Neuronas espejo y empatía: maravilloso mecanismo de conexión

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Las neuronas espejo y la empatía representan uno de los mecanismos más fascinantes jamás estudiados por la neurociencia. Este es el proceso por el cual las acciones y emociones de los demás no nos resultan indiferentes sino que despiertan en nosotros una respuesta empática. Estos mecanismos tienen un fuerte componente social y su correcto funcionamiento tiene un gran impacto en nuestras relaciones sociales.

Imagínese por un momento sentado en un sillón en la platea de un teatro. Visualiza a un grupo de excelentes actores representando la obra, realizando movimientos corporales y gestos precisos y entonando cada palabra con tanta perfección que te transmiten un sinfín de emociones...

Ver con los ojos de otro escuchar con los oídos de otro y sentir con el corazón de otro.

-Alfred Adler-

Nada de esto tendría sentido si no tuviéramos esa base biológica que nos permite activar un potente abanico de sensaciones, sentimientos y emociones como el miedo, la compasión, la alegría, la preocupación, la repulsión, la felicidad… Sin todo ello el teatro de la vida perdería su sentido. Seríamos como cuerpos vacíos, una población de homínidos que ni siquiera serían capaces de desarrollar una forma de lenguaje.

Por tanto, no sorprende que el interés por las neuronas espejo y la empatía no se limite al mundo de la neurociencia y la psicología, sino que se extienda a la antropología de la pedagogía y el arte. Durante las últimas décadas Académicos de diferentes disciplinas han explorado esta arquitectura interna del hombre. estos sorprendentes mecanismos que aún no han sido completamente revelados.

Neuronas espejo y empatía: uno de los mayores descubrimientos de la neurociencia

Muchos neurólogos y psicólogos dicen que el descubrimiento de neuronas espejo para la psicología tuvo una importancia similar al descubrimiento del ADN para la biología. Saber algo más sobre las neuronas espejo y la empatía sin duda nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos ; sin embargo, no debemos caer en el error de considerarlos los únicos procesos que nos hacen humanos.

El hombre tal como lo conocemos hoy es el resultado de una infinidad de procesos combinados entre sí. La empatía ha facilitado nuestra evolución social y cultural pero no ha sido el único factor determinante. Con esta aclaración queremos dejar claro desde el principio que existen muchos mitos falsos que conviene disipar. Por ejemplo No es cierto que, como a veces escuchamos, las mujeres tengan más neuronas espejo que los hombres . Es cierto, sin embargo, que casi el 20% de los nuestros neuronas son de este tipo.

La única manera de comprender a las personas es sentirlas dentro de ti.

-John Steinbeck-

Por otro lado, no existen estudios concluyentes que demuestren que las personas con un trastorno del espectro autista tiene disfunción de la neurona espejo o que se caracterizan por una total y absoluta falta de empatía . No es verdad. En realidad, su problema es más de carácter cognitivo en la zona del cerebro que procesa la información, realiza un análisis simbólico y responde con una conducta coherente y adecuada en relación al estímulo observado.

Para conocer más sobre estos procesos, te proporcionamos algunos datos más sobre lo que la ciencia puede decirnos hoy sobre las neuronas espejo y la empatía.

Nuestros movimientos y la relación entre las neuronas espejo y la empatía

De lo que queremos hablar a continuación es de un hecho poco conocido pero muy importante. La empatía no existiría si no existieran el movimiento, las acciones, los gestos y las posiciones... De hecho, al contrario de lo que podamos pensar, las neuronas espejo no son un tipo específico de neurona. En realidad son simples células del sistema piramidal relacionadas con el movimiento. Su peculiaridad, sin embargo, es que se activan no sólo con nuestro movimiento sino también cuando observamos el de los demás .

Este último fue un descubrimiento del doctor Giacomo Rizzolatti, neurofisiólogo italiano y profesor de la Universidad de Parma. Durante un estudio realizado en los años 1990 sobre los movimientos motores de los monos, el doctor Rizzolatti descubrió la existencia de una serie de estructuras neuronales que reaccionaban a lo que hacía otro miembro de la misma o de otra especie.

Esta red de neuronas piramidales o neuronas espejo se encuentra en la circunvolución frontal inferior y la corteza parietal inferior y está presente en varias especies. no sólo en los hombres. Incluso los monos y otras mascotas como perros o los gatos pueden sentir empatía hacia otros animales o humanos.

La relación entre las neuronas espejo y la evolución humana

Ya lo hemos dicho Las neuronas espejo y la empatía no representan un interruptor mágico que iluminó nuestra conciencia de la noche a la mañana. y nos permitió evolucionar como especie. En realidad, la evolución humana estuvo dada por una serie de numerosos y maravillosos procesos como la coordinación mano-ojo que desarrolló nuestra conciencia simbólica, el salto cualitativo en las estructuras del cuello y el cráneo que hizo posible el lenguaje articulado, etc.

Entre todos estos procesos extraordinarios está también el de las neuronas espejo. Estos últimos son los responsables de nuestra capacidad para comprender e interpretar determinados gestos. y luego asociarlos con un conjunto de significados y palabras. De esta manera fue posible la cohesión social del grupo.

Empatía: un proceso cognitivo esencial en nuestras relaciones

Las neuronas espejo nos permiten intentar empatía hacia las personas que nos rodean. Son ese puente que nos conecta, nos une entre nosotros y al mismo tiempo nos permite experimentar tres mecanismos fundamentales:

  1. Ser capaz de conocer y comprender lo que siente o experimenta la persona que tengo delante (componente cognitivo).
  2. Ser capaz de sentir lo que siente la persona (componente emocional).
  3. Ser capaz de responder de forma compasiva, dando lugar a ese comportamiento social que nos permite avanzar como grupo (un tipo de respuesta que sin duda implica un nivel mucho mayor de sofisticación y delicadeza).

Llegados a este punto parece interesante dedicar una breve reflexión a una fascinante idea propuesta por el psicólogo de la Universidad de Yale Paul Bloom. Muchos de sus artículos han provocado debate y controversia porque Este estudioso sostiene que la empatía es inútil hoy en día. Detrás de esta controvertida afirmación se esconde una realidad bastante evidente.

Hemos llegado a un punto de la evolución humana en el que todos somos capaces de experimentar, ver y percibir lo que está experimentando la persona que tenemos delante o la que vemos en la televisión. Sin embargo Nos hemos acostumbrado tanto a todo esto que nos hemos vuelto impasibles.

Hemos normalizado el sufrimiento de los demás, estamos tan inmersos en nuestro micromundo que no podemos ir más allá de nuestra pompa de jabón personal. La única manera de superar este obstáculo es poner en práctica una altruismo eficaz y activo. Las neuronas espejo y la empatía forman un paquete estándar en la programación del cerebro humano. Igual que Windows en un ordenador cuando lo compramos en la tienda. Sin embargo, debemos capacitarnos para utilizarlo eficazmente explotando todo su potencial.

Debemos aprender a mirar a los demás, abandonando los prejuicios. No tiene sentido limitarnos a sentir lo que sienten los demás: es necesario captar su realidad pero mantener la nuestra para poder acompañarles eficazmente en un proceso de ayuda, apoyo y altruismo.

Al final

Es bueno recordar siempre cuál es el verdadero propósito de las neuronas espejo y la empatía: promover nuestra sociabilidad, nuestra supervivencia y nuestra conexión con las personas que nos rodean.

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