Felicidad pospuesta: Seré feliz cuando…

Tiempo De Lectura ~6 Mínimo
Hay quienes posponen su felicidad hasta ese día en el que por fin encontrarán un mejor trabajo o en el que podrán adelgazar y tener el cuerpo que siempre han soñado. Sin embargo, aquellos que ponen su vida en pausa soñando con un futuro ideal son como un caballo que corre detrás de una zanahoria que no puede alcanzar.

La felicidad diferida define una condición mental que experimentamos muchos de nosotros. Es esa condición la que nos lleva a decir frases como: Mi vida será mejor cuando por fin cambie de trabajo Cuando lleguen las vacaciones haré las cosas que tanto me gustan Cuando apruebe el examen podré estar con las personas que tanto extraño etc.

¿Por qué decimos estas cosas? Porque nuestro cerebro piensa que todo mejorará cuando hagamos o logremos ciertas cosas. Pero ¿cuál es el mecanismo por el cual nos obligamos a posponer nuestro bienestar y nuestro placer? Muchos dirán que es puro y simple autonecesismo, otros que todas estas conductas no son más que una manera efectiva de autosabotaje .

Dejar en suspenso nuestra felicidad pensando que el futuro nos deparará cosas mejores es una forma de fabulación. Es una manera de oscurecer nuestro presente y quedar cegados por el espejismo de un mañana ideal.

Si tuviera más dinero sería feliz. Hasta que pierda peso no iré más a la playa. Esta forma de pensar construye un muro invisible que distorsiona por completo el verdadero significado de la palabra felicidad.

La felicidad diferida es un error de cálculo que es malo para la salud

Vivimos en una época donde parte de nuestros pensamientos y deseos van precedidos por la palabra If. Si tuviera más dinero todo sería mejor. Si consiguiera ese ascenso en el trabajo tendría un mejor estatus y demostraría a los demás de lo que soy capaz. Si fuera más atractivo Encontraría pareja más fácilmente. Configurar así cada una de estas frases nos provoca un sufrimiento innecesario que nos aleja de nuestro bienestar.

La psicología define esta realidad como el síndrome de la felicidad pospuesta. Esta definición identifica un comportamiento por el cual un ser humano siempre está esperando que suceda una circunstancia específica. Está claro que a veces esta espera se justifica sobre todo cuando invertimos tiempo y esfuerzo para lograr algo concreto: limito mi vida social a estudiar porque mi objetivo es aprobar el examen.

En este caso posponer determinadas actividades tiene una explicación y finalidad razonable. Sin embargo El síndrome de felicidad diferida ocurre cuando el objetivo no es ni razonable ni lógico. En estos casos cualquier argumento va en contra de nosotros mismos y alimenta el malestar y el sufrimiento. Un ejemplo sería cuando es lunes y ya estamos pensando en el fin de semana. Otros podrían ser los que piensan que todo será mejor cuando perderá peso y su apariencia física cambiará.

Quienes posponen y quienes posponen lo hacen porque no aceptan o no están contentos con el momento presente o porque no abordan o no saben explotar el potencial del aquí y ahora.

¿Por qué posponemos nuestra felicidad?

Por muy extendido que esté el término felicidad desde el punto de vista psicológico, es muy fácil de definir. Significa aceptar, amar, ser bueno contigo mismo y ser feliz con lo que tienes. Significa tener un propósito en la vida, disfrutar de una buena red de apoyo social y de recursos mentales eficaces para afrontar las dificultades. Nada más y nada menos.

    Insatisfacción con la propia persona y posesiones.La persona siempre quiere algo que le falta, algo que cree que es mejor de lo que tiene.
    Detrás de la necesidad de pausar nuestra felicidad pensando que vendrá algo mejor se esconde el miedo.El miedo a afrontar lo que duele en un momento dado lleva a la inseguridad y a no tener la coraje para cambiar lo que no nos gusta. Todo esto debe resolverse en el aquí y ahora con responsabilidad y valentía.

La felicidad pospuso al caballo que corre detrás de una zanahoria que no puede alcanzar.

Clive Hamilton profesor de filosofía en la Universidad Charles Sturt en Australia escribió un estudio titulado El síndrome de la felicidad diferida (El síndrome de la felicidad pospuesta) en el que expone algunos conceptos muy interesantes. segun el es la sociedad actual la que nos transforma en ese caballo que nunca logra alcanzar la zanahoria.

Siempre estamos buscando algo intangible que rara vez logramos lograr pero que deseamos fuertemente. Y lo queremos porque no somos felices. Las causas de este malestar son la Trabajar las condiciones en las que vivimos, la sociedad de consumo que nos hace creer incesantemente que necesitamos ciertas cosas para sentirnos bien (por ejemplo, un mejor teléfono, una prenda de vestir de una determinada marca, un coche nuevo, etc.).

Otro factor es el poco tiempo del que disponemos. Tenemos poco tiempo para conectarnos con nosotros mismos a través de nuestros pasatiempos o las personas que amamos. Según el Dr. Hamilton deberíamos ser un poco más atrevidos, atrevernos más y tomar nuevas decisiones para alcanzar el bienestar y llevar una vida más acorde a nuestros gustos y necesidades. Necesitamos dejar de correr y pensar en el mañana. Necesitamos detenernos y encontrarnos en el presente.

Entradas Populares