Las personas resentidas y la psicología del resentimiento

Tiempo De Lectura ~7 Mínimo

El gente resentida arrastran perpetuamente tras de sí trozos de brasas ardientes que están dispuestos a arrojar a quienes los ofenden. Sin embargo, no son los demás los que se queman sino ellos mismos al aferrarse a esa carga que quema esa fuente de ira, odio e inquietud.

todos lo sabemos gente resentida pero hay un aspecto que a veces pasa desapercibido. Esta dimensión, este sentimiento profundo y autodestructivo, no es exclusivo de quienes ignoran el perdón. Es mucho más profundo y rico en matices y dimensiones opuestas que cada uno de nosotros. en un momento dado puede experimentar.

El resentimiento es un sentimiento muy recurrente. Esto lo experimentan, por ejemplo, aquellos que han sido heridos, traicionados o abandonados por su familia. Lo sufren quienes han sido engañados por su pareja. El resentimiento es también ese sentimiento permanente que germina en quienes han sobrevivido a una guerra o a un conflicto armado. Son situaciones comprensibles pero poco saludables desde el punto de vista psicológico.

El resentimiento se deleita en la anticipación del dolor que desea al objeto de su furia.

-Albert Camus-

El resentimiento se caracteriza por Es un estado de angustia que se prolonga en el tiempo, provocando que interfiera en todos los ámbitos de tu vida. Cambia el humor, perdemos la confianza en los demás, cambian las actitudes e incluso cambia el tipo de trato que reservamos para quienes nos rodean.

El resentimiento es como si el óxido se extendiera y terminara debilitando toda la estructura y toda la identidad.

Personas resentidas: características y perfil psicológico

Las personas resentidas mantienen una caja fuerte. En su interior se esconde el peso de la ofensa recibida, el dolor del engaño, la traición o incluso el abandono. Su caja fuerte está blindada por una razón obvia: no quieren olvidar ni un segundo de lo sucedido. Como todas sus heridas emocionales están comprimidas y aseguradas junto con toda la tristeza que se ha convertido en enojo y luego al odio.

Pero a este entramado psicológico también se suma un último componente: el deseo de venganza. No necesariamente en sentido estricto ni en términos violentos. En la mayoría de los casos el verdadero deseo es que la persona que los ofendió sea recompensada con la misma moneda y experimente el mismo sufrimiento y en las mismas condiciones. Sabiendo esto, es común que las personas resentidas presenten las siguientes características.

Incapacidad para perdonar

A veces perdonar no es fácil, lo sabemos. Sin embargo siempre debemos recordar que el indulto es ante todo La persona resentida es incapaz de perdonar y por ello sólo alimenta su resentimiento recordando constantemente el peso de la ofensa o daño sufrido.

Por tanto, entra en un círculo vicioso que alimenta e intensifica su sufrimiento. Estudios como el realizado en la Universidad de Pisa y publicado en la revista Fronteras en la neurociencia humana alimentar el resentimiento abre aún más la herida emocional. Por el contrario, el acto del perdón rige numerosas estructuras neuronales favorece la calma, reduce el estrés y activa áreas como la corteza prefrontal (vinculada a la resolución de problemas).

pensamiento dicotómico

O estás conmigo o contra mí. Las cosas son blancas o negras o me ayudas o me traicionas. Estos enfoques son típicos de una clara distorsión cognitiva. Este es un patrón de pensamiento rígido del que las personas resentidas ni siquiera se dan cuenta. tan acostumbrados a rozar los extremos como para optar por posiciones polarizadas. Al hacerlo, sólo establecen distancias enormes y amargas con las personas que los rodean.

El orgullo que no da respiro

L' orgullo Es un caballo de batalla que pisotea, aplana y transforma todo lo que pisa. Esta característica lleva a las personas resentidas a estar siempre a la defensiva y sentirse heridas por el más mínimo detalle. No es fácil convivir, dialogar o llegar a un acuerdo con quienes siempre se dejan llevar por el orgullo y quienes siempre se toman todo como algo personal.

Incapacidad para satisfacer necesidades emocionales y psicológicas.

Todos tenemos pleno derecho a experimentar sentimientos negativos hacia quienes nos han hecho daño. Sin embargo, hay un aspecto que no forma parte de la normalidad psicológica: mantener permanentemente ese enfado, ese recuerdo doloroso y la huella que lo acompaña, acabando por transformarlo en amargura crónica.

Tenemos el deber moral de aceptar el pasado y avance . Esto no significa olvidar sino simplemente aprender a hacer uso de determinadas estrategias psicológicas para luchar contra las heridas y permitirnos nuevas posibilidades. Quien no es capaz de ello, quien no sabe encontrar una salida para escapar de tanta ira y amargura, acaba haciendo del rencor su forma de vida.

¿Cómo podemos destruir el resentimiento que nos atenaza y domina?

Un interesante estudio realizado en la Universidad de Ontario en Canadá habla de la necesidad de Proporcionar a las personas resentidas herramientas para implementar el perdón emocional.

Esta dimensión de este ejercicio de salud es crucial porque nos permite liberarnos de emociones negativas para generar una nueva realidad psicológica desde la que empezar a trabajar.

Estas son algunas de las herramientas que necesita:

  • El sujeto debe trabajar en la flexibilidad de su pensamiento aprender a ver las cosas desde nuevas perspectivas.
    Necesita ayuda para controlar la ira.dimensión habitada por pensamientos distorsionados y activaciones fisiológicas poco saludables.
  • Necesita distracciones para poder desvía tu mirada del pasado al presente . alimentar solo con yo pensamientos negativos del ayer nos impide vivir en libertad. Por ello es mejor iniciar nuevos proyectos con los que adquirir nuevas experiencias e iniciar nuevas aficiones o relaciones.

El resentimiento es un abismo sin fondo y una tierra sin fronteras. Nadie merece vivir en un escenario así. . Aprendamos, pues, a construir una vía de escape, un camino para liberarnos y respirar con mayor tranquilidad y dignidad.

Entradas Populares