
Cada día, en escuelas y universidades, miles de estudiantes se ven obligados a realizar un examen. . Un trabajo de clase, una pregunta, pero también un examen de recuperación o una prueba de acceso a una determinada facultad son pruebas que provocan estrés y ansiedad. Especialmente si hay mucho en juego: cómo evitar el fracaso o perseguir su futuro.
Realizar un examen es en muchos casos una experiencia estresante. Después de días, semanas o meses de estudio y revisión, todo el esfuerzo se concentra en unos momentos. Con riesgo de sufrir ataques de ansiedad, miedo a posibles fallos de memoria u otras situaciones inesperadas.
Hay exámenes que pueden durar unos minutos o un día entero. Considere que si la carga de estrés es excesivamente alta, además del cansancio físico, incluso el equilibrio hormonal .
Hacer un examen: el momento de demostrar lo aprendido
Tan pronto como se anuncia la fecha del examen, los estudiantes comienzan a experimentar diferentes niveles de estrés. Es en este momento cuando el cuerpo se prepara para la acción: el sistema nervioso simpático interviene para reaccionar ante este duro desafío.
Sin embargo, dado que los exámenes pueden durar más de lo que el sistema simpático puede resistir, el sistema parasimpático también entra en juego. Este último, como ustedes sabrán, actúa para restablecer la niveles hormonales iniciales.

Entonces comienza una especie de competencia entre los dos sistemas que continuará hasta el final del examen. Durante todo este periodo el cuerpo experimentará muchos altibajos que impactarán negativamente en la salud del estudiante con altas dosis de adrenalina y cortisol prolongadas en el tiempo.
La reacción del cuerpo al estrés está diseñada para hacer frente a cualquier amenaza a corto plazo. Si persiste durante demasiado tiempo puede tener efectos contraproducentes.
Esta inmunosupresión puede hacerte más propenso a enfermedades. y a una respuesta antiviral o antibacteriana menos eficaz. De hecho, es habitual que muchos estudiantes enfermen durante o después de la convocatoria de exámenes.
Estrategias psicológicas para realizar un examen
Prepararse psicológicamente para afrontar un examen no es tarea fácil pero sí necesaria . Como hemos visto, la salud de los estudiantes puede verse seriamente afectada a nivel físico. Sin embargo, el componente psicológico también es fundamental.
los estudiantes se reúnen bloques de memoria que se deben en gran medida a la sensación de no estar lo suficientemente preparado. Incluso la forma en la que se estudia o el tiempo dedicado al examen evidentemente influye y pesa sobre los niños.
El estudio consta de varias fases.
Como regla general, el estudio real no comienza desde el primer día, sino que es el resultado de una planificación más distribuida. . Comienza por tomar contacto con la información, primer paso imprescindible para asimilar y codificar en la memoria los objetivos a alcanzar construyendo un plan que te permitirá completar la preparación a tiempo. En muchos casos este primer contacto es simplemente un preámbulo de lo que luego será el verdadero trabajo de estudio y memorización.
Para realizar un examen es importante aprovechar este primer contacto para entender cómo enmarcar y dividir la información, facilitando su asimilación posterior. Esto ayudará al alumno a evitar estrés innecesario: la sensación de no tener suficiente tiempo no será tan dramática y permitirá una planificación más cuidadosa.
El apoyo es fundamental para realizar un examen.
Resuelve algunas dudas conociendo al profesor o estudiando junto con compañeros de clase o de curso ayuda a que el estudio sea más eficiente. Por supuesto, esta eventualidad dependerá del tipo de examen pero la comparación puede generar una mayor confianza en uno mismo y en las propias capacidades.
Al estudiante le va bien cuando busca apoyo en otras personas o intercambia ideas ya que explicar las dudas le ayudará a comprender mejor los temas a estudiar.
Lo importante es hacerlo siempre adoptando Una actitud positiva y no crítica que podría alimentar miedos innecesarios. y acentuar aún más la ansiedad por el desempeño . En realidad, todo esto podría ser muy perjudicial.

La simulación del examen.
Los exámenes muchas veces se presentan siguiendo protocolos o mecanismos que se deben conocer de antemano . Saber de antemano el número de ejercicios o la duración del examen ayudará a tener una imagen mental de la prueba.
Por tanto, el consejo es recrear al máximo las condiciones del examen para que esta simulación pueda ayudar al alumno a afrontar la prueba real.
aprende a relajarte
Hemos visto eso La acumulación de estrés puede jugar una mala broma a quienes tienen que realizar un examen. . Dado que los niveles de ansiedad aumentan progresivamente hasta el día de la prueba, conviene acostumbrarse a realizar algunas sencillas. ejercicios de relajación .
Serán imprescindibles para dar lo mejor de ti durante la prueba, evitando el miedo al vacío mental. Estos ejercicios consisten en aumentar el área pulmonar respirando lenta y profundamente. Esto le permitirá evitar posibles taquicardias muy frecuentes durante un examen.
Si se tienen en cuenta los puntos vistos en este artículo, realizar un examen se convertirá en una experiencia más que llevadera. Esto no significa subestimar o ignorar el estrés: recuerda siempre que es una respuesta del cuerpo. lo que le permite reaccionar rápidamente ante eventos inesperados.
Y esta imagen te sirve el día del examen pero debes analizar tus niveles de nerviosismo para valorar si son normales o excesivos.