
Somos lo que pensamos pero las personas de las que nos rodeamos también nos definen. Ningún contexto es neutral y pocas situaciones son ajenas a la influencia que otros pueden tener sobre nosotros en función de lo que dicen, hacen o dejan de hacer. Así que aunque nos gustaría que la influencia fuera completamente positiva e inspiradora, lo cierto es que a veces sentimos todo lo contrario.
En la literatura sobre crecimiento personal y en el mundo de las frases positivas que invaden nuestros perfiles sociales no falta el clásico mensaje: intenta rodearte siempre de personas que te enriquezcan y que solo saquen lo mejor de nosotros. Sin embargo, seamos realistas, no siempre es posible por razones muy específicas.
Somos lo que pensamos y somos producto de nuestras relaciones sociales.
Todos somos en parte resultado de quienes nos dieron la vida y nos educaron. ; somos producto de nosotros mismos interacciones con personas que conocimos en la escuela, la universidad, el lugar de trabajo o en otros contextos sociales. No siempre nos es posible elegir estas cifras; en la mayoría de los casos nos los dan y por eso a veces nos vemos obligados a convivir con aquellos que no nos agradan en absoluto.
En este sentido y aunque al final la experiencia nos ha enseñado a relacionarnos con quienes no nos hacen sentir a gusto o con quienes nos provocan angustia más que felicidad, el resultado de esas interacciones y experiencias también determina quiénes somos. Entonces Quiénes somos hoy es el complejo pero hermoso conjunto de vínculos con cada una de las personas que han sido –y son– parte de nuestro viaje existencial.
Aprende a ser quien eres y renuncia voluntariamente a todo lo que no eres.
-Henry Friedrich Amiel-
Las personas de las que nos rodeamos también definen quiénes somos
Jim Rohn emprendedor y reconocido autor de libros sobre motivación, felicidad y liderazgo Afirma que cada uno de nosotros es la suma de las 5 personas con las que pasamos más tiempo. Hay un matiz sutil pero evidente y es que esas figuras con las que compartimos mayor número de horas del día son nuestra pareja, nuestra familia y nuestros amigos.
A veces y Debido a nuestra jornada laboral pasamos más tiempo fuera de casa. Esto significa, por ejemplo, que la influencia de los compañeros de trabajo de los jefes y otras figuras de la empresa lo define en gran medida. nuestro estado de ánimo . Además, hay otro detalle que tiene un gran impacto en nuestro bienestar.
Somos lo que pensamos con las personas que más queremos
Dividir nuestro tiempo entre múltiples contextos sociales no siempre se refleja en nuestro bienestar. A veces nuestros días son una compleja sucesión de movimientos donde vamos de casa al trabajo, del gimnasio a cursos varios, del supermercado a visitas familiares, a tiempo compartido con personas que nos gustan o no... Todo esto nos lleva muchas veces a acumular una gran carga de estrés de lo que no siempre somos conscientes.
Así es estudio realizado por la Facultad de Ciencias Políticas y la Universidad de Singapur Percibimos mayor felicidad cuando compartimos nuestro tiempo con menos personas siempre que sean importantes para nosotros y nos enriquezcan.

Las personas de las que nos rodeamos nos influyen
Esto es un hecho. Las personas que nos rodean nos definen de alguna manera porque son parte del contexto al que debemos adaptarnos. Esto suele ocurrir a nivel familiar. Cada uno de nosotros termina encajando piezas individuales en la máquina que construyeron nuestros padres.
Los deberes nos definen, los consejos que se dan o no, las palabras, los silencios, lo que vemos y también las expectativas que surgen en nosotros. Por otro lado esto también puede pasar a nivel de pareja donde terminamos interiorizando muchas características de la otra persona casi sin darnos cuenta y viceversa.

Nosotros somos los que tenemos el control: elegimos bien a nuestros compañeros en este viaje que es la vida
Séneca decía que la vida es una obra de teatro y que por eso no importa cuánto dure sino la forma en que se represente. Se añade otro sabio mensaje: en este contexto no siempre estamos solos. Hay más actores en la representación de la vida y depende de nosotros si actuar como protagonistas o simples figurantes.
Las personas de las que nos rodeamos determinan quiénes somos, lo sabemos. no puedes elegir tu propia familia pero podrás decidir en el momento adecuado con quién mantener contacto y con quién no. Ni siquiera podemos apagar -como si de un videojuego se tratara- esos incómodos compañeros de trabajo, compañeros de clase, vecinos o conocidos que muchas veces no nos caen bien.
Somos lo que creemos que somos las personas de las que nos rodeamos
Aunque no se puede evitar a estas personas, lo que sí podemos hacer es aprender a gestionarlas estableciendo límites abriendo paraguas emocionales y evitando que sus actitudes ejerzan cierto poder sobre nosotros. Por otro lado y aquí viene el punto más importante, cada uno de nosotros tenemos un margen de libertad para decidir a quién dejar entrar y a quién dejar salir de nuestra vida.
Rodearse de buena gente no es un arte, es una necesidad. Tener a nuestro lado figuras inspiradoras que nos permitan sacar lo mejor de nosotros no es un regalo sino un privilegio. Estamos hechos de lo que pensamos. Tengamos esto en cuenta todos los días.