
Gracias y adiós son dos de las palabras más difíciles de pronunciar. La gratitud es una acción que impulsa cuatro tipos de comportamiento. : hay personas que quieren mostrar gratitud pero no saben cómo o les da vergüenza o que necesariamente agradecen sólo en nombre de una convención social. Sin embargo, también hay personas que no saben, no quieren o no son directamente conscientes de tener que dar las gracias.
Luego está la palabra adiós. Esa que a veces duele mucho y es difícil de decir. Al pronunciarlo somos conscientes de que algo ha llegado a su fin y lo verbalizamos. Algunas despedidas están marcadas por lágrimas y dolores de estomago . Muchos a veces se quedan en silencio sin poder juntar esas cinco letras. Podemos imaginar lo difícil que es preparar un mensaje que contenga al mismo tiempo las palabras gracias y adiós. Lo cierto es que en muchas situaciones hay que hacerlo aunque sea complicado.
Gracias pero...
Hay cosas que nos duelen y lo sabemos bien. A pesar de esto seguimos manteniéndolos en nuestras vidas. Adicciones emocionales o archivos adjuntos . Conocidos, amigos, todos caemos en la red de estas actitudes peligrosas que nos enjaulan. Cuanto más tiempo dedicamos a estas conductas tóxicas, más se fortalece la adicción y más difícil será cambiar las cosas. Y es difícil pensar que podamos dar las gracias a algo que nos duele y nos duele. Éste es un pensamiento ambivalente.
La gratitud depende de la satisfacción que genera inmediatamente una situación o una persona. Está marcado por ansiedad o una búsqueda compulsiva de atención. .
¿Cuántas personas parecen diferentes ante la presencia del elemento que tanto buscan? Durante mucho tiempo no son conscientes del problema. Es decir, podemos seguir dándonos cabezazos contra la misma pared a pesar de las advertencias que recibamos. La necesidad de encontrar el amor, la aprobación de un jefe que nos desprecia o el sentimiento de pertenencia a un grupo no nos hacen ningún bien en términos de nuestro porque satisfacer esta necesidad nos hace dependientes de una única fuente.
Adiós y nunca vuelvas
Hay despedidas muy duras y esta dificultad en algunas ocasiones tiene que ver con si nos conviene o no despedirnos. Si se trata de una obsesión de una persona o de un objeto decir adiós sin mirar atrás requiere motivación y coraje . Siempre puedes aprender a decir adiós. En este caso es necesario saber tolerar las emociones negativas y aceptar los sentimientos de tristeza como presentes y al mismo tiempo temporales.
Por otro lado, no siempre somos conscientes de lo que sucederá después. El plazo de aceptación puede ser más largo y complicado de lo que parece en un principio. La duda o el riesgo de recaída siempre están presentes por lo que es necesario estar siempre preparado . Para evitarlo, es mejor no dejar pendiente un adiós. Necesitas decir lo que realmente piensas y expresar tus emociones de manera asertiva, sólo así podrás dar el primer paso en la nueva situación.Me despido de ti por el resto de mi vida aunque pase toda mi vida pensando en ti.
Jose Angel Buesa
Las palabras de despedida
Cuando tenemos que alejarnos de algo o alguien que no sólo nos hace daño sino que también nos hace algún bien, lo ideal es elaborar un plan de despedida. Podemos hacerlo a través del escribiendo de esta manera el flujo desordenado de emociones y pensamientos puede encontrar un significado coherente con la decisión tomada . Mediante palabras escritas podemos establecer un orden de ideas que nos sirva de referencia cuando nos sintamos confundidos.
Las despedidas siempre duelen incluso cuando las deseas desde hace mucho tiempo.
Arturo Schnitzler
Escribir una carta es una de las opciones posibles. Un título podría ser: Gracias pero me despido. Papel y bolígrafo. Empezar a despedirse dando las gracias es importante. Todo lo que nos hace permanecer apegados a una persona, una cosa, una relación o una actividad tiene su por qué. . Nadie quiere sufrir continuamente.
Hay mil motivos como el cambio, la gratificación momentánea o la sensación de sentirse a gusto ante una situación que ahora forma parte de la rutina. Pero luego tenemos que hablar de adiós. Es importante expresar las consecuencias negativas que se derivarían de permanecer en la misma situación. . Hablar de lo duro que será el proceso de adaptación pero también del momento de esperanza de cambio en el que nos encontramos y, más importante aún, también debemos hablar de la oportunidad de elegir seguir adelante sin ese algo que hoy nos hace dependientes y del que decimos adiós.