'El Príncipe y la Golondrina', una historia sobre el apego emocional

Tiempo De Lectura ~6 Mínimo

Con este cuento que aborda el tema del apego dentro de la pareja hoy nos gustaría reflexionar sobre cuáles son los mecanismos del apego inseguro cómo generan sufrimiento en nosotros e influyen en nosotros cuando intentamos controlar y dominar el otro usa el amor como excusa.

Intenta hacerte estas preguntas: ¿qué diferencias hay entre amor y apego? ¿Por qué los confundimos? ¿Cómo te afecta el apego dependiente?

– Jiddu Krishnamurti

El príncipe y la golondrina: apego emocional

El príncipe pasaba sus días mirando por la ventana esperando que sucediera algo . Con él solo había un sirviente encargado de hacer las compras y mantener limpio el castillo. -Qué vida más aburrida- suspiró.

En una mañana de abril una golondrina se posó en el alféizar de su ventana.

La golondrina volvió

A partir de ese momento el príncipe pasó sus días esperando impaciente su regreso. Finalmente llegó el día tan esperado y la golondrina volvió a cantarle una nueva canción. El príncipe se sintió verdaderamente afortunado. -¿Tendrá frío?- se preguntó justo antes de retomar su vuelo.

La tercera vez que regresó, el príncipe se preguntó preocupado si el pájaro tendría hambre. intentos le ordenó que construyera también la casa. —Maldito pájaro —murmuró el sirviente.

Dentro de la jaula el príncipe colocó los insectos y el agua además de unas lonas de seda a modo de cama. Cuando vio al pájaro aterrizar en el alféizar de la ventana acercó la cabina y se regocijó al ver al animal calmando su sed y saboreando la comida. que le había preparado. -¿Te gustan estos insectos, mi dulce golondrina?- le preguntó. -Los cacé para ti- añadió. Con un chirrido corto

El príncipe vive con incertidumbre

Fue entonces cuando el príncipe se sintió invadido por la ansiedad. ¿Y si ella nunca regresara? ¿Y si hubiera encontrado un hogar mejor donde refugiarse? Quizás otros príncipes habrían construido casas mejores o cazado insectos ellos mismos. No podía permitirlo. ¡No había ninguna golondrina igual en el mundo!

El príncipe pasó dos días sin dormir y sin poder pensar en nada más hasta que decidió dedicar el tiempo a hacer una pequeña puerta con candado para la pequeña casa. La golondrina volvió como siempre y cuando entró en la jaula para probar la comida, el príncipe la encerró dentro. – Te amo –

un poco confundido la golondrina se dejó llevar por la idea del consuelo .

El príncipe colocó la jaula en su mesita de noche para poder darle los buenos días todas las mañanas acariciando su cabeza. -Eres mi golondrina, cántame una canción amor- le pidió. -Esta vista no está nada mal- pensó la golondrina. Y cantó. Pero a medida que pasa el tiempo música terminó desvaneciéndose hasta apagarse por completo.

La golondrina pierde su canto

-¿Ya no cantas?- le preguntó el príncipe sorprendido. -Tu canto me hizo feliz.

-Mi canto se inspiró en el gorgoteo del arroyo, el susurro del viento entre las ramas de los árboles, el reflejo de la luna en las rocas de la montaña. Y te lo traje alegremente Desde que estoy encerrado en esta jaula ya no encuentro nada sobre qué cantar.

-Lo hago porque te amo-

-¿OMS? ¿Qué es un cazador? - preguntó ella.

-Yo te protejo y te cuido, aquí dentro estás a salvo de cualquier peligro.

Un día el príncipe se despertó sobresaltado. Estaba a punto de acariciar a la golondrina pero la encontró muerta.

Tomado por la ira buscó a su sirviente y lo despidió porque sin duda uno de los insectos que había cazado la había matado. El hecho de haber encontrado un culpable no fue de ningún consuelo para el príncipe, que se sintió aún más solo e indefenso que cuando aún no había encontrado a la golondrina. Hasta que otro se posó en su ventana y le cantó una canción: la más dulce que tenía.

Las relaciones con una cerradura agotan el amor.

Esta historia explica cómo funciona el apego dentro de las relaciones de pareja, mostrándonos cómo nuestros temores y temores muchas veces superan los deseos y derechos del otro. Nos cuenta un hecho: el intento de transformar las personas que conocemos no hacen más que alejarlas de su ego y de su felicidad. Sin darnos cuenta los privamos de lo que son.

Ante circunstancias de vacío y soledad, podemos asumir la responsabilidad de salir solos de ello o optar por traspasar la responsabilidad a nuestra pareja estableciendo una relación de dependencia.

El apego puede generar confusión en nosotros al hacernos exagerar las cualidades del ser amado y transformándolo ante nuestros ojos en un ser único e irreemplazable, aumentando en consecuencia la ansiedad ante el pensamiento de su posible pérdida. Con la excusa de su protección o bienestar podemos acabar privando al otro de su libertad.

Esta es una historia sobre el apego pero también es una historia sobre el amor. Amar es aceptar y respetar la forma de ser del otro, deseando su felicidad incluso antes de satisfacer las propias necesidades. y déjalo volar cuando lo necesite si eso es lo que lo hace feliz, como las golondrinas.

*Historia original de Mar Pastor.

Entradas Populares