Nada nos pertenece, la vida presta sin dar.

Tiempo De Lectura ~5 Mínimo

El apego se considera un vínculo emocional muy fuerte. El desarrollo de la personalidad está determinado por cómo nos relacionamos con los demás, lo que nos rodea y cómo vemos la vida. Lamentablemente, sin embargo, el apego tiene un lado negativo y un inconveniente: nada nos pertenece.

Ciertos tipos de apego son necesarios; por ejemplo la presencia de una figura estable en los primeros años de vida para un correcto desarrollo cognitivo y emocional. Por otro lado, un apego peligroso es aquel que nos llena de ansiedad y miedo cuando estamos frente al objeto o persona por quien tenemos estos sentimientos. Todas las relaciones se basan en alguna forma de apego. Pese a ello, no todos los tipos de apego son saludables.

Es cierto que algunas de nuestras relaciones pueden causarnos ansiedad ante la perspectiva de perderlas. Para evitar esto debemos recordar que independientemente de lo que la vida nos ha dado es sólo un préstamo. nada nos pertenece. Agradecerlo es el primer paso para tener una buena conexión con las personas que nos rodean. Lo mismo ocurre con el trabajo, las vacaciones o cualquier otra situación que se presente.

Sed agradecidos con todos vosotros por lo que la vida os ha puesto por delante. Siempre se trata de lo que siembras.

Nada nos pertenece: la vida nos lo presta

Tener relaciones en las que nos sentimos seguros no es un don sino un arte que requiere práctica y voluntad. Cuando una relación se mantiene sólo por costumbre no existen otros motivos que le den sentido e importancia. Este es un adjunto peligroso. Lo ideal para nuestro bienestar mental sería terminar la relación en cuestión.

Si no aprendemos a Déjalo ir las consecuencias serán negativas. Si el apego se apodera de nosotros y permanecemos atrapados apegados a nuestros sueños, nuestras fantasías e ilusiones, el sufrimiento crecerá sin igual y la tristeza será nuestra compañera de viaje. Buda, con una de sus frases más célebres, afirmó que el origen del sufrimiento reside precisamente en el apego.

Nada nos pertenece por completo, la vida nos lo presta. Él nos lo da para que aprendamos a disfrutarlo y dejarlo ir.

No todas las formas de apego son dañinas; de hecho, algunas son útiles, incluso necesarias. Un apego saludable se basa en saber disfrutar de lo que tenemos en el momento presente sin necesidad de seguir estando a nuestro lado para sentirnos bien. Si revelamos la fuente de nuestro sufrimiento con increíble sencillez entenderemos que el objeto en sí no es el foco de nuestro sufrimiento sino nuestro apego a él.

Esto se debe a que tendemos a percibir las cosas como entidades permanentes . Cuando intentamos alcanzar nuestras metas utilizamos la agresión y la competitividad como herramientas aparentemente efectivas. Sin embargo, este proceso nos destruye cada vez más. Para evitarlo debemos aceptar que nada es permanente, la vida nos lo da.

Las personas son tan hermosas como una puesta de sol si se lo permites. Una de las razones por las que apreciamos una puesta de sol es el hecho de que no podemos controlarla.

-Carl Rogers-

Dependencia e independencia comparadas

Nuestro contexto cultural nos invita a depender de los demás: padres hijos parejas etc. Desde pequeños nos inculcaron la idea del amor romántico, es decir, ese sentimiento que une a los miembros de una pareja y que no les permite vivir separados el uno del otro. Sin embargo el dependencia en las relaciones de pareja es altamente perjudicial. Nos convierte en personas completamente incapaces emocionalmente.

La adicción no es en sí misma Siempre está presente hasta cierto punto en nuestras vidas. Debemos admitirlo primero ante nosotros mismos y luego ante los demás. Esta conciencia nos permite establecer y reconocer relaciones más saludables.

Actualmente tendemos a ver la adicción con cierto desprecio como si fuera un signo de debilidad. Tomémonos un momento para pensar. Casi todos los aspectos de nuestras vidas son el resultado del esfuerzo de otros. Nuestra preciosa y magnífica independencia no es más que una ilusión o una fantasía. Para disfrutar de una vida feliz necesitamos amigos, buena salud y posesiones materiales. Curiosamente, todas estas son áreas en las que dependemos de los demás.

Nuestra necesidad de los demás es paradójica. Al mismo tiempo que exaltamos la independencia más feroz, también deseamos intimidad y libertad. conexión con una persona especial y querida. El secreto, pues, está en amar sin necesitar. Nada nos pertenece, la vida nos lo presta. Empecemos a disfrutar de lo que tenemos.

En nuestros locos intentos renunciamos a lo que somos por lo que queremos ser.

-William Shakespeare-

Entradas Populares