
Seamos siempre nosotros mismos. Donde no podemos estar, es mejor no quedarnos . Ser fiel a la propia identidad, a los valores y a la dignidad requiere fortaleza en el corazón y valentía en las decisiones. Después de todo, la vida es lo suficientemente complicada como para permitir que otros apaguen nuestros valores y nuestra autoestima. Demasiado complicado dejarnos estancar en espacios y dinámicas que no nos pertenecen, que nos hacen sentir mal y oxidan el alma.
Esta reflexión –en la que ciertamente todos estamos de acuerdo– contiene una pregunta importante. ¿Qué significa ser nosotros mismos? Por extraño que parezca, hay muchas personas que todavía no han conseguido darle forma a este músculo situado en el corazón de su personalidad .
Definirnos, entender cuáles son nuestros límites, nuestras pasiones, hacer una buena reflexión sobre nuestra experiencia, tener claro lo que queremos… son pequeños ejemplos de esa piedra angular que es nuestra salud mental. Por qué proteger nuestra esencia y valorar lo que somos nos aporta bienestar y vitalidad.
Es fácil definirnos por lo que hacemos: soy policía, soy maestra, soy trabajadora, soy madre. Bueno, somos más de lo que hacemos o de lo que no hemos podido hacer. No somos sólo nuestras actividades, somos lo que soñamos, lo que hemos vivido, lo que deseamos o esperamos en la vida. .
Todo esto merece ser definido y protegido cada día.
La gente real está repleta de seres imaginarios.
-Graham Greene-

La dificultad de ser nosotros mismos cada día
El hambre de autenticidad se siente todos los días. . Nos gustaría vernos en cada decisión creando armonía en todas nuestras relaciones sin caer en falsedad sin ceder en cosas que no tienen nada que ver con nosotros. Estamos esencialmente ansiosos por salvaguardar el epicentro en el que reside nuestra identidad y asegurarnos de que nada rompa este equilibrio.
Sin embargo, sucede. Sin saber cómo dejamos de ser nosotros mismos cuando en el trabajo aceptamos roles que odiamos o que no nos identifican . Dejamos de ser nosotros mismos cuando decimos sí a una pareja, a un familiar o a cualquier otra persona cuando lo que tenemos en la garganta es un no.
Sin embargo, llega el momento en el que nos miramos al espejo. Y aunque reconocemos los rasgos familiares, nuestros gestos y detalles Concluimos con gran pesar que hemos dejado de ser nosotros mismos para convertirnos en lo que la vida ha hecho de nosotros.

No ser nosotros mismos es doloroso y nos deja a la deriva
El psicólogo Mark Leary, profesor de la Universidad de Duke, nos advierte: cuando una persona percibe una falta de autenticidad en sí misma, experimenta un sufrimiento intenso. Es decir si dejas de ser tú mismo día tras día y de forma continuada, llega la frustración de donde fácilmente puede surgir la depresión.
A estudio realizado por la Universidad de Harvard destaca el hecho de que una palabra de moda en muchos contextos laborales es ser auténtico. ¿Cómo podemos conciliar este término con el hecho de que estamos obligados a formar parte de complejos grupos de trabajo para seguir directivas y órdenes para trabajar en objetivos concretos? Es un arma de doble filo.
Es difícil ser nosotros mismos en un entorno competitivo rígido y definido. Poco a poco van apareciendo ansiedad, estrés y malestar, traídos por la conciencia de estar muy lejos de ser auténticos. Estamos subordinados y alienados.
Cuando la autenticidad desaparece, lo queramos o no, nos vemos obligados a buscar un equilibrio entre lo que hacemos y lo que necesitamos, entre lo que somos y lo que creamos. Tenemos que admitir que ser fieles a nosotros mismos no es fácil; debemos aprender a tomar decisiones convincente y valiente.
Atrévete a ser tú mismo y ganarás en salud y bienestar
Donde no puedas ser tú mismo, aléjate . Donde no te permitan expresarte, demostrar tus habilidades, donde se atrevan a apagar tu luz, tu risa, tu valor, huye. ¿Cuál es el punto de vivir con este dolor? No es lógico ni admisible. Si siente que le pica la autoestima o la dignidad, deténgase y piense.
Decisiones basadas en el autoconocimiento
Actualmente, la psicología se nutre en gran medida de ideas que pertenecen a corrientes existencialistas. Uno de ellos nos recuerda que para disfrutar de una vida auténtica es necesario comprometerse con uno mismo.
Esto implica darnos un espacio de reflexión adecuado para evaluar si lo que hacemos o decidimos hacer, digamos, responder cada día está de acuerdo con nuestro Ser.
Para empezar bastaría con preguntarnos cada día: ¿lo que hago me hace sentir bien? Las respuestas sinceras deberían guiar nuestras decisiones más valientes.

Recuerda: te lo mereces
Si quieres ser tú mismo todos los días de tu vida recuerda: lo te mereces . Ten presente tus valores, aprende del pasado, no pierdas de vista las metas en el horizonte y sobre todo nunca te pongas en un segundo plano. No sois extras, sois los protagonistas de vuestra vida.
Todos tenemos derecho a vivir una existencia plena, a estar satisfechos y acordes con nuestros intereses y nuestras pasiones. Florecemos cada día y nadie tiene derecho a quitarnos el alimento ni a marchitarnos. Se trata, por tanto, de elegir cuidadosamente dónde expandir nuestras raíces sin olvidar que merecemos ver nuestros sueños hechos realidad .