
Hay algo en nosotros que nos acompaña a lo largo de nuestra existencia, caminando a nuestro lado en los nuevos lugares que visitamos y en aquellos a los que queríamos regresar. Es un equipaje que nos hace especiales porque tiene forma de sueños, esperanzas y sobre todo de cosas a las que estamos apegados y que decidimos llevarnos cuando nos vamos.
Esa maleta contiene las emociones que nos hacen vibrar desde lo más profundo de nosotros mismos así como las personas que las desencadenan. No es un equipaje fácil de observar pero va y viene al ritmo de cada uno de nuestros pasos, diciendo mucho de quiénes somos.
-Ella Fitzgerald-
Las cosas a las que estamos apegados para hacernos emocional y espiritualmente únicos porque los llevamos con nosotros cerca de nuestro corazón en forma de amor y nostalgia .
Cariño y NO despedidas
Llegamos a la estación, nos dirigimos hacia el aeropuerto o ponemos un pie en el coche dispuestos a afrontar una nueva aventura. No importa si dura meses, años o incluso horas, nuestro equipaje siempre será el mismo.

Cuando hacemos la maleta la llenamos de objetos que creemos que vamos a necesitar: ropa, dispositivos electrónicos, documentos y otras cosas viaje también estará lleno de recuerdos, como fotografías o postales. Entonces es hora de despedirse.
Les dicen adiós sin motivo como si dejáramos atrás a las personas que se quedan y que no vienen con nosotros físicamente. Pero en realidad no soltamos, no abandonamos, no nos desprendemos de esas personas.
la mitad del mundo.
Así que incluso si llegamos tarde
querremos hacerlo de nuevo […]
-Elvira Sastre-
Todos sabemos por qué duelen tanto las despedidas temporales. Porque en ese aeropuerto en esa estación de tren le estamos dando la espalda a alguien con la esperanza de que vuelva a abrazarnos lo antes posible. Aquellos adiós son difíciles de afrontar porque en el fondo nunca lo han sido: son sólo paréntesis especiales de un cariño que perdurará en el tiempo. Su recuerdo nos cobijará del frío allá donde estemos, protegiéndonos del vacío y la soledad.
El cariño se esconde en las despedidas
Salir y salir de casa es un acto muy valiente ya que significa lanzarnos a una aventura para la que no tenemos experiencia. Y para colmo, no tendremos a nuestro lado a las personas que habitualmente nos ayudan cuando tenemos un problema.

Cuando el viaje se hace largo, el equipaje que habíamos llenado con aquello a lo que estamos atados y que nos ha acompañado desde el inicio de la aventura poco a poco comienza a revelar su contenido. En otras palabras, nos damos cuenta de que quizás algunas de esas despedidas no fueron del todo pasajeras o que incluimos a personas que ni siquiera conocíamos.
Aquí vamos a quitar y añadir elementos de nuestro equipaje hasta que nos demos cuenta de que al fin y al cabo no había lugar para todo lo que no fueran los objetos materiales que lo hacían tan pesado y que cuanto más peso soporta más sólido se vuelve.
El equipaje emocional es el más pesado
Después de reflexionar mucho tiempo sobre estos aspectos, entenderemos que mudarse a un nuevo lugar no significa abandonar hogar : no reside en ningún lugar físico, está dentro de nosotros. cuando regresemos Miraremos a aquellos a quienes dijimos hasta pronto y entenderemos que son ellos. hogar la esencia .
Nos reencontramos con las personas que nos importan y que siempre han estado con nosotros, pero sumando a todos los que traemos con nosotros del viaje del que acabamos de regresar. Al fin y al cabo, siempre habrá una copa de vino esperándonos de aquel amigo que conocimos en España. abrazo devolverle a ese amigo de la universidad una conversación para retomar con ese desconocido que conocimos en Ginebra cuyo recuerdo nos acompaña en los días de lluvia...
-Benito Taibo-
Todo ello formará el equipaje a través del cual nos mostraremos a los demás: No hablaremos de la ropa que trajimos sino de las personas cuyos recuerdos llevamos con nosotros. Esto es simplemente una demostración de que el amor y el afecto son pequeños fragmentos pegados en nuestro corazón y en el de los demás. Invisibles nos unen y dan sentido a nuestra existencia.
Imágenes cortesía de Claudia Temblay