
Todos necesitamos estima.
el concepto de estima Por muy curioso que nos parezca, a veces despierta cierta preocupación. Hay quienes lo ven como una dimensión negativa porque las personas que buscan continuamente este refuerzo positivo de los demás son incapaces de mantener una independencia emocional adecuada. A los ojos de muchos son personalidades que construyen su autoestima a partir de las respuestas que ofrecen los demás.
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Llegados a este punto hay que decir que el secreto es el equilibrio. No podemos negar la gran importancia que tiene la estima en nuestro tejido relacional social y emocional. Si recordamos la pirámide de necesidades de Maslow veremos que la estimación ocupa un lugar propio . Se encuentra en un punto de la jerarquía donde existe una sutil armonía entre la autoestima o nuestra capacidad de sentirnos competentes y la importancia de que los demás también nos aprecien como persona y por lo que hacemos.

Lo estima como un tipo de dignidad personal y social.
El ser humano vive en una dualidad constante. A todos nos gusta sentirnos presentes en un contexto pero también nos gusta estar ausentes de él y sentirnos libres. independiente A Ser una figura que nadie ve ni aprecia que no se toma en consideración.
El niño que se sienta en las últimas filas de la clase en un rincón del patio sin nadie con quien hablar y disfrutar de una infancia rica y colorida lo sabe muy bien. Incluso el adolescente al que nadie aprecia pero que siempre es regañado y sancionado lo sabe. Y esto lo sabe muy bien incluso la persona que no se siente apreciada por su pareja que vive en el armario. soledad a la estimación Y
Porque estimar a alguien significa hacerlo visible. Significa darle una presencia que le permita Ser, permanecer y crearse en libertad. . Es apreciar a alguien tal como es brindándole un cariño que promueve el crecimiento personal pero que al mismo tiempo no obstaculiza ni invalida. La estima genera autoaceptación para que de alguna manera podamos fortalecer aún más nuestro músculo de la autoestima.

Por otro lado, un aspecto que no podemos olvidar de la autoestima es que esta percepción autoevaluativa incluye también la forma en que creemos que nos ven los demás. No se puede separar una cosa de la otra. Somos seres sociales y lo que los demás nos digan o discutan nos afectará de una forma u otra.
La estima es importante pero no podemos depender sólo de ella
Pocas cosas pueden ser más dolorosas que el rechazo. Experimentar el abandono o el desprecio dentro de nuestro grupo social enciende nuestras alarmas y pánico. Porque la soledad y el aislamiento no deseados provocados por vínculos enfermizos negativos o descuidados generan sufrimiento . Por tanto, las personas deben conciliar la estima que se dan a sí mismas con la que reciben de los demás. .
Basar nuestro estilo de vida únicamente en refuerzos positivos externos genera dependencia y malestar. . Pongamos algunos ejemplos. El trabajador que cree en sus capacidades, se siente válido y seguro de sí mismo, generará un impacto positivo en su lugar de trabajo. En promedio, otros reconocerán sus esfuerzos.
Tomemos otro ejemplo. La persona que se valora a sí misma y se siente realizada, libre y autónoma construye relaciones afectivas mucho más sólidas. Este temperamento maduro y confiado suscita también respeto y admiración pero nunca dependencia mutua. No hay necesidad de refuerzos constantes ni los nuestros. felicidad debe depender únicamente del refuerzo positivo. Existe un equilibrio perfecto entre lo que nos damos a nosotros mismos y lo que los demás nos ofrecen con absoluta sinceridad y el más auténtico cariño.

La estimación es la base de cualquier sociedad por una razón muy sencilla: promueve la inclusión. Hace presente lo invisible independientemente de su edad, condición, etnia o carácter. Saber reconocer es también saber amar inteligentemente porque quien practica la estima más sana es capaz de dar valor a los demás tal como son y no como les gustaría ser.
Aprendamos a respetarnos unos a otros, hagamos visibles y presentes las personas y las necesidades a través del afecto, la disponibilidad y la humildad.