
Gobierno y organizaciones de salud nos informan constantemente sobre las medidas preventivas a implementar ante el avance del COVID-19. Sin embargo, en lo que no nos centramos lo suficiente son en las consecuencias psicológicas del coronavirus. Factores como el aislamiento social, el confinamiento en casa y el peso de la incertidumbre pueden afectar a nuestra salud mental.
También hay otra variable a la que no le estamos prestando atención. Hay miles de personas que sufren depresión o trastornos de ansiedad. que ahora se encuentran en una situación de potencial empeoramiento de su condición.
Está claro que ninguno de nosotros se había enfrentado antes a una situación similar. Pero no dejemos que esto nos desanime: mantengámonos activos para defendernos del coronavirus y sus efectos secundarios (comportamientos irracionales, miedos infundados, etc.).
Tenemos la obligación de reaccionar, actuar, crear puentes y cadenas de ayuda. para que dentro de cada familia en el silencio de cada casa nuestra mente no nos traicione ni actúe en nuestra contra intensificando el sufrimiento.

7 consecuencias psicológicas del Coronavirus que debes conocer
la revista cientifica la lanceta Publicé uno hace unos días. estudio sobre el impacto psicológico del coronavirus . Para lograrlo se analizaron otras situaciones similares (aunque no con el mismo impacto). Una de ellas fue la cuarentena implementada en varias zonas de China tras la epidemia de SARS en 2003.
La población se vio obligada a permanecer en cuarentena durante 10 días, tiempo que los psicólogos necesitaron para analizar el efecto de este tipo de situaciones. Gracias a los datos recogidos y a la observación de lo que ha ido sucediendo en las últimas semanas se logró determinar las consecuencias psicológicas del Coronavirus. Veámoslos juntos.
1. El aislamiento durante más de 10 días provoca estrés
Una de las medidas que los gobiernos han implementado para evitar la propagación de Coronavirus y para superar la enfermedad (cuando los síntomas son leves) es la de cuarentena o aislamiento total por un período de 15 días.
Las investigadoras que completaron el estudio, las doctoras Samanta Brooks y Rebecca Webster del King's College de Londres, llegaron a la conclusión de que Después de 10 días de aislamiento la mente comienza a ceder.
A partir del undécimo día surgen el estrés, el nerviosismo y la ansiedad. Con una pena de prisión superior a 15 días, los efectos podrían volverse mucho más graves. y difícil de gestionar para la mayoría de la población.
2. Consecuencias psicológicas del Coronavirus: el miedo al contagio se vuelve irracional
Una de las consecuencias psicológicas más evidentes del Coronavirus es el miedo a contagiarse. Cuando una situación epidémica o pandémica se expande, la mente humana tiende a desarrollarse miedo irracional i.
No importa si escuchamos fuentes de información confiables. No importa si somos conscientes de las sencillas y necesarias medidas de seguridad (lavarse las manos, mantener un metro de distancia).
Poco a poco vamos desarrollando miedos cada vez más infundados como El miedo irracional a que la infección pueda provenir de los alimentos que comemos. o que Puede ser transmitido por nuestras mascotas. … Son situaciones extremas a las que nunca se debería llegar.
3. Aburrimiento y frustración
En un contexto donde la interacción social se reduce al límite donde reina el silencio en las calles y nos vemos obligados a permanecer en casa está claro que el demonio del aburrimiento no tardará en llegar. Aunque hay muchas formas de combatirlo.
Cuando pasan los días y crece la incertidumbre, la frustración asoma la cabeza. La incapacidad de mantener nuestro estilo de vida y nuestra libertad de movimiento nos hace caer hacia un abismo de emociones complejas y problemáticas.
4. Consecuencias psicológicas del Coronavirus: sentimiento de falta de bienes de primera necesidad
En un contexto de epidemia o pandemia, la mente tiende a actuar por impulsos. Una de las consecuencias de esto es la compra compulsiva.
Todo esto nos retrotrae a La pirámide de necesidades de Abraham Maslow Según la cual, para sentirse bien, el hombre necesita primero abastecerse de alimentos y productos de primera necesidad.
En un escenario incierto nuestro cerebro centra su atención en esa prioridad: no quedarse sin los bienes básicos para sobrevivir. No importa que nuestros supermercados estén siempre abastecidos.
Ni siquiera importa que las farmacias se estén quedando sin medicamentos. Nuestra mente nos lleva a creer que ciertos bienes pueden agotarse y nos empuja a abastecernos.
5. Pérdida de confianza: No nos dicen cómo es
Entre las consecuencias psicológicas del Coronavirus está la pérdida de confianza en los demás fuentes oficiales de información . Instituciones de salud ciencia política… En momentos de crisis llegamos al punto en que la mente humana se desconecta y pierde confianza.
Lo mismo ocurrió durante la crisis del SARS de 2003. ¿La razón? En ocasiones se difundieron datos contradictorios, otras veces no hubo coordinación entre los distintos integrantes del gobierno de salud y otras jurisdicciones. Debemos tener en cuenta que estamos ante un suceso poco común nunca antes nos habíamos encontrado ante algo como esto.
La COVID-19 es también un adversario desconocido como lo fue en su día el SARS. Las autoridades responden en base a los avances y acontecimientos registrados día a día. La desconfianza por parte de la población puede convertirse en el peor enemigo, fomentando la difusión de teorías paranoicas y conspirativas, alejándonos de la solución del problema.
6. Las personas con trastornos psicológicos pueden empeorar
Como decíamos al principio, la población más sensible, personas con depresión, fobias, ansiedad generalizada, trastornos obsesivo-compulsivos, pueden sufrir más que nadie en este contexto. A la luz de esto Es de vital importancia que se sientan apoyados y que no pasen estos días solos.

7. El peor enemigo de todos: el pensamiento negativo
Existe un factor obvio y sumamente peligroso que puede impactar negativamente en nuestra salud mental: el pensamiento catastrófico . La tendencia a anticipar lo peor, esa voz que nos susurra que perderemos el trabajo, que las cosas no volverán a ser como antes, que acabaremos en el hospital, que alguien querido no sobrevivirá, que la economía colapsará.
Evitemos dar lugar a este tipo de ideas. En lugar de ayudar, no hacen más que complicar la realidad que estamos viviendo. Cuidemos, por tanto, de nuestra salud siguiendo todas las medidas de prevención pero también cuidando nuestra salud psicológica. Para concluir en tiempos de crisis es necesario mantener la calma y crear alianzas. Ayudémonos unos a otros para superar con éxito esta situación que pasará.