
El delirio místico es una interpretación de la realidad con tres características. La primera es que esta interpretación tiene como contenido central el tema religioso; la segunda es que no se basa en un juicio no compartido por la sociedad o cultura en la que se produce; la tercera es que esta situación provoca un profundo malestar en la persona e influye en las relaciones con los demás y en la conducta de la vida social.
El delirio místico también se le ha llamado delirio mesiánico desde es común que quienes la padecen se sientan elegidos para llevar a cabo una determinada misión encomendada por la divinidad .
Debido a que es extremadamente difícil limitar una creencia religiosa, los delirios místicos a veces no son fáciles de detectar.
El factor determinante es el efecto negativo provocado en la persona. Alguien puede tener una fe que a otros les parece absurda. Pero incluso entonces no se podría etiquetar como delirio si no causa angustia y desadaptación.
Más que veracidad o falsedad lo que transforma un contenido mental en delirio es la intensidad, persistencia y daño que causa a la persona.
La fe es oro, el entusiasmo es plata, el fanatismo es plomo.
-Ugo Ojetti-

De la religión al delirio místico
Religión es la creencia en la existencia de un poder divino o sobrenatural que debe ser adorado y obedecido. Generalmente está sellado por un código de ética a seguir y un conjunto de rituales a practicar.
La línea entre religión y engaño no es fácil de establecer. Lo que en un grupo humano forma parte de la creencia en otro podría considerarse completamente irracional.
Las personas religiosas muchas veces adoptan el misticismo como estilo de vida. Se puede definir como la máxima exaltación del sentimiento religioso. .
Pues a veces sucede que la persona religiosa construye un juicio sobre la realidad que no es compartido por otros miembros de su misma fe. Este juicio se vuelve inmutable y cada vez más intenso.
Cuando se produce el delirio místico la persona persevera en este juicio y esto le lleva a uno estado de profunda preocupación y ansiedad .
Quienes padecen delirio comienzan a orientar su vida hacia una fe anómala o alejada de la canonicidad. .
Deja de estudiar, trabajar y llevar una vida que pueda considerarse normal. Con frecuencia sucede que su razonamiento se basa en alucinaciones o pseudoalucinaciones, es decir, percepciones alteradas de la realidad.

Contenidos y efectos del delirio místico
Aunque parezca paradójico, el delirio místico encarna el intento de recuperar el contacto con la realidad. Previamente existe una fractura profunda en la vida psíquica de la persona.
En términos generales, frecuentemente se manifiesta en una persona que ha sufrido una masa de dolor que la destruye. el no puede manejar este sufrimiento y se rompe internamente. El delirio es entonces una forma de curar la herida interna.
Se ha establecido que Las personas católicas y cristianas que padecen delirio generalmente procesan contenidos relacionados con la culpa y la expiación . Los judíos, por otro lado, tienen más probabilidades de sufrir delirios asociados con la presencia de demonios nocturnos.
Más allá del contenido delirante, el aspecto fundamental es que influye significativamente en la vida de quien lo padece.
Provoca un gran sufrimiento y conduce a él. hacer juicios falsos sobre la realidad. Lo aísla y le impide realizar una misión. vida eficiente .

El tratamiento del delirio
La intervención sobre el delirio místico, como cualquier otra forma de delirio, no es fácil. En general, los pacientes se resisten al tratamiento porque juzgan las intervenciones externas como una interferencia en los planes divinos . Por este motivo muchas veces se requiere un tratamiento prolongado y casi siempre con resultados lentos.
La psiquiatría y los medicamentos pueden ayudar a moderar algunos efectos del delirio, como la ansiedad y las alucinaciones, cuando están presentes. Pero más allá de esto su ámbito de acción es limitado.
El psicoterapia al contrario, favorece una introspección que mejora la adaptación de la persona y una organización más racional de la fe. .
El entorno del enfermo también es fundamental. Es aconsejable que la familia y el entorno del paciente reciban psicoeducación para que puedan gestionar la situación. La comprensión, el afecto y los estímulos también son decisivos.
Más que hacerles abandonar su fe se trata de ayudar a la persona a llevar una vida menos ansiosa y más equilibrada . Siempre que sea posible hacerlo.