Trastorno delirante, un enigma para la ciencia

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Hoy hablaremos de un trastorno común pero sobre el que todavía tenemos pocos datos científicos: el trastorno delirante.

El trastorno delirante (síndrome delirante o delirio obsesivo) representa un gran desafío para las ciencias que estudian la mente. Aún no se ha conseguido dar una clasificación correcta ni descubrir la causa subyacente para poder mejorar los métodos de intervención.

Quienes padecen un trastorno delirante tienen ideas o interpretaciones inusuales de un aspecto de la realidad. Sin embargo, en todos los demás aspectos de su vida es absolutamente racional y muestra un alto nivel de coherencia. Esto significa que el delirio es el único síntoma y un caso aislado en comparación con otros aspectos del pensamiento y rasgos de la personalidad.

El trastorno delirante también se conoce como obsesión paranoide o más simplemente paranoia. . Todos estos nombres permiten vislumbrar la enorme dificultad que encontramos a la hora de dar una definición exacta del concepto subyacente y del soporte asociado. . Mientras algunos lo sitúan en el marco de las neurosis, otros lo consideran parte de psicosis . Aún no se ha dicho la última palabra al respecto.

El río continúa su incesante fluir pero al pasar frente al poeta su delirio se calma y las aguas que acarician las orillas siguen su curso.

-Ricardo Guiraldes-

Manifestaciones del trastorno delirante.

La principal característica de quienes padecen trastorno delirante es estar totalmente convencidos de algo que no es real. Estas creencias evidentemente tienen un contenido irracional. En los casos más extremos una persona puede llegar a pensar que es un héroe famoso y que por ese mismo motivo existen complots en su contra. Sin embargo, en casos menos extremos, el sujeto puede convencerse de la infidelidad de su pareja.

El contenido de este engaño -o creencia errónea- suele afectar sólo a un aspecto. Esto significa que es un tema constante que suele estar involucrado en delirios de persecución . Es decir, la persona en cuestión cree que es o podría ser objeto de un daño en función de lo que representa. No es raro que este concepto vaya acompañado de delirios de grandeza.

Por lo general, estos delirios no afectan la vida social ni laboral. Quienes lo padecen no suelen hablar de su delirio con nadie. De hecho, parece reservado al respecto y por eso mismo los demás ni siquiera se fijan en él. La conducta disfuncional en un solo aspecto de la vida es uno de los aspectos que la ciencia aún no logra explicar.

Aspectos frecuentemente objeto del trastorno delirante

El trastorno delirante puede ocurrir en cualquier momento de la vida. Como ya se ha mencionado, todavía no existen explicaciones exhaustivas sobre las causas. También puede asociarse con cualquier aspecto de la vida de una persona. Sin embargo se refiere a cuatro contenidos con mayor frecuencia . Nos referimos a:

    Delirio de grandeza .El sujeto está convencido de que tiene talentos o características extraordinarias. Suele creer que se los dieron entidades sobrenaturales o mágicas.
    Delirio de persecución.El sujeto cree que es continuamente víctima de conspiraciones. Alguien o algo lo persigue, lo acosa, lo atormenta, etc. Esta es la forma más frecuente de trastorno delirante.
    Trastorno erotomaníaco.Ocurre cuando una persona se convence de que es amada sin ninguna prueba de ello. Generalmente el presunto amante es una persona famosa o poderosa.
    Delirio somático.Se trata de la percepción de que se están produciendo cambios extraños en tu cuerpo. El sujeto se convence a sí mismo de que está en proceso de descomposición o de que está creciendo demasiado, etc.
    Hay un quinto aspecto menos grave que corresponde a delirios de celos .Se trata de un pensamiento obsesivo que lleva a creer que la pareja tiene relaciones paralelas con otras personas.

Intervención terapéutica

Lamentablemente, muchas personas que padecen un trastorno delirante crónico no reciben un diagnóstico correcto. Debido a la irracionalidad o extrañeza de sus delirios, a menudo reciben el diagnóstico de esquizofrenia aunque no sea el camino correcto. Evidentemente, un diagnóstico incorrecto conduce a intervenciones inadecuadas o ineficaces.

Este síndrome es difícil de tratar sobre todo porque muy a menudo se requiere una intervención estrictamente psiquiátrica. Los fármacos no parecen tener un impacto especialmente eficaz en el curso de esta patología. Aunque pueden ayudar a gestionar estados de ansiedad no logran cambiar significativamente la situación. Este no es un problema biológico sino una distorsión simbólica.

A la luz de lo que se acaba de decir, lo ideal sería someter al paciente a terapia psicológica. Los limitados datos al respecto indican que el modelo más eficaz para tratar estos casos es el que ofrece la corriente cognitivo conductual. En concreto, la intervención prevista por este enfoque se centra en una reinterpretación de creencias erróneas. El trastorno delirante se puede curar.

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