Ostracismo y exclusión social

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Puedes sufrir ostracismo y exclusión social en el ámbito laboral o en las relaciones interpersonales.

El ostracismo es una forma de castigo social. La discriminación racial o sexual, las creencias o valores personales se expresan a través de prejuicios. Puedes sufrir ostracismo y exclusión social en el ámbito laboral o en las relaciones interpersonales. Cualquier rechazo experimentado en una de estas situaciones puede tener graves consecuencias para quien lo sufre.

El término ostracismo proviene del griego. ostra práctica que mediante una votación condenaba al exilio a aquellos ciudadanos que representaran una amenaza para la comunidad. Hoy es un fenómeno que se produce tras un consentimiento tácito y que puede manifestarse de forma velada o de forma abierta y explícita.

La necesidad de pertenecer a un grupo.

El ser humano tiene una gran necesidad de pertenecer e identificarse con un grupo, aunque sea pequeño. La afiliación con otras personas aporta muchas beneficios psicológicos y fortalece nuestra identidad individual y grupal.

Los seres humanos tenemos una naturaleza social y la necesidad de pertenecer encuentra sus raíces en la evolución y el instinto de supervivencia. El ostracismo y la exclusión social son amenazas al sentido de pertenencia y desencadenan procesos cuyo estudio nos está aportando información sorprendente.

Relación entre pertenencia social y el Yo

En psicología la concepto del ego ha sido objeto de numerosas investigaciones y de tantas conjeturas. En el amplio abanico de significados que se le atribuyen, dos de las propuestas de Leary y Tangney parecen referirse a la pertenencia social:

    La autoconciencia o el Ego autoconsciente.Es el que registra nuestras experiencias, siente nuestros sentimientos y piensa nuestros pensamientos. Es el Ego gracias al cual somos conscientes de nosotros mismos: el Ego consciente. Autorregulación.Es el Ego el que ejecuta y actúa. Se trata de la capacidad de adaptar nuestro comportamiento para encontrar el lugar en el mundo que queremos estar. Es el regulador que nos permite controlarnos y dirigirnos conscientemente hacia nuestro yo ideal.

A partir de reflexiones sobre nosotros mismos y nuestras vivencias ( autoconciencia ) podemos regular y adaptar nuestro comportamiento en la dirección deseada (autorregulación). Este es el proceso mediante el cual podemos acercarnos a la persona que queremos ser.

Cuando nos sentimos rechazados y somos víctimas del ostracismo o la exclusión social, mirar dentro de nosotros y reflexionar sobre nosotros mismos (autoconciencia) se convierte en algo sumamente desagradable que preferimos evitar. Sin estas reflexiones, la autorregulación no es posible. Esto implica un desapego entre el Yo y el Ego ideal.

Efectos del ostracismo y la exclusión social

Los efectos y consecuencias del ostracismo y la exclusión social en los individuos son múltiples y se reflejan tanto a nivel físico como psicológico. Probablemente cada uno de ellos merezca un artículo aparte.

En 2009 la Universidad de California descubrió el vínculo entre el rechazo social y el dolor físico: el gen OPRM1 . Se sabía que la exclusión social activaba áreas del cerebro relacionadas con el estrés, pero estudios recientes han demostrado que el ostracismo también activa algunas áreas asociadas con el dolor físico. En particular la porción posterior de la ínsula. Se cree que estos hallazgos pueden ayudar a explicar enfermedades como la fibromialgia.

Además de las consecuencias negativas para la salud física, la exclusión social provoca que el sujeto experimente una disminución de la conducta prosocial que le impide intentarlo. empatía . También se ven afectadas las capacidades cognitivas y el rendimiento intelectual, especialmente las operaciones cognitivas que requieren atención y control consciente. La exclusión social también puede afectar el comportamiento emocional y los niveles de agresión de un individuo.

Violencia, exclusión social y autorregulación del ego

Hace años, las teorías que intentaban explicar la relación entre violencia y exclusión social sostenían que las personas con bajos niveles intelectuales tenían dificultades para adaptarse a la vida social. Esta falta de adaptación habría aumentado los niveles de agresión provocando conductas violentas. Según estudiosos del pasado, esta fue una de las causas que llevaron a la exclusión social.

Hoy sabemos que el proceso es diferente. Los estudios de Baumeister y Leary han demostrado que la alteración de la autorregulación del yo provocada por el ostracismo y la exclusión social es uno de los factores que provocan la conducta violenta y no el nivel cultural de un individuo.

¿Cómo afrontar el rechazo social?

Las personas con una fuerte necesidad de pertenencia suelen desarrollar comportamientos antisociales después de experimentar el rechazo. Si lo consideran un acto injusto hacia ellos, pueden desarrollar conductas reparadoras que tiendan a evitar el contacto social. O, por el contrario, podrían adoptar conductas prosociales y tener interés en crear nuevas relaciones.

Las personas que tienen un ego consciente más independiente tienden a priorizar sus objetivos individuales y dar menos consideración a los objetivos grupales. El rechazo social que experimentan estas personas puede producir un aumento de su creatividad.

El ostracismo y la exclusión social tienen consecuencias negativas e influyen en aspectos fundamentales del ego. Cuando eres víctima de rechazo es importante iniciar un proceso de autoconocimiento y reflexionar sobre nuestras experiencias y comportamientos. Una vez hecho esto, necesitamos autorregular nuestros comportamientos para crear oportunidades para establecer nuevas relaciones.

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