
Gestionar el estrés laboral es una tarea cuyo éxito está estrechamente relacionado con estrategias efectivas dirigidas a regular la intensidad de nuestras emociones.
Muchas profesiones modernas nos obligan a exponernos a diferentes estímulos simultáneamente. Casi todo el mundo se siente ocupado y nos presionan para trabajar más rápido, de una manera más productiva y menos conflictiva. Toda esta presión provoca estrés.
Esto ocurre casi todos los días. Rara vez una persona hace su trabajo con calma o piensa en ello. recibir comprensión si cometió un error. Esto en sí mismo es estresante. Y si a todo esto le sumamos la presión de ganar dinero y quizás otros problemas personales, la situación puede complicarse. Por este motivo es bueno conocer algunas pautas para gestionar el estrés laboral. Te presentamos tres.
Si estás afligido por una percepción que se refiere a un evento externo o a un evento interno, no es esta percepción la que te perturba sino tu propio juicio sobre ella; sentencia que usted está en su poder de revocar en cualquier momento.
-Marco Aurelio-
3 estrategias para gestionar el estrés laboral
1. Asimilar la información disponible
Una de las principales razones por las que sufrimos estrés es la interpretación superficial de los hechos. Cuando estamos bajo presión y sentimos angustia porque nos vemos obligados a cumplir con nuestros deberes. podemos tender a analizar la situación sin mucha objetividad. Esto no ayuda a controlar el estrés laboral.
El estado de ánimo afecta nuestra percepción y viceversa. Bajo presión tendemos a interpretar muchos estímulos como amenazantes cuando en realidad no lo son. Esto es especialmente cierto porque tenemos en nuestras manos la solución a una tarea urgente y a la que evento de conflicto o problemático.
En estas condiciones llegamos a percibir que las cosas están fuera de nuestro control o que la situación es más grande que nosotros. Justo entonces Vale la pena tomarse un minuto para analizar los hechos con mayor claridad. Casi siempre nos damos cuenta entonces de que no era tan grave como pensábamos. Actuar rápida e instintivamente no es bueno. En primer lugar, siempre es mejor digerir la cosa.

2. Evitar prohibiciones psicológicas para gestionar el estrés laboral
El estrés saca a relucir el nuestro preconceptos cotidianos (la tensión, de hecho, nos empuja a buscar atajos para procesar la mayor cantidad de información posible en el menor tiempo posible). Ese mal sentimiento que a veces nos invade y nos llena de desasosiego se produce, por ejemplo, cuando nos asignan una tarea y luego otra. Entonces decimos cosas como que depende de mí hacer todo. Lo más probable es que esta afirmación sea infundada.
Lo peor es que estos prejuicios sólo aumentan el malestar que ya sentimos. Nos impiden gestionar el estrés laboral de la mejor manera. Al contrario, lo fomentan. Nos llevan a victimizarnos y a ver enemigos potenciales en los demás.
Por eso es importante dar un paso atrás: no permitir que estos pensamientos automáticos se apoderen de nuestra facultad de pensar, llevándonos a volcarlo todo de forma autodestructiva. nos ayudara mucho respira profundamente durante un par de minutos y tenga en cuenta que un análisis más profundo puede ayudar.

3. Sea más flexible y aprenda a relajarse
Inflexibilidad mental tiende a complicarnos la vida. Saber vivir significa aprender a adaptarse a diferentes circunstancias sin que ello signifique abandonar líneas de conducta o principios de vida. La mayoría de las veces no tenemos por qué ir en contra de nosotros mismos por un tema que es importante para nosotros: basta con ceder un poco para vivir más en paz.
Generalmente la presión del entorno que nos rodea y la tensión interna nos vuelven más severos e inflexibles. También es una forma de defendernos para preservarnos e imponernos. Básicamente hay una especie de miedo que se deriva de la imposibilidad de gestionar la situación y la inflexibilidad se convierte en una estrategia equivocada para afrontar el miedo.
Para gestionar adecuadamente el estrés laboral es necesario buscar o planificar técnicas de relajación. Cualquier medio es válido si nos permite relajarnos y por tanto ser más flexible. Muchos conflictos inútiles surgen de esta tensión entre dos realidades que intentan ocupar un lugar predominante.
Todas estas pautas para gestionar el estrés laboral resaltan la importancia de no perder el control en medio de la tormenta. Éste es el principio y el eje de todo lo demás. Dar rienda suelta a la angustia no nos lleva a ser mejores empleados, al contrario, nos convierte en personas ansiosas y en riesgo de conflicto o error.