
Las enfermedades mentales son una de las mayores epidemias del siglo XXI. Muchas estadísticas alertan del preocupante aumento de la administración de fármacos ansiolíticos y antidepresivos. Sin embargo, estos datos son especialmente evidentes en relación con la población menor. La prescripción de psicofármacos a niños y adolescentes ha aumentado de forma alarmante según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 2005 y 2012.
Según la OMS, se estima que alrededor del 20% de los niños y adolescentes padecen trastornos o problemas mentales mientras que alrededor de la mitad de ellos aparecen antes de los 14 años. Aunque muchas de las patologías no son tratadas (o detectadas) no es raro recurrir a la administración de Medicamentos psicotrópicos para niños y adolescentes. . Tenga en cuenta que los trastornos psiquiátricos son una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre los jóvenes.
Los trastornos mentales son un problema frecuente entre los jóvenes
Varios estudios afirman que yo trastornos mentales Tienen un factor de predisposición genética pero también un factor ambiental importante. Diversos elementos de riesgo aumentan la prevalencia de estas enfermedades, especialmente durante la infancia y la adolescencia. Por ejemplo: trastornos familiares como separación de los padres o abandono, abuso físico y sexual, consumo de sustancias nocivas, estrés. …
Estos son dos períodos críticos en el desarrollo de una persona. Por un lado, la infancia construye nuestra personalidad y determina la vida adulta. Por otro lado, la adolescencia es un momento crucial en el que se inician muchos cambios a todos los niveles. En primer lugar a nivel físico; luego emocional y finalmente a nivel social .
Está claro que actuar en materia de prevención y promoción de la salud mental debe ser una prioridad . Pero también debemos tener en cuenta los entornos más adecuados para poner en práctica esta acción. Primero, la familia fundamental; así como la escuela y la sociedad en general contextos igualmente importantes.

Medicamentos psicotrópicos para niños y adolescentes.
El tratamiento farmacológico de los trastornos psicológicos en niños es bastante reciente . La psicoterapia se utilizó durante mucho tiempo porque estos problemas casi siempre estaban asociados a una causa ambiental. Por otro lado, no hubo suficientes estudios sobre la eficacia y seguridad de este tipo de fármacos inicialmente destinados únicamente a un público adulto.
La situación ha cambiado en los últimos años y muchas líneas de investigación están abiertas en este campo. Aun así, los psicofármacos se siguen utilizando con demasiada frecuencia en niños, incluso fuera de las indicaciones del folleto informativo. En parte por el empuje de los familiares que, por la necesidad del caso, optan en ocasiones por su uso compasivo.
El tratamiento con psicofármacos en niños y adolescentes siempre debe ir acompañado de intervenciones psicosociales y nunca debe ser excluyente.
Hay que tener en cuenta que durante el desarrollo del niño e incluso en la adolescencia i procesos farmacocinéticos en el cuerpo no son iguales que los adultos. Los sistemas de neurotransmisión tampoco son tan importantes en los mecanismos de acción de los psicofármacos. Por este motivo es peligroso extrapolar el uso de psicofármacos a niños y adolescentes que han incluido pruebas y experimentos únicamente con adultos.
Los psicofármacos autorizados más utilizados en niños y adolescentes son:
- A. Tricíclicos: imipramina amitriptilina clomipramina (también autorizados para el tratamiento de la enuresis).
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS): fluoxetina.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de norepinefrina (ISRN): atomoxetina para el tratamiento de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
- Aloperidol pimozida clorpromazina periciazina trifluoperazina tioridazina.
- Risperidona para el tratamiento de problemas de conducta asociados con el autismo.
- Clorazepato dipotásico de diazepam clobazam para el tratamiento de los trastornos de ansiedad y los trastornos del sueño
- Metilfenidato para el tratamiento del TDAH.

Pros y contras de los psicofármacos para niños y adolescentes.
En 2004, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recomendó no administrar antidepresivos del grupo de los ISRS a niños y adolescentes porque no ha sido demostrada su eficacia y aumentan el riesgo de comportamiento suicida . Ninguno de los ISRS ha sido aprobado para su uso en la depresión en jóvenes.
En 2016 un grupo de investigadores publicó en la revista la lanceta Un estudio muy interesante sobre la prescripción de antidepresivos a jóvenes. . Se realizó un seguimiento sistemático y un metanálisis de todos los estudios publicados sobre estos fármacos. En resumen, compararon la eficacia de 14 antidepresivos para el tratamiento del trastorno depresivo mayor en niños y adolescentes de 9 a 18 años.
El resultado fue sorprendente: sólo la fluoxetina mostró más eficacia que el placebo. El resto del antidepresivos no mostró una relación beneficio/riesgo favorable. En otros estudios, algunos de estos fármacos, como la venlafaxina, incluso se asociaron con un mayor riesgo de conducta suicida en adolescentes. Sin embargo, este elemento no ha sido confirmado en otras investigaciones.
Aunque los resultados de estos estudios nos alerten, no deben considerarse como una verdad absoluta. . Tienen sus limitaciones y es necesario seguir realizando pruebas y verificaciones. Sin embargo, esto no significa que deban suspenderse todos los tratamientos. Cada caso es único. En general, los beneficios del tratamiento con psicofármacos en niños y adolescentes son mayores que los riesgos que se corren si no se aplican.
Lo más importante es seguir siempre las indicaciones de los especialistas. Sólo los médicos tienen la formación necesaria para evaluar la relación beneficio/riesgo de los posibles tratamientos en cada paciente joven.