Acepta el dolor para sentirte mejor.

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Todo lo que sentimos (estrés, ansiedad y depresión) tiene una causa. Por eso es importante validar todas las emociones para aprender a gestionarlas.

A veces, cuando sentimos dolor, no hacer nada es lo más difícil que alguien nos puede pedir. Estamos convencidos de que de nada sirve aceptar el dolor si no hay intención de encontrar una solución. Por otro lado, nos comportamos como si el dolor, en lugar de ser escuchado, reconocido y aceptado, debiera ocultarse o dejarse de lado porque las emociones dolorosas y dañinas son inaceptables.

Olvidamos considerar que dentro de nosotros existen emociones reservadas cuya presencia apenas hace ruido pero que están llenas de información; escucharlos nos permite reconocerlos y aprender a conocernos mejor a nosotros mismos. recuerda que no hay emociones buenas o malas de hecho cada uno de ellos es necesario para aprender a aceptar nuestro mundo y mostrarnos tal como somos.

Aprender a aceptar el dolor significa acogerlo sin juzgar y, en última instancia, vivir el presente. Todo esto no es nada fácil y al respecto en este artículo. Te enseñaremos a aceptar el dolor y usarlo. consciencia como herramienta para vivir el presente.

Las circunstancias que nos vemos obligados a vivir, por duras que sean, tienen el único objetivo de poner a prueba nuestra capacidad para afrontarlas.

Escuchar y aceptar el dolor es parte de nosotros

Escucha y aceptar El dolor y las emociones en general no significan resignarse a la realidad. Renunciar o rendirse significa dejarse vencer por la idea de que no se puede de ninguna manera oponerse a lo que sucede. Escuchar y aceptar lo que sentimos en cambio nos ayuda a comprender lo que está sucediendo, comprenderlo y asimilarlo como si fuera una más de las muchas partes de nuestro universo emocional.

Hacer esto nos hará conscientes del poder del que disponen nuestros pensamientos, nuestras emociones y la nuestra propia. idioma interno. Recuerda que todo eso . Este daño puede multiplicarse cuando nos obligamos a no escuchar el dolor que sentimos.

Te sorprenderá descubrir lo bueno que es escuchar el dolor. En la fase terapéutica, cuando se pide a los pacientes que escuchen sus emociones, a menudo se logran resultados importantes. Por ejemplo, una vez un paciente dejó de intentar evitar ataques de ansiedad cuando los sentía venir y al hacerlo se dio cuenta de cómo eso ansiedad fruto del dolor originado por la muerte de su hijo. Una vez identificada la causa, las crisis fueron disminuyendo de intensidad hasta desaparecer por completo.

La sabiduría escondida detrás de las emociones aparecerá en el momento en que las escuches.

El mismo concepto que aplicamos a la ansiedad nos sirve para otras emociones negativas como la tristeza o el enfado. Dejarlos a tu lado es difícil pero es el primer paso para que hablen y te permitan escuchar su mensaje. Precisamente por eso te damos una idea sencilla: deja que tus emociones dolorosas se queden contigo, escucha su mensaje sin intentar borrarlo prematuramente y si te sientes desestabilizado por ellas busca la ayuda de un profesional.

Mindfulness como herramienta para aceptar el dolor

Una de las formas más sencillas de empezar a escuchar y aceptar nuestro sufrimiento es la que dicta la atención plena. Ten en cuenta que escuchar nuestras emociones es más fácil si observamos nuestra mente. Darnos cuenta de lo que pensamos en cada momento nos permite captar detalles de nuestra vida emocional que de otro modo ignoraríamos.

Éste es el poder de la observación: sólo podemos reparar los desgarros de nuestras experiencias cuando las observamos atentamente utilizando nuestras habilidades de escucha. Además, para obtener el máximo beneficio de esta observación debemos ponerla en práctica sin desanimarnos por las experiencias que tenemos ante nosotros. Para ello puedes seguir las siguientes técnicas:

    El respiración como punto de partida y encuentro:La respiración es una de las formas más sencillas de actualizar el momento vivido. Centrarse en ello es fundamental para empezar a practicar la atención plena. Cuando pierdes la concentración y vuelves a tener pensamientos dolorosos, practicar la respiración correcta te devolverá al momento presente.
    Todo empeora antes de mejorar.: cuando empezamos a escuchar lo que sentimos y lo que nos sucede, el dolor suele aumentar. Pero recuerda que este empeoramiento no dura mucho y si lo haces todo correctamente tardarás poco en volver a sentirte mejor.
    Escanea tu cuerpo para conocerlo realmente:nuestro cuerpo almacena una gran multitud de información. Ser consciente de tus sensaciones y tensiones nos permitirá conocernos mejor liberándonos de tus emociones.
    Sea amable consigo mismo y con su experiencia:Muchas veces somos nuestros peores jueces. Al juzgar nuestras experiencias negativas las condenamos y así multiplicamos nuestros sentimientos negativos. Lo que sucede no es ni positivo ni negativo, simplemente sucede sin que lo queramos y no hay forma de evitarlo. Acepta este juicio y considéralo parte de la experiencia porque darle un significado negativo no te ayudará.

Ahora lo tienes disponible una serie de armas para no evadir los pensamientos, sensaciones y emociones que te perturban. Ahora puedes vivir sin alimentar el dolor intentando evitarlo. Hay que aceptar el dolor y aprender de él porque dará las pistas necesarias para superarlo.

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