
Roald Dahl decía que quien no cree en la magia nunca la encontrará. Lo curioso es que el ser humano siempre ha tenido tendencia a creer en el elemento mágico desde los albores de los tiempos. Propio De esta fe en lo que no se puede explicar surge el llamado pensamiento mágico.
Nos movemos en el mundo según la lógica de causa y efecto. Así, ante un éxito o un fenómeno que no se puede explicar científicamente, es fácil que surjan otras explicaciones mágicas. Quizás esta sea una de las principales razones por las que las religiones han sobrevivido al paso de los siglos y al constante progreso científico.
¿Qué es el pensamiento mágico?
La psicología y la antropología consideran el pensamiento mágico como la descripción de atribuciones ilógicas a determinadas causas sin la mediación de ninguna evidencia empírica .
Este fenómeno cobra un papel relevante cuando el sujeto piensa que Los pensamientos de uno podrían tener consecuencias en el mundo exterior. Estas consecuencias pueden provenir de sus propias acciones o de la creencia en la intermediación de fuerzas sobrenaturales.

Al observar las sociedades del mundo nos damos cuenta de que El pensamiento mágico existe prácticamente en todas las culturas. Es un proceso natural que muy probablemente tenga una base en la biología. Los humanos forman relaciones. causal basada en asociaciones circunstanciales y difícil de demostrar bajo la lente de la sistematicidad.
es facil Encuentre ejemplos de pensamiento mágico. Un niño que cree en el hombre del saco que se lo llevará si se porta mal. Incluso el ritual de danza que intenta invocar la lluvia o que encomienda un fenómeno atmosférico a la acción de una entidad superior.
Ésta es la primera ley de la magia: desorientar. Nunca lo olvides.
Causas del pensamiento mágico.
Dos causas principales nos ayudan a explicar este fenómeno. Uno se refiere a la contigüidad entre eventos, el segundo puede explicarse mediante el pensamiento asociativo:
A pesar de las causas asociadas al pensamiento mágico, este fenómeno también tiene funciones importantes. Es decir, puede resultar muy útil en algunas situaciones muy concretas:
Características del pensamiento mágico.
Hoy en día podemos encontrar decenas de ejemplos que muestran claramente qué es el pensamiento mágico. De hecho, se manifiesta en situaciones de la vida cotidiana sin llegar a ser considerado patológico. Esto es cierto porque en muchos casos el pensamiento mágico -lejos de causar malestar- produce alivio. El problema parece surgir cuando esto no es así o cuando este alivio a corto plazo se convierte en un malestar a largo plazo.
Egocentrismo en los niños
Entre 2 y 7 años (fase preoperacional) Los niños pueden llegar a pensar que lo tienen en sus manos. el poder de cambiar el mundo solo con el poder del pensamiento tanto voluntaria como involuntariamente. Les resulta difícil comprender conceptos abstractos y les resulta difícil colocar algo más que el ego en el centro de su mirada. Después de esto pueden pensar que algo les pasó a sus padres porque estaban enojados con ellos.
Bajo ciertas circunstancias los niños pueden tender a culparse por ciertos hechos sin haber participado en el incidente. Sin embargo, este egocentrismo tiende a disminuir con la edad.

Superstición
La superstición y el pensamiento sobrenatural tan acentuados en nuestra sociedad giran constantemente en torno al pensamiento mágico. 13 en nuestra cultura o 4 en la cultura japonesa son numeros que en la conciencia colectiva están asociados con la mala suerte. Así se convierte en un número en la camiseta que ningún deportista quiere llevar o en un apartamento en el que muchos no quieren vivir.
Ilusiones
También pueden surgir situaciones delirantes en contextos de psicosis y esquizofrenia. Las creencias demasiado irracionales se resaltan con el pensamiento mágico.
En realidad casi podríamos decir que este pensamiento es una forma de defensa. Ante lo que no podemos explicar, nuestro cerebro busca una asociación que, cierta o no, funcione. calmar ante la ansiedad que la incertidumbre podría provocar en nosotros.
La magia es la capacidad de pensar; No es una cuestión de fuerza o de lenguaje.
-Christopher Paolini-