
¿Por qué las mujeres sufren más cuando tienen cáncer? Esta es la pregunta que intentaremos responder utilizando Estudios realizados sobre la relación entre los trastornos del estado de ánimo y el cáncer en las mujeres.
Esto ayuda a determinar si tratar el cáncer desde una perspectiva de género puede ser de ayuda en la lucha contra esta enfermedad.
Existen numerosos factores que pueden influir en la experiencia de la enfermedad: apoyo familiar y social, edad, recursos con los que se puede contar, etc.
La literatura científica indica que El género también puede ser un factor que puede influir en el sufrimiento. experimentado por los pacientes con cáncer.

Cáncer en mujeres y hombres: no es lo mismo
La sensibilidad al cáncer es diferente en hombres y mujeres y su naturaleza puede ser relevante para comprender cuán necesaria es una perspectiva de género.
Según datos de Asociación Italiana de Oncología Médica El cáncer de mama fue la principal causa de muerte por cáncer en mujeres en 2015.
- El cáncer más común en las mujeres –como decíamos, el cáncer de mama– tiene una tasa de supervivencia del 87%.
- En general, la supervivencia de todos los tumores, excluidos los carcinomas de piel, es del 54% en hombres y del 63% en mujeres. Por tanto, parece que las mujeres mueren menos de cáncer que los hombres.
- Conceptos erróneos sobre el cáncer.
- Anticipación del sufrimiento de familiares y amigos.
- Crisis en el sistema personal de creencias y necesidades.
- Falta o exceso de cuidados y/o estimulación.
- Malestar físico: pérdida de vitalidad náuseas, anorexia y vómitos.
Asimismo, se encuentran diferencias en las tasas de supervivencia.
El cáncer de mama y sus necesidades
Se considera un factor relevante el hecho de que el cáncer de mama sea una de las principales causas de muerte en las mujeres. Como las enfermedades varían, las necesidades también varían.
En este caso concreto, el cáncer de mama se presenta con una serie de características en las que el género -es decir, el género como categoría social y cultural- parece tener un impacto considerable.
El cáncer de mama implica cambios en el estilo de vida causados por malestar físico y por una alteración en la percepción de la propia imagen. A menudo la enfermedad causa baja autoestima con una disminución significativa de la libido.
Los estudios realizados entre pacientes con cáncer de mama también indican la prevalencia de síntomas clínicamente significativos de ansiedad y depresión, como la tensión. miedo no específico y preocuparse.
Preocupación en la fase prequirúrgica
Un estudio realizado por Olivares (2004) se centró en los aspectos psicológicos de los tumores ginecológicos. Entre estos La ansiedad resultó ser una factor predictivo en recuperación después de la cirugía.
Tratar la ansiedad se vuelve importante en el tratamiento del cáncer. Según el Dr. Olivares, los pacientes con mayores niveles de ansiedad preoperatoria presentar mayor dolor y malestar en el postoperatorio requieren más medicamentos y una estancia hospitalaria más prolongada.
¿Qué preocupa a las mujeres con cáncer?
Para comprender el factor ansiedad es necesario tener en cuenta la Preocupaciones específicas de una mujer con cáncer. .
Si bien está claro que la fuente del estrés y el miedo es la propia enfermedad, investigaciones como la de Mota Aldana, Bohórquez Martínez y Peralta (2018) identifican factores más detallados. Entre estos:
Dependiendo del momento en el que se presenta la enfermedad y del tipo de cáncer, la ansiedad es diferente. las mujeres que tienen se sometió a una mastectomía por ejemplo, reportan frustración, tristeza. trastornos de ansiedad y depresión.
Según estos investigadores, la ansiedad por el cáncer de mama a menudo limita la vida social familiar y personal de las mujeres.
Cáncer en la mujer: autoimagen y vida sexual después de la experiencia de la enfermedad
Además de la ansiedad genérica por el cáncer en el caso de tumores ginecológicos Son los cambios físicos los que desempeñan un papel crucial en el bienestar psicológico posterior a una enfermedad.
Segundo García-Viniegras and González confianza en sí mismo
El cáncer y la cirugía, a menudo necesaria, dejan consecuencias físicas. Los cambios en el cuerpo de una mujer operada de cáncer de mama tienen implicaciones psicosociales que no deben subestimarse.
Los senos son tradicionalmente un elemento importante de la identidad femenina. De hecho, para muchas mujeres la pérdida de un seno equivale a la pérdida de la feminidad. La mama juega un papel crucial en la capacidad de atracción y en el sexo, dos aspectos que casi siempre se ven afectados por la cirugía o el tratamiento oncológico.

¿Problemas en la sexualidad sólo en el cáncer de mama?
La tristeza, los problemas para aceptar la propia imagen, las dificultades en el ámbito sexual y la ansiedad son condiciones ligadas a cualquier trastorno ginecológico, no sólo al cáncer de mama.
Olivares (2005) habla de síntomas depresivos, ansiedad y problemas sexuales crónicos cinco años después del tratamiento del cáncer de cuello uterino. El 55% de las mujeres que han padecido carcinoma del endometrio quejarse de dificultades sexuales y el 33% ya no tiene relaciones.
El bienestar del cuerpo y la mente como objetivo terapéutico
Cada tratamiento médico debe tener en cuenta diferentes circunstancias. Hemos visto que el miedo es tristeza. La ansiedad y la falta de autoestima son elementos comunes en los cánceres ginecológicos.
Sin embargo, no sólo los cambios en la esfera emocional pueden influir en el curso de la enfermedad. Por este motivo es importante abordar las necesidades psicológicas y emocionales de las mujeres con cáncer, específicamente cáncer ginecológico.
Por tanto, el tratamiento no sólo debe incluir quimioterapia sino también medidas útiles para controlar o combatir la ansiedad quirúrgica. Igualmente positivos son los programas de psicoeducación destinados a disipar creencias falsas y nocivas sobre la sexualidad y la feminidad cuando la enfermedad afecta a las mamas o al sistema reproductivo. En general es bueno Establecer la recuperación de la confianza y la autoestima como objetivos en el programa terapéutico. .
El objetivo final debe ser no sólo el bienestar físico sino también el mental.