
No siempre es fácil entender si se ha podido superar el duelo. La reacción psicológica ante la pérdida puede ser aún incompleta y actuar como una herida infectada, como una lesión camuflada que llena nuestras vidas de condicionamientos y limitaciones. Por tanto, es necesario reconocer los signos del duelo.
Por duelo entendemos cualquier acontecimiento vital que implique un desapego de algo o alguien significativo para nosotros. romper pérdida emocional de un trabajo o incluso dejar atrás un rol que nos identificaba y nos hacía sentir realizados. Tal acontecimiento presupone sobre todo la desaparición abrupta de un vínculo y la extinción de una realidad afectiva que nos vemos obligados a reconstruir.
Cuando el dolor es reciente, cualquier intento de distraerse sólo resulta irritante. Hay que esperar a que se digiera el dolor, entonces la diversión disipará lo que queda de él.
-Samuel Johnson-
Cuando se pregunta cuál es la mejor manera de superar el duelo, es posible responder que no existe una estrategia universal. Cada persona reacciona de manera diferente y ésta es sin duda la mayor dificultad. No podemos recomendar un conjunto de técnicas regulatorias que puedan servirnos a todos porque No hay nada tan privado, desordenado y caótico como el dolor de uno. pérdida .
Sin embargo, no podemos pasar por alto un detalle: la capacidad de resiliencia del ser humano es inmensa. Aunque nunca podremos llenar por completo el vacío de esa pérdida, podremos vivir con ella. Incluso podemos permitirnos volver a ser felices aunque primero necesitamos afrontar y superar eficazmente nuestro duelo. personal.

No superar el duelo: señales
Por extraño que parezca, en nuestra sociedad existen duelos privados y casi invisibles. Son esas muertes a veces no autorizado . Un ejemplo es el de las madres que sufren un aborto espontáneo. un hecho traumático por el que sin duda muchas mujeres requieren un apoyo especializado que muchas veces no existe en los centros hospitalarios.
Los niños también forman parte de este colectivo que no siempre se comprende. Muchos niños viven sus duelos en silencio en un entorno que todavía piensa que por su edad no entienden qué es la muerte. Por otro lado, cabe señalar que los hombres también suelen ser parte de estas muertes no autorizadas.
En muchos países la figura del hombre sigue teniendo ese papel racional y protector en el que se espera que no exprese abiertamente su dolor emocional . Esta concepción muchas veces dificulta el proceso de reconstrucción tras una pérdida, a veces hasta el punto de cronificar ese estado de desamparo, que debe ser comprendido y tratado con naturalidad.
Veamos qué síntomas pueden indicar que aún no hemos superado el duelo.

Todavía no podemos hablar de la persona que perdimos.
En todo proceso de duelo debe llegar un momento decisivo. Es en el que finalmente nos abrimos. Es ese momento en el que necesitamos hablar con alguien sobre la relación perdida de esa persona o esa situación compleja que dejamos atrás. Hablar, expresar, recordar, traer ciertos recuerdos al presente brinda alivio y consuelo y también promueve la liberación emocional.
Si han pasado varios meses y años y todavía no podemos hablar de esa persona, el duelo aún no ha sido superado. Si percibimos un muro como un nudo en la garganta y nos negamos a devolver ese hecho o esa persona significativa al memoria Necesitamos pedir ayuda profesional.
Hechos que desencadenan reacciones emocionales excesivas
La persona aparentemente puede llevar una vida normal. Sin embargo, pueden aparecer reacciones emocionales repentinas en su vida diaria que nadie puede comprender. En ocasiones un objeto, una canción o una situación concreta actúan como disparador de la memoria.
El dolor no resuelto surge de repente cuando se abre la puerta a ese pasado donde hay un vacío por la pérdida. Todavía presente como una herida abierta.
Cambios constantes en el estilo de vida.
Otro hecho evidente que indica que no ha sido posible superar el duelo es la necesidad constante de realizar cambios. Algunas personas no pueden mantener el mismo trabajo durante más de dos meses. Los amigos, los pasatiempos e incluso los intereses cambian. Nada satisface ni alivia y todo acaba aburriendo . La búsqueda de cosas nuevas que nos hagan olvidar es casi constante.

cambios de humor
No superar el duelo lleva muchas veces a la persona a alternar momentos de euforia con momentos de aislamiento y gran apatía . Oscila entre la necesidad de estar rodeada de gente y la búsqueda de la soledad y la meditación personal. Todos estos son indicios evidentes de duelo enmascarado que reducen la calidad de vida del sujeto.
DE ACUERDO Cabe mencionar que en muchos de estos casos es común terminar diagnosticado con depresión subclínica.
¿Cómo entender que has superado el dolor?
Hemos visto hasta ahora todos los síntomas más o menos camuflados que indicarían que nuestra pérdida todavía está demasiado presente. Tanto es así que afecta nuestra vida, la limita y nos deja atrapados en un estado de sufrimiento crónico. Muchos de estos síntomas también acaban derivando en trastornos psicológicos que reducen aún más nuestra capacidad de progresar. para permitirnos volver a ser felices.
Debemos entender que hay que darle tiempo al cerebro para que se adapte a una realidad que ha cambiado de forma abrupta e incluso injusta. . Y por eso, en este periodo de transición que puede durar meses y años, nuestro entorno, nuestra actitud y también los buenos profesionales nos ayudarán a trabajar los aspectos destacados y particulares de nuestro duelo.

Entre las pistas que nos ayudan a comprender que una persona ha logrado superar el duelo se encuentran:
- Puede hablar normalmente de la persona perdida.
- Establece nuevos objetivos vitales.
- Crea espacio dentro de ti para la persona en cuestión. Lejos de dejarlo atrás, lo considera un bien preciado que debe integrar en su propia realidad pero sin depender de ella. La recuerda con amor y cariño pero sin dejar que el dolor la detenga.
- Se abre a lo que la rodea. Dice sí a la posibilidad de conocer gente nueva para ampliar la suya relaciones y se deja abrazar por emociones positivas sin cargas sobre su conciencia ni sentimientos de culpa.
La felicidad que hoy nos permitimos experimentar puede ser un buen homenaje a las personas que ya no están con nosotros pero que viven bien protegidas en nuestro corazón.