Paul Auster: escritor neoyorquino del destino

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Paul Auster suele utilizar la segunda persona del singular en sus letras. Ese 'tú' permite al lector sentirse parte de la trama y de cada experiencia de cada palabra.

Muchos definen a Paul Auster como un ilusionista y un auténtico seductor de la literatura. El que escribe sobre la magia del destino, la suerte del amor y sobre todo de esa ciudad que tanto lo ha moldeado e inspirado: Nueva York. Sólo él es capaz de transformar lo banal en extraordinario y encantarnos con un hechizo narrativo.

A menudo se dice que o te enamoras de Paul Auster desde las primeras líneas o lo odias. Hay escritores para los que no hay término medio, o los amamos o nunca nos convencerán.

Sin embargo, su presencia en el mundo editorial siempre ha sido una presencia luminosa. El Trilogía en Nueva York le dio fama mundial y nos presentó un nombre que pronto se volvería omnipresente en las estanterías de las librerías.

La pasión por el cine y la poesía.

Además de escritor, también es director y guionista. Siempre vestido de negro con su profunda devoción por poesía French y para Samuel Beckett Paul Auster dieron forma a un mundo intelectual elegante y exigente que nunca se detuvo cuando había que abordar cuestiones sociales y políticas. Lo hizo durante la guerra de Irak y lo sigue haciendo ahora que tiene más de 70 años en plena era de Donald Trump.

Es sin duda uno de los más grandes autores americanos contemporáneos. Nadie mezcla como él los elementos del existencialismo, llegando en algunos casos a notas de realismo mágico.

Una voz excepcional que recientemente nos regaló su obra maestra 4321 un trabajo extraordinario que requirió siete años de trabajo.

El mundo es mi idea. Yo soy el mundo. El mundo es tu idea. Eres el mundo. Mi mundo y tu mundo no son iguales.

-PAG. Ostra-

Paul Auster el niño que amaba los libros

Paul Benjamin Auster nació en 1948 y creció en South Orange. Nueva Jersey. Su familia de origen judío y polaco contaba con el apoyo de su padre, un empresario. La figura paterna marcó la vida de Auster de forma ambivalente.

En muchas de sus obras lo describe como un hombre aburrido de leer. El tipo de persona que siempre se queda dormida frente a una película y cuya madre había intentado irse después de la luna de miel.

Desde que era un niño Paul obtuvo oxígeno de los libros. . El refugio de una biblioteca pública cerca de su casa representó para él un mundo de descubrimiento y estímulo. En este sentido también fue decisivo su tío Allen Mandelbaum: un gran traductor que le transmitió la pasión por la lectura de los clásicos y por ese universo literario al que tuvo acceso temprano a través de la escritura.

A los seis años lo ascendieron un par de grados porque sus habilidades lectura-escritura eran muy superiores a sus compañeros. Como él mismo explicó en una entrevista, en aquellos años estaba convencido de que el alfabeto estaba formado por un mayor número de letras: una L al revés y una A al revés.

Una vez llegados sus años universitarios era inevitable que siguiera la estela de aquel cometa guiado por las letras, los libros y la filología. Como Comenzó a estudiar literatura francesa, italiana e inglesa en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajaba como traductor cuando comenzó la guerra de Vietnam, cuando decidió trasladarse a Francia.

Los primeros libros y la Ciudad de Cristal

La vida de Paul Auster siempre ha transcurrido entre dos ciudades que han marcado todo su camino: Nueva York y París. Durante su juventud y antes de que el éxito lo abrumara, desempeñó diversos trabajos en ambas ciudades. En ese momento estaba dando sus primeros pasos en el mundo del cine. Trabajó como petrolero y luego en Francia. se dedicó a la traducción de grandes autores como

Su primera novela juego de suicidio Se publicó originalmente en 1976 bajo el seudónimo de Paul Benjamin. En ese momento tuvo poco éxito editorial pero no se rindió. Siguiendo el muerte de su padre se dedicó de lleno a su actividad literaria. Heredó una pequeña suma de dinero que le permitió escribir sobre la dolorosa pérdida. La invención de la soledad.

En 1981 conoció a la novelista Siri Hustvedt y se casó. comienza el período de ferviente producción literaria que vio nacer el más jugoso de los frutos: el Trilogía en Nueva York. El éxito fue enorme y el nombre de Paul Auster empezó a brillar en el mercado editorial. llegarian mas tarde señor vértigo e El Palacio de la Luna .

Premios y reconocimientos

En 1993 Paul Auster recibió el premio Medicis por la novela Leviatán . Los años 90 fueron una época igualmente prolífica para el autor que, además de amar las letras, también ama el cine. Sus obras como Cuento de Navidad de Auggie Wren han sido adaptados a una versión cinematográfica.

También es autor de obras como Fumar e Azul en la cara . Sin embargo, muchas de sus aventuras como director no siempre han sido bien recibidas por la crítica.

Entre 1999 y 2005 produjo obras de gran importancia como Tombuctú El libro de las ilusiones La noche del oráculo o Locuras de Brooklyn. Obras en las que su madurez y delicadeza afloran siempre sobre la base de una sólida estructura narrativa. Todo esto le llevó a being awarded the Premio Principe de Asturias de las Letras in 2006 .

El estilo de Paul Auster

Paul Auster es el escritor del destino de Amar del destino y de esa cotidianidad casi plana en el que, sin embargo, entran en juego acontecimientos fascinantes. Tiene un estilo aparentemente sencillo pero en realidad nos pone en una encrucijada constante; las historias entrelazadas y el estilo narrativo hacen de sus escritos obras de arquitectura mágica compleja y absolutamente perfecta.

En cuanto a los protagonistas de sus novelas, se sospecha que muchos de ellos son una proyección del propio autor. En Trilogía en Nueva York por ejemplo, uno de los personajes lleva su nombre. En Leviatán el narrador tiene las mismas iniciales que él (Peter Aaron). y en La noche del oráculo uno de los protagonistas se llama Trause (un anagrama de Auster).

Pinceladas enigmáticas siempre llenas de encanto y encantamiento. Leer a Auster significa compartir su vocación por los libros. Porque leer como él mismo afirma es una forma de tocar el alma humana alimenta su empatía . Sus novelas nos revelan nuestra complejidad llevándonos a conocernos mejor y aprender a vivir a nuestra manera.

Admirador de Kafka enamorado de Francia y fanático de Nueva York es ese punto de referencia de la literatura que no puede faltar en nuestras bibliotecas personales. Hace apenas unos años nos regaló su trabajo más reciente: 4 3 2 1 un libro que comenzó a escribir a los 66 años, que corresponde al año en que murió su padre.

Una extraordinaria novela de 866 páginas que esperemos que no sea la última.

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