
Los chismosos no existen sólo en los pueblos pequeños y no son las típicas amas de casa que charlan en un patio interior. El contexto no predispone a las personas a preocuparse por lo que sucede en la vida de otras personas
La práctica del chisme se ha vuelto moderna y más generalizada.
Lenguaje e incertidumbre
Para algunos autores Esta práctica de transmitir chismes vio su nacimiento con el inicio del lenguaje humano. De alguna manera el intercambio de El chisme permitió su desarrollo y la aparición de grandes sociedades modernas.
Las historias sobre otros contadas por algunas personas tenían como objetivo proporcionar información sobre su estatus social, los roles que ocupaban en el grupo o las normas sociales vigentes. Para algunos incluso podrían representar una ayuda para conseguir objetivos como encontrar pareja o conocer su estado de ánimo y emociones. desgracias otros.

En un nivel más profundo La necesidad psicológica básica que subyace al chisme es eliminar el incertidumbre .
Nuestra respuesta es intentar restablecer inmediatamente nuestro equilibrio cognitivo. ¿Como? Obteniendo estos datos. Lo mismo ocurre con los chismes.
Nuestra motivación es saber algo que nos interesa mucho de otra persona y que ignoramos. Intentemos extrapolar, preguntar, oprimir. . En esta práctica el fin justifica los medios.
¿Cómo son las personas chismosas y cómo se consideran a sí mismas?
Vivir en un lugar y condición específicos no justifica chismear, criticar, amargarse o difundir mensajes falsos que puedan dañar la reputación de los demás. Quienes son víctimas de estos comentarios suelen hacerse una serie de preguntas sobre las personas chismosas: ¿Están aburridos? ¿No tienen vida? ¿Quieren hacerme daño?
En términos generales La gente chismosa suele tener una mundo interior muy limitado .
Cuando hablamos mal de los demás estamos hablando mal de nosotros mismos.
¡Los chismosos tienen vidas como todos los demás! Sin embargo prefieren escapar de sus propios problemas No los soluciones y preocúpate más por el resto.
Uno de los aspectos más curiosos es que son raras las veces que reconocen que lo son. La gente chismosa no tiene esta autoestima. De hecho, están convencidos de lo contrario.
¿Es útil? ¿Positivo? ¿Dañino?
En general asociamos el concepto de chisme a información superflua o en todo caso irrelevante para fines prácticos . Y a veces es así. Por ejemplo, la información que obtenemos sobre personajes famosos sólo la conocemos a través de programas de televisión y chismes.
Otras veces, sin embargo, chismear es útil desde un punto de vista individual. Preguntar más puede permitirnos obtener información válida e importante para generar nuevas oportunidades y allanar el camino. Sin embargo, este comportamiento, además de ser reconocido como oportunista, también puede impedirnos disfrutar de una imagen muy positiva.
Por otro lado, a la hora de establecer polos, la psicología siempre opta por un término medio. Más que positivo, conviene mostrar interés por las personas que nos interesan. Ser curioso no significa entrometerse en su vida ni cotillear con terceros sino simplemente saber preguntar y escuchar. Precaución
Si, por el contrario, los acusamos constantemente, investigamos siempre y nos involucramos en sus asuntos, interfiriendo en sus vidas (y en su hogar), acabarán rechazando nuestro desmedido interés.

¿Cómo reaccionar cuando alguien quiere cotillear con nosotros?
Si sospechas que una persona es chismosa, lo primero que debes hacer es observar. Entonces puedes hacerte dos preguntas: ¿Por qué me cuentas esto? ¿Por qué me cuentas esto?
Normalmente, si no somos objeto del chisme, tendemos a no darle demasiado importancia . Sin embargo, debemos recordar que la próxima vez podría ser nuestro turno. Por esta razón Lo mejor que se puede hacer para evitar que se convierta en un hábito muy perjudicial para terceros es no difundirlo. El chisme termina con nosotros.
Para tener una boca chismosa necesitas un oído chismoso.
Por otro lado, si alguien te obsesiona con sus preguntas es preferible que le hagas saber tu molestia o simplemente interrumpas la conversación. Cualquier excusa puede ser buena para librarnos de la gente chismosa. Tus libertades y privacidad están en juego, ¡así que protégete!
¿Saber tanto sobre los demás los hace dignos de confianza?
Categóricamente no. La confianza se gana sobre la base de comprensión ; No depende de la información que tengas sobre los demás. Si alguien te cuenta un secreto que otra persona le contó, ¿puedes confiar tus secretos a esa persona? Porque contigo ella debe ser diferente y guardar tu secreto si no lo hace con los demás. ?
No se trata sólo de contarlo a los cuatro vientos, ya que estas personas tienden a añadir condimento a tu historia. En otras palabras, mienten o al menos dicen verdades a medias que hacen que la historia sea más increíble e interesante.
Todos nosotros en alguna ocasión nos convertimos en informantes de la vida de otras personas. El problema surge si lo haces de forma compulsiva y constante sin vergüenza ni respeto por los demás. Si nos damos cuenta de que nos estamos volviendo demasiado curiosos debemos intentar dedicarnos más tiempo a nosotros mismos. ¡Vivamos nuestra vida! No el de los demás.