¿Cómo nos afecta la ansiedad anticipatoria?

Tiempo De Lectura ~7 Mínimo

La ansiedad anticipatoria es un proceso que llevamos a cabo a nivel mental y mediante el cual imaginamos lo peor ante una determinada situación que nos provoca estrés o ansiedad. Por ejemplo Antes de afrontar una entrevista de trabajo podemos imaginar que nos harán preguntas difíciles que no podremos responder. lo que nos llevará a bloquearnos y quedar excluidos del abanico de posibles candidatos para el puesto en cuestión.

Una de las consecuencias inmediatas de esta forma de ansiedad es que dejamos de centrarnos en el regalo proyectar hacia el futuro nuestras nubes grises que no podemos disipar precisamente porque no podemos actuar sobre el futuro. Es como si viviéramos constantemente esperando un peligro inminente y necesitáramos protegernos.

La preocupación no quita el dolor del mañana pero vacía el hoy de su fuerza

-Corrie Ten Boom-

Los pensamientos negativos alimentan la ansiedad anticipatoria

Aunque no queramos, a veces los pensamientos negativos dominan nuestra mente y nos provocan ansiedad. Cuando lo que pensamos nos hace sentir mal hablamos de pensamientos distorsionados o distorsiones cognitivas . Estos pensamientos nos llevan a ver el mundo con una perspectiva distorsionada, como si lleváramos gafas oscuras que tornan grises nuestros días luminosos.

Imaginemos que nos encontramos frente a un público y tenemos que dar un discurso. En el caso de la ansiedad anticipatoria surgen pensamientos catastróficos como No puedo hacerlo, me congelaré por completo, todos se reirán de mí. . Esto nos impide pensar con claridad cuando nos encontramos en situaciones que percibimos como amenazas. Si continuamos repitiéndolos con frecuencia estos pensamientos también pueden convertirse en realidad a través de lo que los psicólogos llaman profecías autocumplidas .

Una profecía autocumplida genera una expectativa negativa que moldea nuestro comportamiento hasta que sucede lo que imaginamos. . Si pensamos que nos quedaremos estancados ante una presentación, es posible que se creen las circunstancias para que esto realmente suceda, confirmando nuestra predicción negativa.

Si crees que puedes o no, probablemente tengas razón.

-Henry Ford-

La ansiedad anticipatoria intenta predecir el futuro y lo empeora

La ansiedad nos ayuda a mover nuestro cuerpo ante una posible amenaza o peligro real. No es negativo en sí mismo, sino que nos da información sobre posibles peligros inminentes. La ansiedad anticipatoria, por otro lado, intenta predecir las consecuencias de un evento futuro. Intenta prevenir un peligro que aún no se ha materializado, lo que puede ser útil en algunas ocasiones pero en otras nos complica las cosas.

Por ejemplo, si imaginamos tener un accidente de carretera, probablemente lo primero que hagamos nada más subirnos al coche será ponernos el cinturón de seguridad. Esta reacción puede protegernos en caso de accidente pero No todas las reacciones a la ansiedad anticipatoria nos ayudan. Retomando el ejemplo anterior, si por miedo a sufrir un accidente nos quedamos en casa y no cogemos el coche, la ansiedad aumentará y no desaparecerá.

Éstos son algunos de los síntomas que nuestro cuerpo Puede ocurrir cuando sufrimos ansiedad anticipatoria: náuseas taquicardia sudoración dolor en el pecho voz temblorosa. También podemos sentir que nuestras emociones están a punto de explotar o que estamos perdiendo el control de la situación. Estos síntomas surgen por una falta de tolerancia a aquello que no podemos controlar. Esto significa que muchas veces

La intensidad de la angustia es proporcional al significado que tiene la situación para quien la padece.

-Padre Horney-

Algunos trucos para reducir la ansiedad anticipatoria

Para superar la ansiedad anticipatoria suele ser necesaria la intervención psicológica, a veces combinada con la prescripción de fármacos.

En otros casos, sin embargo, algunos trucos útiles pueden ser: bloquear pensamientos, concentrarse en la respiración, practicar mindfulness, hacer ejercicio físico, familiarizarse con las situaciones que nos provocan pánico. Veámoslos uno por uno.

Bloquear y posponer pensamientos negativos

Imaginemos que podemos hablar con los nuestros. pensamiento negativo y decirle que no queremos que nos moleste más. Digámosle que deje de molestarnos que luego le escucharemos y que ahora mismo preferimos centrarnos en otros asuntos más importantes. Si posponemos nuestros pensamientos es más fácil que nuestras emociones no se vean demasiado afectadas y así podremos sentirnos más seguros.

Esta costumbre de posponer la reflexión sobre una idea concreta funciona mejor cuando además definimos un día y una hora para hacerlo. De esta forma no se pospondrá a una fecha indefinida.

Familiarizarnos con las situaciones que nos asustan

Si poco a poco nos exponemos a aquello que nos asusta, nuestra ansiedad irá disminuyendo poco a poco. La solución no es evitar las cosas que nos asustan sino afrontar pequeños retos que nos puedan llevar a superar nuestros miedos más profundos. Por ejemplo, si tenemos miedo a volar, un primer paso podría ser ir a buscar a alguien al aeropuerto y ver los aviones despegar y aterrizar.

Practica el arte de vivir el presente.

La ansiedad se genera por un exceso de futuro en nuestras vidas. En consecuencia, si practicamos vivir el presente nos calmaremos. Ejercicios como mindfulness o meditación pueden ayudarnos a superar la ansiedad anticipatoria. Por ejemplo, si en los minutos previos a una presentación centramos nuestra atención en la respiración, es posible que nuestros pensamientos negativos desaparezcan o al menos se atenúen.

Hacer algún deporte que nos haga sentir bien

El deporte puede ayudarnos a dejar atrás la ansiedad de una vez por todas. No sólo cuidaremos nuestra dimensión física, nuestro cuerpo, también ayudaremos a nuestra salud mental. Para transformar la actividad física en un hábito es importante ir introduciéndola poco a poco en nuestra vida. Si nos excedemos nos encontraremos llenos de dolor o incluso nos lastimaremos y acabaremos sin querer hacer deporte durante mucho tiempo.

El ejercicio físico libera endorfinas y nos ayuda a dormir mejor y vivir más relajados.

Si utilizamos la energía de la ansiedad anticipatoria como impulso para mejorar y aprender de nosotros mismos sacaremos la parte más positiva de ella. Podemos aprender a afrontarlo y mostrar un saludable nivel de escepticismo ante lo que predice. Para ello nos será útil aprende a restarle importancia y ve que al final lo peor es sólo una de las probabilidades . El resto de la vida está pasando aquí y ahora delante de nuestras narices y tenemos la oportunidad de aprovecharlo para crecer como personas.

Entradas Populares