Derecho a cambiar de opinión para crecer.

Tiempo De Lectura ~6 Mínimo
El cambio es un elemento fundamental para el crecimiento personal y espiritual.

Cambiar de opinión no significa alejarte de tu esencia. Significa darnos cuenta de que las personas en las que habíamos depositado nuestra confianza no son fiables, darnos cuenta de que el camino que nos parecía correcto no lo era del todo y significa sobre todo poder avanzar con mayor perspectiva y madurez. Así que nunca olvidemos que cada uno de nosotros tiene el precioso derecho de cambiar de opinión para crecer.

Puede parecer curioso pero a nuestro alrededor nunca falta alguien que vea con escepticismo el hecho de que en un momento dado actuemos o pensemos diferente. Generalmente algo como esto sorprende a nuestros familiares, impacta a nuestra pareja o asusta a nuestros padres amigos . ¿Cómo es posible que ahora te guste el verde si antes eras fanático del azul?

Todo el mundo piensa en cambiar el mundo pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo.

-León Tolstoi-

De hecho es así. Ahora preferimos el verde, el rojo o el azul cobalto porque de repente nos dimos cuenta de que hay más colores en la vida de los que nos enseñaron. Incluso hemos descubierto que hay matices que nos aportan mucho más sabores que despiertan nuestros sentidos. y olores, rincones y escenarios realmente estimulantes y satisfactorios.

Cambiar de opinión no es un sacrilegio ni nos convierte en personas volubles o inestables. Es más, las personas que son capaces de abrir la mente y ser receptivas a nuevos estímulos y que también están abiertas al cambio cuando lo consideran oportuno son tipos muy responsables con respecto a sus crecimiento personal .

Las personas de mente abierta no tienen miedo de cambiar de opinión

Las personas que cambian de opinión a la ligera y sin motivo nos provocan desconfianza. Es normal, no es fácil convivir con alguien que hoy nos dice una cosa y luego hace otra con alguien que defiende hasta el final una serie de valores y al día siguiente los rechaza y opta por otros completamente opuestos. Pero

Nos referimos más bien a esa capacidad que todos deberíamos poner en práctica: el cambio destinado a posibilitar el desarrollo humano. En este sentido, poder cambiar nuestra opinión sobre un tema, comportamiento o sobre la concepción que tenemos de una persona concreta se convierte muchas veces en como una puerta que nos permite avanzar al máximo, nuestra única oportunidad de adoptar perspectivas y enfoques más convenientes.

Hace unos años los psicólogos sociales Ian Handley y Dolores Albar publicaron en Revista de Personalidad y Psicología Social uno interesante estudio sobre nuestra resistencia a cambiar nuestro punto de vista. Esta investigación destaca un hecho increíblemente revelador: las personas con buena autoestima y que se sienten bien consigo mismas tienen una mente más abierta y son mucho más receptivas al cambio. Tampoco tienen miedo de cambiar de opinión y dejar claro por qué lo hacen.

Heurísticas que actúan como nuestra voz interior

Este hecho tiene que ver con lo que definieron otros psicólogos como Melissa Finucane y Paul Slovic. heurística afectiva . I es decir, por su instinto.

Su bagaje en materia de autoconocimiento es tan avanzado que cuentan con un sensor (o una voz interior) capaz de avisarles cuando determinadas cosas no les convienen o en qué momento deben descartarse determinados ideales, empresas o conceptos porque crean discordia, insatisfacción o infelicidad.

por su parte las personas más reacias a cambiar de opinión o acercarse utilizan heurísticas más sofisticadas pero menos emocionales. Sólo así podrán levantar muros para socavar todo aquello que se atreva a desafiar sus ideas preconcebidas.

Si algo he aprendido de la vida es a no perder el tiempo intentando cambiar a los demás.

-Carmen Martín Gaite-

El derecho a cambiar de opinión

Tenemos derecho a cambiar de opinión y dejar de admirar a alguien sin que eso nos haga sentir mal. Pues sí, tenemos derecho a que ahora nos guste ese tema, ese pasatiempo o esa rama del conocimiento que antes criticábamos quizás porque no habíamos tenido el valor de acercarnos a él para descubrir todo el potencial que tenía para darnos.

A veces Cambiar de opinión significa crecer, permitirnos abrir nuevas puertas y cerrar otras detrás de nosotros para avanzar con mayor competencia y confianza. Nada de esto es negativo ni nos hace peores personas sino todo lo contrario.

Dicho esto, en cada uno de estos pasos hacia adelante hay un hecho que no podemos dejar de lado.

Cualquiera que cambie de opinión sobre algo o alguien ha hecho primero un ejercicio. autorreflexión . Es decir, uno se permitía recurrir a una de esas heurísticas afectivas mencionadas para recordar la propia esencia, despertar los instintos y las necesidades emocionales.

Por lo tanto, nadie debería hacer cambios a la ligera o cambiar de opinión sólo por capricho. Debemos hacerlo con seguridad, con la certeza de que hay cosas que ya no es necesario defender porque hay alternativas más válidas y satisfactorias.

Pensémoslo y dejemos de tener tanto miedo a los cambios pequeños o grandes.

Entradas Populares