Ansiedad por el coronavirus: estrategias que pueden ayudar

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El COVID-19 está cambiando radicalmente nuestro estilo de vida. Ante un escenario incierto, sentir ansiedad es normal. Sin embargo, es necesario saber gestionarlo para dar lo mejor de nosotros y superar esta situación de emergencia que afecta a toda la población.

La psicología conoce muy bien un fenómeno llamado contagio social. Se trata de situaciones en las que las emociones se extienden hasta el punto de crear un fuerte estrés, preocupaciones e incluso pánico. La ansiedad por el coronavirus está afectando a todos y es necesario contener sus efectos para gestionar correctamente la situación que estamos viviendo.

Experimentar fuertes sentimientos de pánico cambia nuestro estilo de vida. La pandemia del coronavirus ciertamente tendrá efectos en la economía, pero lo peor es que nos hace comportarnos de manera irracional. Por ejemplo, una gran parte de la población supermercados atacados y se abasteció de papel higiénico durante meses. ¿Tiene sentido este comportamiento? Aparentemente no.

Debemos ser claros. La ansiedad es parte de nosotros y como tal tiene un propósito y su importancia. Gracias a él, de hecho, advertimos y reaccionamos ante los peligros, salvaguardando nuestra supervivencia.

En contextos de incertidumbre y preocupación como el momento actual que atravesamos, es muy importante mantener la ansiedad bajo control. Esta emoción debe ser nuestra aliada y no la causa de mayores preocupaciones que nos hagan adoptar comportamientos ilógicos e irracionales.

En el escenario actual, el miedo puede ser un segundo virus tan peligroso como el COVID-19 . ¿La razón? Si nos dejamos vencer por el miedo, nuestro malestar psicológico aumentará y mostraremos lo peor de nosotros mismos. Definitivamente este no es el momento de tener miedo. Estos días tenemos que sacar lo mejor de nosotros y utilizar nuestra fuerza mental.

Ansiedad por el coronavirus: ¿qué podemos hacer?

El clásico mensaje en inglés. Mantenga la calma y continúe (Mantén la calma y continúa) debería aplicarse a todos. Esta frase apareció por primera vez en el Reino Unido en 1939 en un folleto para levantar la moral de la población. Posteriormente, como bien sabemos, se convirtió en una frase icónica. ¿Fue de alguna utilidad?

Seguramente el pueblo apreció la voluntad del gobierno inglés. Pero en realidad no es muy útil decirle a alguien que mantenga la calma. Necesitamos entrenar nuestra concentración mental.

Se trata de reducir la hiperactividad de la amígdala y nuestras emociones para activar la corteza prefrontal es decir, el área del cerebro que nos permite actuar y pensar de forma más enfocada y reflexiva.

1. Evite la intoxicación informativa

Hay que evitar la sobrecarga de información . La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que la crisis actual está provocando una enorme tensión en la población. Para reducir el impacto negativo del estrés debemos evitar exponernos las 24 horas del día a las noticias y datos que nos proporcionan continuamente.

Necesitamos estar informados pero sin obsesionarnos con las noticias. Controlar sin descanso las cifras, la tasa de contagios, los nuevos casos y las nuevas muertes no hace más que aumentar la ansiedad por el coronavirus.

2. Para afrontar los pensamientos negativos es necesario ser racional

Tener miedo es lógico. Sin embargo, este miedo debe ser racional. Por ejemplo: tengo miedo de estar infectado. ¿Qué tengo que hacer?. Informe a los trabajadores sanitarios y tome todas las precauciones necesarias. Tengo miedo de que mi padre o mi abuelo se enfermen, ¿qué puedo hacer?. Protégelos siguiendo todos los protocolos necesarios.

El miedo debe ser un mecanismo que nos estimule a tomar medidas útiles para actuar. Por lo tanto, debemos mantener bajo control, sobre todo, la pensamientos negativos que aumentan el pánico.

Si nos asaltan ideas como que todos moriremos o que no hay solución debemos intentar ser racionales. ¿Cómo? Buscar información de fuentes confiables. Por ejemplo, si nos fijamos en los datos estadísticos procedentes de China: la tasa de mortalidad es del 23%.

3. Ante la incertidumbre, intentamos mantener nuestras rutinas diarias tanto como sea posible.

La ansiedad por el coronavirus está alimentada por la incertidumbre. La verdad es que estamos ante una situación nueva que nunca antes habíamos vivido. Es un virus nuevo y aún no existe vacuna.

Además, no sabemos cuánto durarán las medidas restrictivas y el período de cuarentena. Todo ello nos lleva a vivir un estado de incertidumbre que no todo el mundo sabe gestionar.

¿Qué podemos hacer? Es mejor centrarse en el aquí y ahora. En estos casos lo ideal es establecer una rutina a respetar que nos obligue a centrarnos en el momento presente.

4. Ansiedad por el coronavirus: compartir emociones para vivir mejor

La angustia es un sentimiento muy común que debilita a quien lo siente. Este es el momento de aceptar todas nuestras emociones y compartirlas con los demás para encontrar el equilibrio.

No debemos alimentar sentimientos de miedo sino aprender a gestionarlos y crear espacios que nos ofrezcan esperanza, energía y consuelo emocional.

5. Sea realista: el riesgo no debe minimizarse ni maximizarse

Una forma de gestionar la ansiedad por el coronavirus es ser realista en todo momento. No debemos caer en mecanismos de defensa psicológica que nos lleven a minimizar el riesgo porque somos jóvenes o porque en nuestra zona la tasa de contagio es muy baja y por tanto el peligro es menor.

Pero tampoco debemos maximizar el peligro hasta el punto de sufrir insomnio y permitir que el COVID-19 sea nuestro único pensamiento.

En esencia se trata de adaptarnos a esta nueva realidad conscientes de ser responsables con nosotros mismos y con los demás. Si quedamos atrapados en el Pánico por coronavirus No somos de ayuda para nadie. Si subestimamos la situación nos ponemos a nosotros mismos y a los demás en riesgo. Debemos actuar con equilibrio y sentido común.

6. Ansiedad por el coronavirus: no tenemos control sobre lo que sucede pero podemos controlar nuestras reacciones y

Para gestionar la ansiedad por el coronavirus debemos reconocer una realidad: no tenemos control sobre el COVID-19. Sin embargo, podemos controlar nuestras reacciones y comportamientos. Debemos preguntarnos cómo queremos recordar este período cuando termine.

Sería lindo recordarnos como personas que mantuvieron la calma, que fueron responsables y que cuidaron de sí mismos y de los demás.

7. Metas diarias

Nadie podría predecir la situación actual pero hay que vivirla y afrontarla. Sin embargo por aplanar la curva de contagios como lo hizo China, podría llevar varias semanas.

Hasta ese día, dos elementos que nos ayudarán a reducir la carga de ansiedad por el Coronavirus. La primera es fijarse objetivos diarios. El segundo es estar en contacto con las personas que amamos.

Los objetivos deben ser tanto a corto como a largo plazo. Cada día al despertar es recomendable marcarse un objetivo a corto plazo: leer un libro hacer algo nuevo con la pareja o los hijos limpiar la casa escribir pintar etc. Los objetivos a largo plazo, en cambio, nos dan esperanza y nos recuerdan que hay un futuro esperándonos.

Es igualmente esencial mantener el contacto con las personas que amamos. Ahora más que nunca WhatsApp y las videollamadas nos permiten estar en contacto con familiares y amigos. Utilicemos las tecnologías y no abandonemos la esperanza. Nuestra actitud puede ayudarnos a superar mejor este momento difícil.

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