
Por su incidencia y por el castigo que inflige a la población es necesario conocer la química de la ansiedad y descubrir cómo se activa para poder desarrollar un plan de intervención adecuado. Tanto para nosotros como para las personas que nos rodean, conocer el mecanismo de la ansiedad puede ayudar a prevenir pensamientos catastróficos, reducir la respuesta conductual resultante o gestionar las emociones que surgen y se derivan de ella.
Por ello, a continuación te hablamos de la química de la ansiedad o cómo funciona esta emoción. Recorreremos brevemente el largo camino que va desde el estímulo peligroso hasta el consiguiente aumento de linfocitos.

¿Es mala la ansiedad?
Muchos expertos consideran que estrés y ansiedad son sinónimos, aunque esta última es la más afectada por los prejuicios actuales sobre la salud mental. Están profundamente asociados con la respuesta de alerta, ya que La ansiedad no debe analizarse en términos de buena o mala suerte sino a la luz de su potencial funcionalidad.
Cuando las personas están ansiosas o asustadas y se preparan para atacar o huir, en muchos casos es la activación la que actúa como estímulo.
Este mecanismo ha estado con nosotros desde los albores de nuestra especie, hasta el punto de que ha apoyado nuestra supervivencia. Sin él no podríamos reaccionar rápidamente, tomar decisiones ni contar con los beneficios. esa ansiedad nos depara modificando nuestro cuerpo de tal manera que nos permita, por ejemplo, ver mejor los contornos de los objetos.
El problema surge cuando un individuo reacciona con una respuesta de alerta o ansiedad ante estímulos que no constituyen una amenaza. En este caso el sujeto prepara su cuerpo para escapar o luchar aunque no sea necesario. Este es precisamente el origen de las extrañas sensaciones que a veces sentimos cuando el nerviosismo nos invade.
La química de la ansiedad: qué le pasa a nuestro cuerpo
La orientación del estímulo: correr o luchar.
Una vez que se ha identificado un estímulo amenazador, el individuo tiende a tener una respuesta adecuada que le permite observar y calcular. Adopte una reacción en cuestión de segundos, ya sea huir o luchar.
Aunque hoy en día no nos persiguen leones, esta reacción es igualmente aplicable a cualquier estímulo percibido como una amenaza. Podría ser un simple comentario o un ruido de origen desconocido. El único criterio que debe cumplirse es que el sujeto lo perciba como amenazante.
Sistema nervioso simpático: el efecto dominó en la química de la ansiedad
A partir de la orientación hacia el estímulo, la química del cuerpo comienza a cambiar, dando lugar a la química de la ansiedad. Dentro del sistema nervioso simpático, la activación del eje hipotalámico-pituitario anterior se produce con la consecuente secreción de ACTO hormona adenocorticotrópica.
La producción de esta hormona en el cuerpo. está regulado por el hipotálamo Región que interviene en la regulación de la nutrición. en la ingestión de líquidos en el apareamiento y la agresión. Por este motivo, es lógico que se haga cargo de los mecanismos neurohormonales de respuesta a una alarma, estimulando en particular la glándula pituitaria para extraer ACTH. Esta hormona estimula las glándulas suprarrenales que suministran glucocorticoides a la sangre.
Glucocorticoides: resistencia a situaciones estresantes.
Los glucocorticoides son necesarios para que el sujeto pueda resistir situaciones estresantes. Estas situaciones pueden ser de diversa índole: desde una lesión física como romperse una pierna o caer de un árbol hasta situaciones que provocan ansiedad, miedo, ayuno…
Estimulan la síntesis de adrenalina y péptidos opioides endógenos. Estos últimos intervienen en la homeostasis (mantenimiento del equilibrio del organismo) en la regulación del dolor, el control cardiovascular o el estrés.
La secreción de adrenalina y otras hormonas. Da lugar a un bloqueo de funciones corporales que puede ser una carga en ese momento de ansiedad. estrés o escapar; La digestión es un ejemplo de esto. dado que requiere un alto consumo energético. Por este motivo, si tras un ataque de ansiedad se experimenta dolor de estómago o pérdida de apetito, es recomendable tener paciencia y dejar que el cuerpo vuelva a gestionar sus funciones con normalidad.

El secreto para aliviar la ansiedad
A la luz de lo anterior, si la química de la ansiedad es útil para el propósito que acabamos de describir, también lo es la química de la relajación y los mecanismos que lo activan. El principal objetivo de las técnicas de relajación en realidad está asociado al sistema nervioso parasimpático.
Mientras que el área simpática inicia el mecanismo descrito anteriormente, la parte parasimpática reduce el tono muscular y ralentiza la respiración . También aumenta la vasodilatación arterial al aumentar el flujo periférico. También se reducen la frecuencia respiratoria, la secreción de adrenalina y noradrenalina por las glándulas suprarrenales, así como el metabolismo basal.
La química de la ansiedad: paliar los efectos
La clave para calmar la ansiedad reside en un hecho: los sistemas simpático y parasimpático no pueden estar activos al mismo tiempo. Por ello, el objetivo es desactivar el sistema simpático para activar el parasimpático mediante técnicas de relajación y respiración.
La ansiedad tiene una base biológica y fisiológica clara. El cuerpo ayuda en esto y se prepara para lo que pueda suceder. Por otro lado hemos aprendido que la química de la ansiedad se basa en lo que el individuo cree que es peligroso oh meno.
La ansiedad no es en sí misma negativa, al contrario; o al menos los mecanismos fisiológicos que permiten esta reacción no lo son. Puede ser un problema cuando todos los estímulos que son peligrosos o no provocan la respuesta de huida o lucha.
El cuerpo se prepara para algo que no sucederá: es como si apretáramos el acelerador sin permitir que el coche vaya rápido. Un desperdicio sin sentido.