Las relaciones no se posponen y mucho menos los sentimientos. Por este motivo, si alguien intenta moldear nuestra voluntad no debemos permitirlo. No es sano suplicar amor; Como todos sabemos, el afecto y el aprecio no tienen valor si hay que pedirlos o esperarlos. Si alguien le pone puntos de suspensión, puede optar por eliminar los difíciles y dejar un punto final.
¿Por qué? Como el amor es inmediato, no se puede posponer. Si nos entregamos a la idea de que el egoísmo ajeno se convierte en gratitud y cariño, sólo perdemos el tiempo.
Cuando amamos amamos todos los días no uno si y otro no. Sin embargo, muchas veces hipotecamos nuestro bienestar emocional en un destino de desgracia que nos deja esperando donde otros han escrito puntos de suspensión.
Es muy diferente cuando uno o ambos miembros de una pareja necesitan tomarse un tiempo para gestionar sus prioridades y aclarar sentimientos nuevos o nublados tras un conflicto específico.
Elige ser la prioridad elige ser feliz
Ser tu propia prioridad es una cuestión de elección. Cuando nuestro mundo interior se convierte en una batalla entre nuestros propios deseos y las expectativas de los demás, caemos en un profundo pozo emocional.
Merecemos cuidarnos, escucharnos y ser protagonistas de nuestra película una película en la que hay un trasfondo que debe estar siempre presente: el amor propio. Tiene como base la consideración de uno mismo independiente de los sentimientos de los demás.
Si queremos decir que no, tenemos todo el derecho a hacerlo. Si queremos decir basta. Si no queremos negociar los términos de una relación porque vemos nuestros deseos igualmente comprometidos.
Debemos protegernos de nosotros mismos y no engañarnos con falsas promesas escritas en puntos de suspensión. Cuando los deseos de una persona entran en juego no todo vale la pena. Por esta razón debemos dejar de lado esta falsa idea de que todo vale en el amor y en la guerra. Sentirse bien no es una elección de otra persona sino personal.
La mayor aventura que podemos vivir es amarnos a nosotros mismos.
Decidir y elegir para nosotros es la elección que mayores garantías de felicidad nos ofrece. Por este motivo el proceso se divide en distintos puntos que debemos tener siempre presente. Veamos algunos puntos clave...
Rodearnos de personas que
Las personas que nos aportan una luz que nos estremece y nos toma en consideración merecen el esfuerzo y la alegría. Dejar de lado las relaciones que aumentan nuestro sufrimiento es un principio de salud emocional que todos debemos tener claro.
Personas auténticas son sinónimo de relaciones auténticas
Tendemos a copiar y pegar nuestras relaciones. Solemos conformarnos con relaciones monótonas por miedo a la incertidumbre y al vacío emocional. Las personas no siempre coinciden con quiénes son o con lo que quieren. Perder este miedo y decir adiós a su influencia nos ayuda a liberar nuestros derechos para buscar relaciones significativas.
Cultivar nuestras fortalezas nos ayuda a cuidar nuestro yo interior
Para ser felices debemos emprender un viaje interno a través del cual trabajemos nuestras características fundamentales. Si alguien o algo nos controla y no nos ofrece un apoyo que promueva el crecimiento, hipotecamos nuestros puntos fuertes y cavamos una fosa profunda para debilitarnos a través de nuestras necesidades.
Si equilibramos estos puntos los cambios se acercarán a nosotros de una forma más natural y saludable. Por eso es mejor hacer uso de nuestro amor propio en cada momento y de inmediato, no sólo cuando nos conviene o nos vemos presos. Abrir los ojos y afirmarnos es fundamental para triunfar.
