Esperar a que una persona cambie: una forma de sufrimiento

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Esperar a que una persona cambie no siempre es fácil. Se necesita mucha energía y hay que saber gestionar los miedos y las incertidumbres.

Esperar a que una persona cambie es una forma de sufrimiento inútil para nosotros. Esta situación suele darse en las relaciones de pareja. Normalmente uno de los integrantes quiere que el otro adopte ciertos comportamientos para que su conducta mejore y que algún día aprenda a amarlo como él desea. Estas expectativas rara vez se cumplen.

Creer que alguien cambiará totalmente su comportamiento puede crear una dependencia emocional tan dañina como agotadora. Significa vivir esperando un milagro y creer en las palabras de tu pareja cuando dice que cambiará y que las malas situaciones pasadas nunca volverán a suceder. En realidad terminamos cayendo nuevamente en la trampa.

Estas situaciones son más comunes de lo que piensas. Que puedan pasar es normal porque cuando amas tiendes a confiar en tu pareja. El amor no se puede separar de la confianza. Por eso concedemos una segunda, tercera y si es necesario incluso una cuarta oportunidad mientras esperamos que la relación mejore. Luchamos con convicción porque amar es creer que todo sacrificio será recompensado. Sin embargo, llega un momento en que una persona abre los ojos y se da cuenta de que lo que había deseado no se hará realidad.

Una historia no tiene principio ni fin: eliges arbitrariamente un determinado momento de la experiencia desde el que mirar hacia atrás o hacia adelante.

-Graham Greene-

Esperar a que una persona cambie es un deseo frustrante para nosotros

En psicología se utiliza el término. personalidad definir una serie de características que son más o menos constantes en el tiempo. Si una persona es tímida e introvertida, esta característica difícilmente cambiará de un día para otro. Sin embargo, inclinarse hacia un determinado tipo de personalidad no significa que no puedas cambiar.

Si no creyéramos en la posibilidad del cambio, la intervención psicológica no tendría sentido. En realidad, en lugar de cambiar, las personas adoptan nuevos enfoques mentales y conductuales que conducen a mejoras.

Algunos estudios como el realizado por el Dr. Walter Roberts de la Universidad de Illinois en Estados Unidos indican que el cambio ocurre con mayor frecuencia dentro de un contexto psicoterapéutico. Cuando una persona es consciente de que hay un problema que abordar, la intervención clínica facilita y ayuda al cambio de personalidad.

¿Es correcto querer y esperar que una persona cambie por nosotros?

Continuamente esperamos que los demás cambien. Esta esperanza se refiere también al entorno familiar y a la crianza de un hijo. Por ejemplo, cuando el comportamiento de nuestros hijos no es el esperado, hacemos correcciones y les informamos de lo que queremos y esperamos de ellos: respeto, atención, cariño, responsabilidad.

Dentro del proceso educativo es normal esperar cambios. Educar es, en definitiva, orientar, sugerir diálogo, ser buen ejemplo e indicar el camino que a nuestro juicio es el mejor posible para nuestros hijos. En la edad adulta, gran parte de nuestra personalidad está profundamente definida y, si no hay voluntad, rara vez se producen cambios.

Por tanto, es muy común que dentro de las relaciones se adopten conductas que no nos gustan. La condición ideal es aceptar los aspectos positivos y negativos de la pareja. Los defectos, las debilidades y las singularidades que lo caracterizan en su ser auténtico. Querer cambiar a una persona para que se ajuste a nuestro modelo ideal no siempre es lo correcto.

También es cierto que pueden surgir situaciones más graves. Abuso falta de respeto Las mentiras y comportamientos similares no deben admitirse ni aceptarse bajo ninguna circunstancia. En estas situaciones, querer que una persona cambie no sólo es deseable sino que se convierte en una prioridad.

¿Qué debemos hacer si nuestra pareja sigue haciéndonos daño y no cambia?

en el libro Los siete principios para que el matrimonio funcione (Los siete principios para hacer que el matrimonio funcione) El Dr. John Gottman nos brinda información importante. El amor es ante todo aceptación, debemos valorar al otro por lo que es y viceversa. Si los dioses aparecen dentro de la relación comportamientos tóxicos que Gottman llama los cuatro jinetes del apocalipsis (desprecio, mentira, crítica negativa y actitud defensiva), la relación está destinada a terminar.

En estos casos es de fundamental importancia iniciar el cambio. Y no se trata de esperar a que una persona cambie por nosotros sino de darnos cuenta de que hay un problema. Cuando hay sufrimiento hay que cambiar actitudes y comportamientos no sólo para mantener la relación sino para encontrar sus elementos esenciales: bienestar y felicidad.

Generalmente en estos casos se dan dos situaciones. La primera es que el compañero diga: Estoy hecho así ¡tómalo o déjalo!. El segundo es caer en la trampa mental y emocional de pensar que nuestra pareja puede cambiar por nosotros. Nos dirá que cambiará que las cosas mejorarán que de ahora en adelante todo estará bien y que lo que pasó nunca más volverá a suceder. Lamentablemente, no sólo se repetirán las mismas situaciones sino que empeorarán.

¿Qué debemos hacer si nos encontramos en este tipo de relación? La respuesta es sencilla. Si no estamos contentos y la pareja no tiene intención de mejorar la situación de ninguna manera, tendremos que hacer un cambio. Lo único que tenemos que hacer es pasar página y tratar heridas que durante mucho tiempo hemos pasado por alto.

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