Terapia basada en la compasión: 3 ejercicios

Tiempo De Lectura ~7 Mínimo

Los ejercicios de terapia de compasión pueden enriquecer cualquier relación entre seres humanos. Entre los propósitos de esta terapia está ciertamente el de promover el bienestar y el equilibrio interior para que puedan actuar como impulso vital como una fabulosa onda de energía capaz de aliviar el dolor, dar consuelo y aumentar la conciencia. .

Quizás no todo el mundo esté familiarizado con este enfoque que a primera vista parece reunir una serie de principios más filosóficos que científicos. Sin embargo, para comprender su trascendencia es necesario profundizar en el tema y contextualizarlo. Terapia basada en compasión forma parte de un campo hoy conocido como terapias de tercera generación.

El propósito de estas terapias es verdaderamente útil y práctico: en lugar de centrarse exclusivamente en la sintomatología de las enfermedades o trastornos, la atención va más allá para analizar otros aspectos más profundos que definen al ser humano. Dimensiones como el mundo emocional, los sentimientos o cualquier otra circunstancia personal o existencial en la que se encuentre la persona en cuestión cobran un valor fundamental en este tipo de terapia.

Cabe destacar que fue Paul Gilbert quien formuló la terapia centrada en la compasión tras realizar una síntesis de las teorías del apego de J. Bowlby, el pensamiento budista, la psicología evolutiva del cerebro humano y la teoría de la mente. Los principios tienen una base concreta: recordando el valor y el poder de la compasión humana, una capacidad de crecimiento personal y un recurso con el que mejorar las relaciones interpersonales .

Te recomendamos leer también: Mamá, enséñame a vivir y amar.

3 ejercicios de terapia basada en la compasión

El concepto de compasión va mucho más allá del ámbito filosófico o religioso. A veces no logramos captar la verdadera trascendencia presente en muchas de nuestras palabras cotidianas. El término compasión representa sobre todo una cualidad vital para ayudarse a uno mismo y construir una realidad social más respetuosa y más humana.

Para dar forma a este profundo enfoque, el psicólogo Paul Gilbert ha propuesto una serie de técnicas diversificadas que van desde estrategias puramente conductuales, pasando por cognitivas, narrativas, hasta la terapia Gestalt o Consciencia . Todas estas son estrategias interesantes y útiles y por ello vale la pena aprender algunos ejercicios de terapia basada en la compasión.

1. Crea un lugar seguro

Esta terapia nos enseña que es necesario partir de nosotros mismos para trabajar la compasión. Una persona no puede sentir compasión por los demás si primero no la desarrolla dentro de sí mismo.

No sólo es necesario aprender a querernos a nosotros mismos también debemos querernos bien. Esto significa dar forma a diferentes valores psicológicos desarrollar fortalezas adecuadas comprender necesidades y miedos para aliviar el sufrimiento personal y calmar pensamientos intrusivos .

  • Para ello puedes comenzar con una técnica de visualización para crear un lugar seguro. Debes crear un espacio mental donde refugiarte para encontrar la calma para cuidarte y tomar tus decisiones con más libertad.
    Puedes imaginar una casa con paredes de cristal. Estás rodeado de un mar en calma y una luz serena que lo ilumina todo.. La armonía y la paz se perciben en cada rincón de la casa, un lugar acogedor donde sentirse seguro.
  • Debes llegar a este espacio, este refugio mental media hora al día o cuando lo necesites. Puedes hablar contigo mismo con cariño y sinceridad, dejando de lado los ruidos y los miedos.

Lea también: Haz equipo con tu cuerpo para superar los miedos

2. Trabaja en tu yo compasivo

El desarrollo de un ego compasivo es uno de los ejercicios más importantes de la terapia basada en la compasión. Necesitamos trabajar en algunos aspectos clave:

  • Debes ser consciente de tus emociones, de tus necesidades y de tus sufrimientos.
  • El generosidad no se practica sólo con otros; También es importante ser amable contigo mismo. Esto significa, por ejemplo, desarrollar un diálogo interno positivo y no tener miedo de reconocer las propias heridas, defectos o necesidades más profundas.
  • Debemos entender que cierto grado de sufrimiento en determinados momentos es normal por lo que no hay razón para negar este dolor u ocultarlo o descuidarlo no prestándole atención.
  • El ego compasivo a menudo tiene que enfrentarse al ego ansioso, al ego obsesivo o al ego negativo. Sin duda es un emprendimiento minucioso que nos obliga a enfrentar ese enemigo interno que ofrece resistencia, levanta barreras y recurre a subterfugios psicológicos que nos impiden sanar las heridas de ayer o de hoy. .

3. Dinamizar el flujo de la compasión

Dinamizar el flujo de la compasión es otra habilidad muy importante en la terapia centrada en la compasión. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente significa llevar a los demás la compasión que hemos aprendido a practicar con nosotros mismos.

Hay varias formas de hacer este ejercicio. lo importante es partir del deseo más sincero de dar bienestar a los demás, de abrazar al otro a través de la bondad y la bondad. gratitud pensar en los demás de forma positiva y por qué no también llena de esperanza.

Este flujo se puede crear a través de tres verbalizaciones muy simples:

  • Quiero que estés bien.
  • Quiero que seas feliz.
  • Quiero que no sufras.

En conclusión, esta terapia no es más que un conjunto de iniciativas que se basan principalmente en la buena voluntad. Se parte de una realidad científica innegable: la compasión cura la compasión genera cambios en nosotros mismos y en los demás . Es un soplo de vida capaz de apagar miedos y ansiedades, mejorar cualquier proceso terapéutico, proporcionar alivio en el tratamiento de cualquier enfermedad…

Pongamos en práctica este consejo y hagamos un mejor uso personal y social de la compasión.

Entradas Populares