
La persona que siente vergüenza experimenta un fuerte malestar en el intento de negarse a sí mismo para adaptarse a las expectativas de los demás. la vergüenza controlar tu vida.
Intentar pasar siempre desapercibidos, evitar cualquier momento en el que podamos llamar la atención o rechazar invitaciones a expresar nuestra opinión son todos mecanismos activados por este sentimiento. la verguenza quiere hacernos invisibles y para ello es capaz de implementar infinidad de estrategias. Pero ¿qué se esconde detrás de esta emoción? ¿Cuál es su origen?
Una de las emociones más poderosas del mundo es la vergüenza y representa el miedo a no ser lo suficientemente bueno.
-Brené Brown-
La vergüenza y sus obstáculos
La vergüenza es enemiga de la visibilidad de la presencia. Una emoción difícil que se presenta para ocultar quiénes somos porque el miedo o inseguridad Le sugirieron que las cosas nos irán mal.
Según la Doctora en Psicología María José Pubill la persona que se siente avergonzada es decir, revelan su verdadero ser.
La semilla que da origen a la vergüenza suele encontrarse en experiencias vividas durante la infancia o la adolescencia.

El origen de esta emoción suele estar oculto detrás de una experiencia que la persona percibe como incorrecta en la que no se comportó como debía o en la que su comportamiento no fue normal. El sentimiento de inutilidad e invalidez ligado a esta experiencia la lleva a no querer mostrarse imperfecta ante los demás. Su miedo es tan fuerte que en ocasiones el bloqueo surge como defensa para protegerse. tambien crece frustración por no poder ser la persona que quisiera.
Bien sentir vergüenza implica por un lado experimentar emociones como la culpa y el miedo y por otro mecanismos como la búsqueda de la perfección y el control para superar el sentimiento de insuficiencia. El problema es que en lugar de ayudar, también se convierten en un obstáculo para el crecimiento y la evolución.
Profundizando aún más entenderemos cómo la vergüenza también implica una falta de respeto y tolerancia hacia uno mismo así como una falta de autoestima.
Vergüenza y autoestima: ¿cómo se relacionan?
La vergüenza es el miedo a ser y mostrar lo que eres. la elección de ser invisible para evitar ser objeto de crítica o ser etiquetado como inválido. Sentir esta emoción implica una falta de respeto y tolerancia hacia uno mismo y en consecuencia una baja autoestima propia de quienes quieren quedarse en un segundo plano.
Envuelve a la persona en un aura de negatividad y desprecio por sí misma. haciéndola sentir frágil y débil en lugar de enojada por ello.
Sentir vergüenza no significa sólo no sentirse cómodo consigo mismo piel pero también no reconocerse a uno mismo y perder paulatinamente el sentido de quién se es. Al hacerlo, la iniciativa y el deseo de tomar el timón de la propia vida, así como el sentimiento de poder personal, se extinguen gradualmente.
Quien siente esta emoción pone en manos de los demás la evaluación de sí mismo. porque sólo puede mirarse a sí mismo a través de la mirada de los demás. Vive fuera de sí mismo pensando en el qué dirán los demás, sintiéndose ansioso cada vez que se da cuenta de que no está en posesión de su propio ego. Su vida está llena de sufrimiento y necesidades .
La persona que vive avergonzada se niega a adaptarse a lo que los demás creen o esperan de él.
Dejando el miedo a un lado para volver a ser visible
Aunque esta emoción es considerada una de las más complejas, es posible trabajar sobre ella para reducir su presencia y hacerla desaparecer. ¿Cómo se supera la vergüenza? ¿Cómo volver a ser visible y recuperar su valor?
El primer paso es reconocer y aceptar que sentimos vergüenza y que es parte de nosotros universo emocional . Una vez identificado el ideal, es necesario reflexionar sobre sus consecuencias sobre el peso que tiene en nuestras vidas y sobre cómo nos limita e impide hacerlo.
Si analizamos la situación con sinceridad descubriremos que nos hemos vuelto invisibles a nuestros ojos y que nos evaluamos según parámetros decididos por los demás. La verdad es que no existen parámetros correctos o incorrectos sino sólo aquellos elegidos por nosotros. al igual que el camino que deseamos recorrer.
El siguiente paso es conocernos. conectar con nosotros mismos y mostrarnos tal y como somos . En otras palabras, volver a ser visible. Pues no será fácil después de años escondiéndose detrás de un personaje que actuaba según la voluntad de otros. La buena noticia es que nunca es tarde para volver a ser nosotros mismos.
Identificar la situación que desencadenó todo puede ayudarnos llevándonos de regreso al momento en que sufrimos y queríamos más. Este punto de partida será la clave para comprender la profundidad de nuestra herida que no es otra que habernos traicionado a nosotros mismos y creer haber decepcionado a los demás.
Superar la vergüenza significa convertirse en un ser adulto capaz de transformarse en rey o reina de un nuevo reino: el propio ego.
-María José Pubill-

Un ejercicio muy válido para volver a ser visible es ponerse delante del espejo y mírate a ti mismo sin importarte lo que puedan pensar los demás. ¿Qué vemos? ¿Cómo estamos? ¿Cuáles son nuestras cualidades? ¿Qué necesita la persona que tenemos delante? La idea es liberarnos de las expectativas. de esas trampas mentales que nos impiden ser nosotros mismos y ganar confianza. No somos mejores ni peores que nadie yla soluciónno es compararnos con los demás sino reconocernos y sentirnos válidos.
Inicialmente podemos sentir una fuerte ira hacia la persona que nos dijo lo que no hicimos bien. Para liberarla podemos escribir o pensar lo que le diríamos. De esta forma entraremos en contacto con el peso que llevamos en su interior para luego soltarlo.
Sentir vergüenza implica mucho más que haberse sentido mal en un momento determinado. Esta emoción hace que nos volvamos esclavos de las expectativas de los demás, que nos despreciemos a nosotros mismos y, en última instancia, que seamos invisibles. Por tanto, para vencerlo se vuelve fundamental aprender a conectarnos con nosotros mismos para dar valor a quienes somos obteniendo seguridad. Recordemos siempre que en la vida no es necesario ser perfecto para sentirse bien.
¿Cuál es el sello de la libertad alcanzada? No te sientas más avergonzado de ti mismo.
-Friedrich Nietzsche-
