
Desde que me fui ya no me importa si me buscas o si me extrañas. Antes de cerrar esa puerta dejé atrás una historia de dedicación no correspondida. Una empresa nunca valorada. Un juego de máscaras que dejó de ser divertido cuando tuve que parecer feliz mientras por dentro iba recogiendo fragmentos.
Piezas que se liberaron del yeso de tu máscara que intenté eliminar sin destruir porque creía que algo se adhería a tu ego. Cada vez que lo intentaba me ensuciaba más y más. Me llené de quimeras generadas por promesas que se hacían sin prestar atención a lo que me importaban.
Sé que me extrañas pero me fui porque era demasiado.
Cerré las puertas para no hacerte daño. Lo hice porque a veces hay que pensar. y dejar de ser atrezzo en una obra cuyo argumento nunca se entiende. Cerré la puerta para no ser solo esto y ahora no importa si me extrañas.
Falsas esperanzas y rupturas
Hay ilusiones y esperanzas escondidas tras cada golpe asestado. autoestima y nuestro amor propio. Damos el 100% y aun así estamos dispuestos a pagar el coste fijo de las dudas e indecisiones del socio.
Nos sentimos victoriosos cuando el ex reconoce que nos necesita. No nos damos cuenta de que la victoria personal no se basa en el reconocimiento o el arrepentimiento. La gran victoria consiste en cerrar las puertas para siempre cuando lo has dado todo y no has recibido nada.
El mayor éxito consiste en evitar volver a una historia en la que las oportunidades de cambio eran infinitas y nuestra energía residía sólo en esperar un cambio por parte del otro. Cerrar una puerta para siempre no es para gente fría. Significa ser cálido contigo mismo.

Confiamos nuestra tranquilidad emocional al otro como si nuestro criterio personal no fuera suficiente para darnos cuenta de que nos hemos desgastado por dentro y un perdón que llegó tarde no cambia nada. Un regreso de Te extraño que no ofrece ningún tipo de cambio nos expone una vez más a la ruleta rusa de una relación llena de lagunas.
Amar nunca significa perder la dignidad.
El amor no nos hace dignos pero nos trae serenidad y Un motor de plumas escondido en pequeños gestos y hábitos que nos salvan del ritmo frenético de los días. Un colchón sobre el que deseamos una intimidad única en contacto con nuestra piel, explotando nuestros sentidos y despertando nuestra conexión con el mundo.
El amor no es esperar lapsos de tiempo para suplir la angustia.

No debe confundirse el ansiado amor libre en el que cada uno conserve su independencia con la explotación o el aislamiento emocional de uno de los dos miembros. Eso no es amor libre sino más bien una libertad explícita para utilizar el amor que otros nos ofrecen para nuestra conveniencia.
Cuando cierras una puerta, piensa por qué lo hiciste. pasado Sería mejor que te trajera hasta aquí. Olvídate de las reconciliaciones literarias para seguir escribiendo una historia que no te lleva a ninguna parte. Un día ya no extrañarás a alguien para quien alguna vez fuiste demasiado. Si te extraña es su problema porque ya había tenido tiempo de resolver la situación. Ahora ha llegado tu momento y eres lo más importante de tu vida.
 
             
             
             
             
             
             
             
             
						   
						   
						   
						   
						   
						   
						  