Ya no tengo edad suficiente para arrepentirme

Tiempo De Lectura ~3 Mínimo

Al final sin saber cómo llega ese día. Algo dentro de nosotros se despierta para decirnos que ya no tenemos edad suficiente para arrepentirnos de abrazos a medias, de intenciones a medias y de noches sin luna. . Con el tiempo llega esa etapa en la que los miedos desaparecen y los límites ya no tienen la oportunidad de crear abismos frente a nosotros.

Jorge Luis Borges en el epílogo de Tutti le opere dice que las personas son su pasado, su sangre, los libros leídos y las otras personas que conocen. Sin embargo, a esta lista hay que sumar todo lo que no fue posible en su momento. Las personas también son esas vacías, esos intentos fallidos que implicaron un arrepentimiento muy pesado, más pesado que los errores. empleados.

El fracaso es la oportunidad de empezar de nuevo con más inteligencia.

(Henry Ford)

Convencerse de que los trenes siempre pasan para aquellos que saben esperar es una triste ilusión, una frase manida que a menudo se recoge en los libros de autoayuda. Hay acontecimientos que han tenido su momento, su oportunidad mágica que se ha esfumado como el humo de una ventana abierta. No volverán a suceder. Sin embargo, cada mañana se abren nuevas puertas, dejando pasar vientos más frescos y espacios más despejados a los que acercarse con una nueva actitud.

Antes de decirnos frases como a mi edad ya no puede pasar o estas cosas ya no son para mí debemos ser capaces de desprendernos de esta tristeza. meloncolía para recuperarse del hambre, de las ganas y del placer de vivir con las manos llenas y el corazón ardiente.

El arrepentimiento nos saca de nuestra zona de confort

Ya no estamos hechos para arrepentirnos ni para mostrar el maravilloso mar que llevamos dentro a personas que no saben nadar y que no entienden el lenguaje de nuestras olas. Llega un momento en que odiamos el sonido de rutina porque en lugar de darnos seguridad se nos presenta como un invierno triste nunca reemplazado por la primavera y mucho menos por las inspiradoras noches de verano.

No importa la edad escrita en nuestro documento de identidad: es nuestro corazón el que contiene la verdadera juventud que aspira a nuevas experiencias y cosas nuevas sabores . Queremos hacer algo pero ¿cómo podemos darle forma a esta necesidad vital? ¿Cómo cruzar la frontera de nuestra vida cotidiana? Puede parecer contradictorio pero muchas veces podemos hacer de nuestro malestar o inquietud verdaderos aliados para ir más allá de nuestras zonas seguras.

Muchos de ustedes pueden pensar que el término zona de confort es una reliquia de la psicología motivacional de los años 80 sobre la que se han escrito tantos libros. Sin embargo, aquellos estudios iniciados para comprobar el nivel de temperatura ambiental en el que una persona se siente cómoda han demostrado un dato aún más interesante: Los seres humanos están programados para buscar espacios neutrales en los que se sientan seguros.

Sin embargo, esta seguridad no siempre les lleva a ser más productivos o más felices: en determinadas ocasiones surgen nuevas necesidades vitales.

Entender que nuestras zonas de confort se han vuelto pequeñas nos empuja a cruzar la línea de nuestro miedo en busca de nuevas oportunidades . Porque a veces abrazar nuestras ansiedades y nuestras dolencias es la única manera

Los círculos de nuestra vida y las nuevas oportunidades

Visualiza el pasado de tu vida por un momento. Es probable que hayas imaginado una línea recta: detrás de ti queda el pasado con todo lo que te perdiste, los intentos fallidos y los caminos nunca explorados. Por otro lado, suspendido frente a tus narices, justo frente a ti, se abre tu futuro en el que se vislumbran todas las oportunidades de progreso antes mencionadas.

Bueno, en realidad no deberías pensar así tu vida: lo ideal es visualizarla mediante círculos. Peter Stange, el famoso científico e ingeniero de sistemas, define nuestro mundo y nuestra existencia como un hermoso mecanismo de círculos conectados entre sí. Casi como si fuera un mandala . Son ciclos que comienzan y terminan y que se entrelazan entre sí de una manera absolutamente hermosa. Pensar tu vida de esta manera te invita a reflexionar sobre varias cuestiones.

La primera idea que debes sacar de esta imagen es que las oportunidades perdidas ayer, los errores y los intentos fallidos del pasado son parte de un ciclo que ya terminó. Ver que en este ciclo hay un comienzo y un final te empuja a empezar uno nuevo con más solidez sabiduría y esperanza.

En esta etapa actual todo es posible: es un círculo abierto en el que eres receptivo a todo lo que te rodea. Las oportunidades son muchas y ahora sabes que no tendrás más arrepentimientos. Todo lo vivido en el pasado no se queda atrás sino que te envuelve para servirte de punto de referencia para recordarte qué puertas no merecen ser abiertas y qué líneas puedes cruzar con total tranquilidad.

En definitiva, la vida es la construcción de un hermoso mandala en el que todo está en movimiento. Ahora serás tú quien elija los colores, serás tú quien no tendrá más arrepentimientos, serás tú quien creará tu felicidad tan soñada y anhelada.

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