Primer ataque de pánico: ¿qué pasa después?

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La experiencia del primer ataque de pánico es tan aterradora que uno tiende a pensar en ser víctima de un infarto de miocardio. Tras esta primera experiencia existe un miedo paralizante a que el episodio se repita.

El primer ataque de pánico marca un antes y un después en la vida de cualquier persona. Estas experiencias aterradoras, inesperadas, van acompañadas de una amplia gama de síntomas físicos. Quien lo padece tiene la clara sensación de estar a punto de morir y de que su corazón podría colapsar en cualquier momento.

Quienes nunca han experimentado un ataque de pánico pueden tener ideas distorsionadas sobre esta experiencia. Como resultado, tenderá a pensar que la mencionada realidad sólo afecta a personas inseguras e incluso temerosas. Además, se suele pensar que los ataques se producen en situaciones muy concretas en las que el sujeto se ve abrumado por un miedo incontrolable como hablar en público, subir a un ascensor o a un avión, etc.

¿Ataque de pánico o infarto?

Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento y sin una causa específica. Hay quienes se despiertan en mitad de la noche abrumados por una sensación de pánico alarmante creyendo firmemente que están a punto de tener un infarto de miocardio . También hay quienes lo padecen por primera vez mientras hablan por teléfono, cenan con amigos o mientras están en el supermercado haciendo la compra.

Hay otro aspecto importante a tener en cuenta: cualquier persona puede sufrir ataques de pánico. Porque lo creas o no estas experiencias no hacen distinción entre personalidad, edad o circunstancias, el denominador común es la ansiedad. Y, por tanto, una gran parte de la población sufre ansiedad. Es recomendable saber qué hacer cuando se tiene un ataque de pánico por primera vez.

El peso de la ansiedad parece más pesado que el mal temido.

-Daniel Defoe-

¿Qué sucede después del primer ataque de pánico?

Todos lo tenemos disponible diferentes técnicas y recursos para gestionar la ansiedad . Sin embargo Hay un aspecto que muchas veces olvidamos: la información. Confundimos los síntomas y signos que la ansiedad deja en nuestro cuerpo y mente; No sabemos las consecuencias ni cómo se manifiesta cuando llega al límite.

Esto significa, por ejemplo, que muchas personas no pueden reconocer un ataque de pánico. En cierto sentido en nuestro imaginario sólo les sucede a otros o es una experiencia que quizás hemos visto en la televisión y que la gente resuelve respirando dentro de una bolsa de papel. Necesitamos tener más datos disponibles, información confiable y algunos conocimientos sobre trastornos psicológicos poder intervenir lo antes posible.

Entonces veamos todo lo que sucede después del primer ataque de pánico.

Acudimos a urgencias y el diagnóstico nos sorprende

Cuando una persona tiene un ataque de pánico por primera vez el miedo crece exponencialmente porque no entiende lo que está pasando. ; Por tanto, la ansiedad surge debido a la ignorancia y la incertidumbre. Taquicardia dificultad para respirar náuseas tensión muscular… es común acudir a urgencias creyendo que está sufriendo un infarto.

Cuando los médicos dan el diagnóstico, algunos se sorprenden aún más. Saber que lo vivido tiene un origen psicológico y no físico provoca cierta perturbación/rechazo. La experiencia es tan física que muchas personas no dudan en pedir una segunda opinión o someterse a pruebas y controles. En general no es raro que al paciente se le prescriba algún ansiolíticos por un período de tiempo limitado además de un período de descanso.

Tras el primer ataque de pánico, comienza el círculo vicioso del miedo

Los ataques de pánico son producto de una evolución aunque al principio aparecen de forma repentina. Son el desencadenante físico de un estado emocional adverso que se mantiene en el tiempo. Así que por lo general quienes son víctimas de estas experiencias acumulan un exceso de ansiedad con el paso de los meses e incluso años.

Después de que ocurre el primer ataque de pánico. ansiedad secundaria . Este es un estado en el que acabamos desarrollando un miedo intenso a sufrir un nuevo ataque; los síntomas intensos y la pérdida de control nos aterrorizan. Todo ello nos lleva a autoalimentar el miedo lo que desencadena un círculo vicioso que intensifica aún más la situación.

La vulnerabilidad y el largo viaje en busca de ayuda

Finalmente, tras el primer ataque de pánico es habitual buscar ayuda. Llega un momento en el que la persona es consciente de su vulnerabilidad. Tarde o temprano se da cuenta de que está a punto de perder el control de su vida. La angustia derivada del miedo a un nuevo ataque en un lugar insospechado y en circunstancias insospechadas la empuja a dar el primer paso para intervenir.

Sin embargo, no siempre se hace de la manera correcta. hay esos se dedica al yoga quienes piensan que las técnicas de relajación y meditación pueden ayudarles a limitar estas situaciones. Sin embargo, no siempre obtiene resultados. Y no los consigue porque la ansiedad es un enemigo complicado y tímido que pasa mucho tiempo en la vida del paciente. Por eso se necesitan estrategias más específicas y bien planificadas que sólo un especialista puede ofrecer.

La terapia psicológica es el único medio que nos ayuda a limitar los ataques de pánico y la realidad emocional que se esconde detrás de tales manifestaciones. Poco a poco y con compromiso por nuestra parte, recuperaremos el control para hacer espacio a una vida más plena y satisfactoria.

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