestra mente un recuerdo desagradable, una experiencia traumática, una palabra desagradable… Sin embargo, como bien sabemos Para el cerebro olvidar es más difícil que recordar . Es como si este fascinante órgano nos susurrara: recuerda esto porque tus recuerdos son la esencia de tu experiencia.
Aunque este aspecto pueda parecer desalentador, hay que destacar que en el universo de la neurociencia todo tiene un propósito. La memoria construye quiénes somos. Si pudiéramos borrar un capítulo entero de nuestra vida a nuestro antojo, dejaríamos de ser quienes somos. Porque al fin y al cabo, cada uno de nosotros estamos hechos de luces y sombras, de éxitos, fracasos e incluso desgracias.
Esto no significa que tanto los científicos como cualquier otra persona puedan preguntarse por qué. Por qué olvidar es más difícil que recordar ? Porque el cerebro no puede borrar un hecho concreto ? ¿Y por qué olvidamos algunas cosas mientras otras persisten como la luz de un faro que siempre nos guía hacia las orillas de la memoria y el sufrimiento? Un estudio muy reciente revela las respuestas a estas preguntas.
Es justo decir que el tiempo lo cura todo y que esto también pasará. La gente lo olvida. Pero esto sólo funciona si no eres el protagonista de ese evento porque si lo eres el tiempo no pasa, la gente no olvida y te encuentras en medio de algo que no cambia.
-John Steinbeck-

¿Por qué olvidar es más difícil para el cerebro que recordar?
La Universidad de Texas en Austin dirigió una búsqueda para descubrir por qué olvidar es más difícil para nuestro cerebro que recordar . Aunque todos sabemos que esto sucede con bastante frecuencia, aún no estaban claros los mecanismos neuronales que orquestan esta realidad psicológica.
Jarrod Lewis-Peacock, autor principal del estudio y profesor de psicología de la misma universidad, nos cuenta que el cerebro olvida datos y experiencias de forma continua y casi siempre lo hace mientras dormimos . Lo hacemos de forma inconsciente y sin tener el más mínimo control. Es precisamente el cerebro el que decide descartar hechos sin importancia y sin interés. Su objetivo es mejorar su eficiencia.
A través de imágenes de resonancia magnética también se pudo observar que cuando una persona intenta olvidar un recuerdo exacto estamos ante el caso de un desafortunado intento de seducción que terminó en fracaso. Hay 3 áreas del cerebro en las que se concentra todo el esfuerzo . Es decir, el corteza prefrontal la corteza temporal ventral y el hipocampo.
Olvidar es más difícil que recordar debido a la carga emocional y las asociaciones.
Hay recuerdos neutrales y recuerdos altamente emocionales. Como nos explican los neurocientíficos, el material que olvidamos casi instantáneamente es el material visual. Durante el día olvidamos alrededor del 80% de las cosas que vemos. : las matrículas de los coches, las caras de las personas que conocemos, los colores de la ropa que llevan los demás, etc.
Los acontecimientos marcados por la huella de una emoción, sin embargo, resisten al olvido. Si algo nos ha causado miedo, vergüenza, temor o felicidad durará más en la memoria porque el cerebro lo considera significativo.
Los científicos añaden otro hecho importante: Muchos de nuestros recuerdos son ricos porque se forman a través de asociaciones. . nuestro cerebro Relaciona imágenes, olores, sonidos e impresiones con acontecimientos pasados. Todo ello ayuda a consolidar aún más determinados recuerdos.

Nuestros recuerdos, tanto agradables como desagradables, definen quiénes somos hoy.
Cada experiencia sensación pensamiento hábito ed emoción provoca un cambio en el cerebro . Se crea una conexión, el cerebro se reorganiza y cambia. Olvidar es más difícil que recordar porque borrar un fragmento del pasado significaría también borrar esa conexión, esa sinapsis cerebral.
De alguna manera cada experiencia, ya sea placentera o desagradable, prepara el cerebro para experiencias futuras y todas las sinapsis y cambios cognitivos creados por cada hecho sentido y experimentado construyen la anatomía cerebral que nos define individualmente. Cada recuerdo, cada sensación levanta, por así decirlo, las montañas de nuestras eras geológicas vitales.
Olvidar es posible pero sólo en determinadas circunstancias
El citado estudio realizado por el Dr. Lewis-Peacock de la Universidad de Texas llama la atención sobre un detalle curioso. El olvido intencionado sólo es posible en algunos casos.
Según investigaciones, una persona puede olvidar una experiencia si ésta genera un nivel moderado de actividad cerebral. Bueno… ¿qué significa eso?
- Significa que si no le damos excesiva importancia a un hecho (como haber cometido un error en público) es más fácil avanzar hacia el olvido.
- Si reducimos el impacto emocional de ese hecho sin prestarle demasiada atención, es más fácil que esa experiencia se pierda en la memoria.
- Un nivel moderado de actividad cerebral es clave para promover el olvido.
Por el contrario si el componente emocional es intenso si centramos nuestros pensamientos en lo que queremos olvidar no lo conseguiremos .
Teniendo presente este aspecto sólo podemos comprender un hecho muy simple: el olvido no soluciona nada. Al fin y al cabo somos nuestros aciertos y nuestros errores y enfrentar cualquier obstáculo, pérdida, error o desilusión es parte de nuestro aprendizaje como seres humanos.
 
             
             
             
             
             
             
             
             
						   
						   
						   
						   
						   
						   
						  