
A menudo mal distribuidos y utilizados las nuevas tecnologías se convierten en un obstáculo para la regulación emocional en los niños. Representan un riesgo para su desarrollo emocional si se convierten en el único método de entretenimiento, diversión o aprendizaje de los niños.
Inmersos como estamos en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) Sin un dispositivo tecnológico siempre disponible es fácil tener la sensación de sentirse alejado del mundo. Una sensación desagradable que nos empuja a estar siempre al día de las últimas novedades tecnológicas.
Aunque no se puede negar la beneficios de las nuevas tecnologías Uso incontrolado por parte de algunos niños y algunos padres. puede tener consecuencias graves y preocupantes como la incapacidad de gestionar las propias emociones.
Pensemos, por ejemplo, en un niño que hace un berrinche porque no pudo comprar el cereal que estaba mirando. Imaginemos a unos padres sacando su smartphone para distraerlo.
Los niños necesitan aprender a gestionar sus emociones. Si recurrimos a las nuevas tecnologías cuando lloran o se enfadan para animarles, no aprenderán a gestionarlos y lidiar con ellos.
Siga leyendo para comprender cómo las nuevas tecnologías pueden inhibir el aprendizaje de la regulación emocional en los niños.

Consecuencias del abuso de las TIC en los niños
Cada vez hay más estudios que hablan de la delgada línea que separa el concepto de uso del de abuso de las TIC por parte de los niños en desarrollo.
El uso indiscriminado puede provocar déficit de atención y problemas de memoria. disminución del rendimiento académico trastornos del sueño, dificultades del lenguaje, etc.
Varios pediatras sostienen que durante el uso de las tecnologías, la interacción del adulto con el niño es crucial; El riesgo de abuso de los medios digitales sigue siendo alto, como puede verse. por el aumento del sedentarismo y del índice de masa corporal (IMC) pero también por la reducción de las horas de sueño y la alteración del desarrollo cognitivo, social o emocional entre otros problemas.
Al mismo tiempo El uso incorrecto de las nuevas tecnologías puede provocar adicción a los videojuegos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye la adicción a los videojuegos en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) como una patología caracterizada por una tendencia al juego continuo y recurrente como consecuencia del mal uso de juegos digitales o videojuegos con o sin conexión a internet.
Factores de protección
Los especialistas han presentado un decálogo útil para ayudar a los padres a mejorar la salud digital de sus hijos:
- Instalar dispositivos electrónicos en salas comunes compartidas por todos. creando una zona TIC en casa.
- Estimular empatía, igualdad y respeto hacia los demás.
Por ello debemos demostrar que estás disponible para crear un clima de apoyo incondicional y confianza mediante frases como: si tienes algún problema estamos aquí para ayudarte.

¿Las nuevas tecnologías dificultan la regulación emocional en los niños?
La mayoría de videojuegos y aplicaciones para niños son tan divertidos y desafiantes que resultan completamente absorbentes. atención del niño . La baja exigencia de las nuevas tecnologías sobre la atención y la concentración hace que el niño no tenga que hacer grandes esfuerzos para utilizarlas . Tengamos en cuenta que no estimular los niveles de atención del niño puede retrasar el desarrollo de varias áreas del cerebro.
Más allá de eso Las nuevas tecnologías no favorecen la capacidad de tolerar la frustración en los niños. Al igual que ocurre con las habilidades cognitivas, la recompensa inmediata que encuentran en los videojuegos y aplicaciones hace que todos aquellos juegos en los que el niño debe crear de alguna manera las condiciones para la diversión parezcan aburridos.
Los padres suelen utilizar las nuevas tecnologías para calmar a un niño enojado o que llora, levantarle el ánimo o evitar que llore y haga cosas. caprichos . Pese a ello, utilizar un dispositivo electrónico para cancelar las emociones negativas puede resolver la situación en el acto pero no ayuda a conseguir autonomía en cuanto a la regulación emocional en los niños.
La tolerancia a las emociones se consigue experimentándolas, sintiéndolas y viéndose obligado a gestionarlas.