'No llores' no es la respuesta correcta al llanto de los bebés

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en la norma

¿Alguna vez te has parado a pensar en las consecuencias de estas sentencias? No decimos simplemente no Le estamos enseñando a reprimirse y a no expresar lo que siente y esto sin duda tendrá graves consecuencias en su desarrollo en la sociedad.

Nuestra tendencia a adoptar tal método educativo no debería sorprendernos ya que ¿Por qué no deberíamos llorar si algo nos duele? El llanto es un mecanismo natural que hay que poder utilizar.

Si queremos que nuestros hijos comprendan sus propios emociones y vivir según Tendremos que eliminar por completo ciertas frases y ciertos hábitos. Este es sin duda un método contrario al de bloquear pensamientos, emociones y conductas.

– Déjala ir Lucía – dijo la abuela quién sabe de dónde.

- ¿Gastar?

– ¡Las lágrimas! A veces parecen tantas que sentimos que nos ahogamos pero no es así.

–¿Crees que algún día dejarán de salir?

- ¡Por supuesto! – respondió la abuela con una dulce sonrisa – Las lágrimas no duran mucho, hacen su trabajo y luego continúan su camino.

– ¿Y cuál es su tarea?

– ¡Soy Lucía agua! Se lavan y aclaran… Como la lluvia. Todo se ve diferente después de la lluvia...

La lluvia sabe por qué – María Fernanda Heredia

nutritivo

ayudemos

Afortunadamente tristeza empatizando con ello y consolando a quienes tenemos delante

Años de educación basada en un modelo incorrecto nos han llevado a reprimir emociones negativas pero saludables, obligándonos a mostrar a la sociedad y a nosotros mismos sólo nuestra versión más serena.

Debemos enseñar a los niños que la tristeza tiene múltiples causas, que es una respuesta natural a lo que nos perturba y que se puede canalizar. Debemos ofrecer a los niños modelos adecuados para regular sus emociones, animándoles a reflexionar sobre el malestar que experimentan y sus causas.

Cuando les instamos a que se contengan con frases como no llores, les sugerimos que aborden el llanto y el mensaje que éste transmite a través del miedo y la negación. Sin embargo, aunque se trate de una emoción negativa y perturbadora, no significa que sea poco saludable.

Además de ayudarlos a comprender esto, tenemos la obligación de ayudarlos a salir de su capullo. Por tanto, es necesario volver al origen del llanto para comprobar cuán problemática es la situación, pero para ello se debe adoptar una regla educativa severa: no permitir caprichos .

Desde este punto de vista, cabe subrayar que en los niños, especialmente entre los 2 y los 6 años, las rabietas son frecuentes pero también importantes. Cuando educamos a un niño no podemos dejar de tener en cuenta todas las fortalezas, debilidades y necesidades de su proceso de crecimiento.

En estos casos es fácil perder los estribos pero se vuelve esencial e importante que nuestras palabras transmitan el siguiente mensaje: Sí a los sentimientos y sí al niño, no a las malas actitudes. . Atención es posible validar las emociones y sentimientos del niño adaptándose a su nivel de comprensión y facilitándole la introspección.

Sabemos que una emoción no excluye a otra ya que

Para concluir, vale la pena subrayar que Independientemente de los motivos del llanto, empuje al bebé.

Ilustraciones de Karin Taylor

Lectura recomendada: Daniel J. Siegel Tina Payne Bryson

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