
La vida es un proceso constante de toma de decisiones. Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir nos enfrentamos a multitud de situaciones en las que debemos elegir . A veces la elección es sencilla: ¿qué me pongo hoy? ¿De qué me preparo? comer ? Pero otras veces decidir entre una alternativa y otra implica cambios sustanciales en nuestra vida.
Las circunstancias varían dependiendo de las opciones que consideremos. Damos forma a nuestra vida y a nuestra personalidad según lo que hacemos. Elegir qué estudios hacer, a qué trabajo dedicarnos, dónde queremos vivir o con quién queremos estar son decisiones importantes que influirán en nuestro presente y nuestro futuro.
¿Seríamos los mismos si en lugar de elegir una determinada carrera o una determinada profesión hubiésemos hecho otra cosa? ¿Qué hubiera pasado si después de haber conocido a esa persona la hubiésemos dejado ir? ¿Cómo sería nuestra vida si no hubiéramos acabado con lo que ya no está?
Yo decido las cosas que me preocupan
Es obvio que no podemos deliberar sobre todo lo que sucede en el mundo. Necesitamos entender bien quién decide qué. No tenemos poder sobre aspectos que no son nuestra responsabilidad y así como otros deben respetar nuestras opciones, nosotros debemos respetar las suyas. opciones .
Sin embargo Hay cuestiones que nos conciernen directamente. Decisiones que solo nosotros podemos tomar porque importan Con quién queremos estar, a quién queremos dejar atrás, qué hacer con nuestro tiempo o con nuestro cuerpo... son cuestiones que cada uno de nosotros podemos y debemos decidir.

Incluso cuando no queremos decidir, estamos decidiendo. Es la paradoja del ser humano: comunica continuamente sus intenciones incluso cuando no quiere. No tomar una decisión ya es una decisión en sí misma: la decisión de posponer algo o no hacerlo.
Sólo yo conozco mis circunstancias
Hay ocasiones en las que cuando hacemos o decimos algo nos sentimos juzgados por los demás. Es posible que lo que queremos hacer no sea compartido por quienes nos rodean y esto puede llevar a
A pesar de sus buenas intenciones, debemos ser nosotros quienes decidamos. Podemos pedir consejo a los demás y escucharlos con paciencia pero cuando tenemos que elegir el responsabilidad será sólo nuestro.

Sólo nosotros conocemos nuestras circunstancias. Podemos regalar nuestra ropa a otros para que experimenten las mismas sensaciones que nosotros por un segundo pero solo será un momento efímero. Sólo nosotros sabemos lo que significa recorrer nuestro camino cada día, sólo nosotros sabemos dónde estamos. y qué dirección debemos tomar.
La decisión es mía, correcta o incorrecta.
Cuando tenemos que tomar decisiones importantes dudamos. Cuando contemplamos las diferentes opciones es normal que surjan algunas certezas absolutamente nadie garantiza que la nuestra sea una buena o mala decisión; No hay forma de saber si una opción es correcta hasta que la elegimos.
Una vez tomada la decisión puede salir bien o mal pero nunca sabremos qué

Tenemos derecho a decidir por nosotros mismos sobre las cosas que nos conciernen directamente. Debemos respetar a los demás en sus decisiones así como ellos deben respetarnos a nosotros y sobre todo cualquier elección que hagamos lo más importante es que sea realmente lo que queremos hacer.
Es mucho mejor equivocarse siendo un hombre libre que acertar siendo un prisionero.
(Thomas H. Huxley)